According to the state Federation of Culinary Associations of the Republic of Cuba (FACRC), Prensa Latina released an statement with a list of 26 traditional dishes of Cuban cuisine most consumed on the island.

According to the FACRC, they stand out, among them, the ajiaco a la criolla, black beans, tamale in casserole, and in leaves, fried corn and malanga, Cuban sandwich, Moors and Christians, oriental congrí, yucca with mojo, casabe, plantains Tostones, rice with chicken and pummeled fish. Also the masses of fried pork, the roasted pork leg, the picadillo a la criolla, the old clothes, the chilindrón de ram, desserts such as arroz con leche, boniatillo, fritters, guava helmets in syrup, grated coconut and coffee.

The report, which does not specify at what times or where they are consumed, highlights that all these preparations integrate traditional cuisine, “have been passed down from generation to generation and have been present in one way or another at the Cuban table, even despite difficulties economic “.

Today part of these dishes are prohibitive for the pocket of the common Cuban. The day to day feeding of families is a perennial struggle, especially in the face of widespread shortages and instability in the market of the most basic ingredients.

Where they have regained space is in the palates and catering businesses that private workers carry out. Nor are they exempt from the difficulties of stable supply.

Owners of these businesses complain that they have to go to the black market to keep their offers, because the state shops with unable to fully supply them.

Según la Federación Estatal de Asociaciones Culinarias de la República de Cuba (FACRC), Prensa Latina emitió un comunicado con una lista de 26 platos tradicionales de la cocina cubana más consumidos en la isla.

De acuerdo con la FACRC, se destacan, entre ellos, el ajiaco a la criolla, frijoles negros, tamal en cazuela, y en las hojas, maíz y malanga, sandwich cubano, moros y cristianos, congrí oriental, yuca frita con mojo, casabe, Tostones de plátanos, arroz con pollo y pescado picado. También las masas de carne de cerdo frita, la pierna de cerdo asado, el picadillo a la criolla, la ropa vieja, el chilindrón de carnero, postres como el arroz con leche, boniatillo, buñuelos, cascos de guayaba en almíbar, coco rallado y café.

El informe, que no especifica en qué momento ni dónde se consumen, destaca que todos estos preparativos integran la cocina tradicional, “se han transmitido de generación en generación y han estado presentes de una manera u otra en la mesa cubana, incluso a pesar de dificultades económicas “.

Hoy parte de estos platos son prohibitivos para el bolsillo del cubano común. El día a día de la alimentación de las familias es una lucha perenne, especialmente frente a la escasez generalizada y la inestabilidad en el mercado de los ingredientes más básicos.

Donde han recuperado espacio está en los paladares y negocios de catering que los trabajadores privados llevan a cabo. Tampoco están exentos de las dificultades del suministro estable.

Los propietarios de estas empresas se quejan de que tienen que ir al mercado negro para mantener sus ofertas, porque el estado compra sin poder suministrarlas por completo.

En los últimos años, la emigración ha sido protagonista en la difusión del legado culinario cubano. Fuera de las fronteras nacionales, los cubanos han comenzado negocios en los que estas recetas tradicionales se combinan con productos locales.