A month into office, the first non-Castro to lead Cuba since 1959 has made clear that he’ll be operating far more like a conventional politician than the spotlight-shy general who selected him or the revolutionary comandante who led Cuba for 47 years before that.
Miguel Diaz-Canel has set a whirlwind pace of public appearances – promising improvement in trash pickup and public transportation and inspecting state cafeterias and health clinics. He’s now the public face of the government’s response to an air crash that killed 111 people.
That’s a change from Raul Castro’s tendency to lead from behind the scenes. But he’s not trying to imitate Fidel, either. Diaz-Canel’s appearances remain tightly managed. Unlike the voluble Fidel Castro, the new president rarely takes questions or breaks from brief prepared remarks.
“Diaz-Canel is putting himself before the public so the public can see him. Many of the places where he shown up or the issues he’s examined have to do with people’s everyday concerns,” said Jose Raul Viera, a retired vice minister of foreign relations. “It’s putting him in contact with people’s everyday lives. His focus hasn’t been ideological declarations, but rather practical things.”
Let’s see for how long the Cuban military elite that decides the political steps of everyone within Cuba will allow him to continue with these short but more popular steps to win the popular favor. They surely will find something to derail this “civil” that seems to take away the control of the effective power that they have had in their hands for many years. Power is a disease and in Cuba is more profound.
Luego de un mes en el cargo, el primer no-Castro en dirigir Cuba desde 1959 ha dejado en claro que operará más como un político convencional que el general tímido que lo seleccionó a él o al comandante revolucionario que dirigió a Cuba durante 47 años antes ese.
Miguel Díaz-Canel ha marcado un ritmo vertiginoso de apariciones públicas, prometiendo mejoras en la recolección de basura y el transporte público e inspeccionando cafeterías estatales y clínicas de salud. Ahora es el rostro público de la respuesta del gobierno a un accidente aéreo que mató a 111 personas.
Eso es un cambio de la tendencia de Raúl Castro a liderar desde detrás de escena. Pero tampoco intenta imitar a Fidel. Las apariencias de Díaz-Canel siguen siendo muy manejadas. A diferencia del voluble Fidel Castro, el nuevo presidente rara vez toma preguntas o se rompe de breves comentarios preparados.
“Díaz-Canel se está presentando ante el público para que el público pueda verlo. Muchos de los lugares donde se presentó o los problemas que examinó tienen que ver con las preocupaciones cotidianas de las personas “, dijo José Raúl Viera, un viceministro de relaciones exteriores jubilado. “Lo está poniendo en contacto con la vida cotidiana de las personas. Su enfoque no ha sido declaraciones ideológicas, sino más bien cosas prácticas “.
Veamos por cuánto tiempo la elite militar cubana que decide los pasos políticos de todos dentro de Cuba le permitirá continuar con estos pasos cortos pero más populares para ganarse el favor popular. Seguramente encontrarán algo para descarrilar este “civil” que parece quitarles el control del poder efectivo que han tenido en sus manos durante muchos años. El poder es una enfermedad y en Cuba es más profundo.
Agencies/AP/OpinionAV/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.