In the 40s and 50s Cuban popular music is an important reference for the transformations that took place in the following decades and up to the present time in music in the world.
It was a moment of transit, in which there was gradually a process of changes, of transculturations, interinfluences between the different manifestations of national music and that which came to us from various countries through cultural contacts resulting from recordings on discs, visits by artists foreign, the cinema and others. Many artists almost or totally unknown in their countries made a career in Cuba, examples: Lucho Gatica, Alfredo Sadel.
That is when Dámaso Pérez Prado arrives, the “King of the Mambo”, mostly known for his contributions to the mambo genre, which has its origins in the Cuban danzón and would give rise to the emergence and development of the chachachá, as well as the music that emerged at the end of the fifties and then known, in the late seventies and early eighties as salsa. He was not the creator of the rhythm, which was already played in Havana at the end of the thirties, but it was his greatest international diffuser.
Perez Prado composed so many pieces that he does not even give them a name but numbers. Mambo No. 5 and Mambo No. 8 are the best known.
And when they asked him what he wanted to say, Mambo answered: “The word mambo does not mean anything musically, it’s a Cuban word that was used when people wanted to say how the situation was, if the mambo was hard it was that the thing went wrong.”
Not only that, Pérez Prado will be remembered, but also for his way of directing and expressing himself towards the orchestra with the sounds: Uuuugh, one, two, three, four …
The process of Cubanization culminates with Benny Moré’s Giant Band, in which arrangements are observed that include changes to the instrumental plans due to the influence that the Pérez Prado Orchestra received in Mexico. The repertoire of Benny Moré was a sample of genres of song and dance representative of everything that was divulged in the fifties: the mambo, the son, the guajira, the afro, the rumba, the montuno and the bolero.
BENY MORE AND HIS GIANT BAND.
Beny Moré was a unique case, with precedents in previous singers, but nobody has come to overcome it or relieve it. Still today generations of young people who did not listen to him personally, consider him the most popular musician of that moment and it was definitely, who definitively Cubanized the jazz band orchestra until his name was Castilianized. But let’s not forget the role of “Castellanos que bueno baila usted”, stellar trombonist and arranger of the recently deceased orchestra in Miami.
The charanga orchestras were also very sensitive to the transformations that occurred during these decades and in which, above all, the piano and the flute played a leading role. It shows the excellence of pianism in Antonio María Romeu and Neno González; and of the flute in Belisario López who were pioneers of what would come next.
The Orchestra of Antonio Arcaño, integrated by the virtuosos: Arcaño in the flute, Jesús López in the piano, Israel López (Concertista of the National Philharmonic Orchestra) in the Double bass, his brother Orestes in the cello, both arrangers and composers of many danzones , the violinists Miguel Valdés and Elizardo Aroche and Ulpiano Estrada on the timbale or paila. These musicians of very high quality integrated the named one and known by everybody like “Arcaño and its Wonders”.
LA MÚSICA CUBANA CAMBIARON O TRANSFORMARON LAS DISTINTAS MANIFESTACIONES MUSICALES MUNDIALES.
En las décadas del 40 y 50 la música popular cubana es un importante referente para las transformaciones que ocurrieron en las siguientes décadas y hasta el momento actual en la música en el mundo.
Fue un momento de tránsito, en el que paulatinamente se produjo un proceso de cambios, de transculturaciones, interinfluencias entre las distintas manifestaciones de la música nacional y la que nos llegó de diversos países por los contactos culturales resultantes de grabaciones en discos, visitas de artistas foráneos, el cine y otras. Muchos artistas casi o totalmente desconocidos en sus países hicieron carrera en Cuba, ejemplos: Lucho Gatica, Alfredo Sadel.
Es entonces cuando llega Dámaso Pérez Prado , el “Rey del Mambo”, mayormente conocido por sus aportes al género del mambo, que tiene sus orígenes en el danzón cubano y daría pauta al surgimiento y desarrollo del chachachá, así como también de la música surgida a finales de la década de los cincuenta y conocida luego, a finales de los años setenta y principio de los ochenta como salsa. No fue el creador del ritmo, que ya se tocaba en La Habana de finales de los años treinta, pero sí su mayor difusor a nivel internacional.
Perez Prado compuso tantas piezas que no les da ni siquiera un nombre sino números. El Mambo Nº 5 y el Mambo Nº 8 son las más conocidas.
Y cuando le preguntaban que quería decir mambo contestaba: “La palabra mambo no quiere decir musicalmente nada, es una palabra cubana que se usaba cuando la gente quería decir cómo estaba la situación, si el mambo estaba duro era que la cosa iba mal.”
No solo por eso será recodrdado Pérez Prado sino también por su forma de dirigir y expresarse hacia la orquesta con los sonidos: Uuuugh, one, two, tres, cuatro…
El proceso de cubanización culmina con la Banda Gigante de Benny Moré, en la que se observan arreglos que incluyen cambios de los planos instrumentales, debidos, a la influencia que recibió en México de la Orquesta de Pérez Prado. El repertorio de Benny Moré fue un muestrario de géneros de canto y baile representativo de todo lo que se divulgaba en la década del cincuenta: el mambo, el son, la guajira, el afro, la rumba, el montuno y el bolero.
BENY MORE Y SU BANDA GIGANTE.
Beny Moré fue un caso único, con precedentes en cantantes anteriores, pero nadie ha llegado a superarlo ni a relevarlo. Aún hoy generaciones de jóvenes que no lo escucharon personalmente, lo consideran el músico más popular de aquel momento y fue en definitiva, quién cubanizó definitivamente la orquesta jazzband hasta castellanizar su nombre. Pero no olvidemos el papel en ello de “Castellanos que bueno baila usted”, estelar trombonista y arreglista de la orquesta recién fallecido en Miami.
Las orquestas charangas, fueron también muy sensibles a las transformaciones ocurridas a través de estas décadas y en las que sobre todo en el piano y la flauta tuvieron papel principal, muestra son la excelencia del pianismo en Antonio María Romeu y Neno González; y de la flauta en Belisario López que fueron pioneros de lo que vendría después.
La Orquesta de Antonio Arcaño, integrada por los virtuosos: Arcaño en la flauta, Jesús López en el piano, Israel López (Concertista de la Orquesta Filarmónica Nacional) en el Contrabajo, su hermano Orestes en el cello, ambos arreglistas y compositores de muchísimos danzones, los violinistas Miguel Valdés y Elizardo Aroche y Ulpiano Estrada en el timbal o paila. Estos músicos de muy alta calidad integraron la nombrada y conocida por todo el mundo como “Arcaño y sus Maravillas”.
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THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.