The story keeps surprising anecdotes. I bring you one from Colonel José Payán, a conscientious tactician, perhaps the most outstanding organizer of the Villareñas forces in the central zone of Cuba, as the facts of his model creation prove: the famous infantry that educated busily in Camagüey territory and that in the countryside Open fought and held 28 bouts in apprenticeship period.
He camped on a certain day in the paddock Santa Teresa, near a river that bathed the farm, and ordered the bathing of the horses. The riders stripped off their clothes and went into the water, except for the guard that was left in the center of the paddock.
The 40 Cuban fighters had entered the riverbed. On the margin, in isolated mounds, the soldiers ‘clothing and weapons, as well as a watchman, were on top of the horses’ saddles. After a moment of warning, gunshots are heard towards the center of the paddock. The enemy was coming. The boss ordered: To the horses!
Everyone, with astonishing speed, reached the bank. The rifles were hung and the machetes were fastened, and naked, barefoot, without spurs, dripping water, they jumped on the wet steeds. The bugle played:
To Combat and charge! -The boss ordered.
Great must have been the surprise of the Spanish soldiers when they saw those riders in Adam’s uniform. No sooner had the crash the defeat of the enemy forces, which left 29 corpses in the field, while the bugle touched retreat was consummated. The Cuban forces advanced resolutely and triumphantly towards the riverbed that received them as they received the heroes.
ANÉCDOTAS DE LA FAMOSA INFANTERIA CUBANA QUE HIZO HISTORIA.
La historia guarda anécdotas sorprendentes. Les traigo una del Coronel José Payán, concienzudo táctico, acaso el más notable organizador de las fuerzas villareñas en la zona central de Cuba, como lo prueban los hechos de su creación modelo: la famosa infantería que educó afanosamente en territorio camagüeyano y que en campo abierto libró y sostuvo 28 combates en período de aprendizaje.
Acampó cierto día en el potrero Santa Teresa, cerca de un río que bañaba la finca, y ordenó el baño de las caballerías. Los jinetes se despojaban de las ropas e iban entrando en el agua, a excepción de la guardia que quedaba en el centro del potrero.
Los 40 combatientes cubanos, habían penetrado en el lecho del río. Sobre la margen, en montículos aislados, quedaban encima de las monturas de los caballos la indumentaria y las armas de los soldados, así como un vigilante…. al rato un grito de alerta, se oyen disparos de fusiles hacia el centro del potrero. El enemigo se acercaba. El jefe ordenó: ¡A los caballos!
Todos, con asombrosa celeridad, llegaron a la ribera. Se colgaron los rifles y se ciñeron los machetes, y desnudos, descalzos, sin espuelas, chorreando agua, saltaron sobre los mojados corceles. El clarín tocó:
¡A degüello! -Ordenó el jefe-.
Grande debió ser la sorpresa de los soldados españoles al ver aquellos jinetes con el uniforme de Adán. Apenas sobrevino el choque se consumó la derrota de las fuerzas enemigas, las que dejaron 29 cadáveres en el campo, mientras el clarín tocaba retirada. Las fuerzas cubanas avanzaron resueltas y triunfantes hacia el lecho del río que los recibió como se recibe a los héroes.
Agencies/Rad.Encyclopedia/Juan B. Rodríguez/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.