CUBAN CHARACTERS: ISABEL VEITÍA, A SASSY MARQUISE FROM THE OLD HAVANA.
The Marquise from the Central Park in the Old Havana, she was a blue-blooded character, of “lineage and ancestry” popular more than her plump and jacaranda figure, drew the attention of the passers-by for her self-confidence and manner of dress.
It was Isabel Veitía, a short mulatto, who was retracing Havana with her tulle veil hat and a threadbare mantilla over her shoulders, gracefully fanning herself as if wanting to accentuate her dreamed aristocratic origin.
In his walk through the streets bordering the capital’s wooded space, he always carried in his hands a scuffed patent leather briefcase and completed his striking attire very damaged by the use, some incredible gold-tone plastic shoes
Those interested in taking a picture had to pay for it in bills, since according to her nobility and lineage of cradle did not allow him to accept simple coins and it was enough that the naughty woman said it for the curious to please her.
No one ever knew in what circumstances lost this authentic and picturesque personality, who sometimes earned the laughter and money with their jokes of double meaning that amused without offending those who heard.
Isabel Veitía chose herself as a relevant figure of the habanera magic royalty, and always lived in an imaginary paradise of emotions, anecdotes, phrases and symbols as an indissoluble part of the rich history of the big island.
PERSONAJES CUBANOS: ISABEL VEITÍA, LA PÍCARA MARQUESA DE LA HABANA VIEJA.
La Marquesa del Parque Central en la Habana Vieja fue un personaje de sangre azul, de “alcurnia y abolengo” popular más que por su figura rolliza y jacarandosa, llamaba poderosamente la atención de los transeúnte por su desparpajo y forma de vestir.
Era Isabel Veitía, una mulata de baja estatura, que desandaba La Habana con su sombrerito de velo del tul y una raída mantilla sobre los hombros, abanicándose con gracia como queriendo acentuar su soñado origen aristocrático.
En su andar por las calles aledañas al espacio arbolado capitalino, llevaba siempre en sus manos una estropiada carterita de charol y completaban su llamativo atuendo muy dañado por el uso, unos increíbles zapatos plásticos de tono dorado
Los interesada en tomárle una foto tenía que pagar por ello en billetes, ya que según ella su nobleza y linaje de cuna no le permitían aceptar simples monedas y bastaba que la pícara mujer lo dijera para que los curiosos la complacieran.
Nunca nadie supo en que circunstancias perdió la razón esta auténtica y pintoresca personalidad, que en ocasiones se ganaba la risa y el dinero con sus bromas de doble sentido que divertían sin ofender a quienes la escuchaban.
Isabel Veitía se escogió ella misma como figura relevante de la mágica realeza habanera, y vivió siempre en un paraíso imaginario de emociones, anécdotas, frases y símbolos como parte indisoluble de la rica historia de la isla grande.
Agencies/Arrajatabla/Alberto Denis/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
SPONSORS