Muchos todavía recuerdan aquellas famosas postalitas cubanas que fueron gran parte del entretenimiento de la juventud de nuestra isla de otros tiempos. A simple vista sólo parecían postalitas, pero ahora que no existen, mirándolas desde una perspectiva más amplia, de juego no tenían nada. Un mundo maravilloso donde tal vez se aprendiera una cosita o dos, o al menos, un rato de distracción. Sin lugar a dudas, ‘las postalitas’ fueron gran parte de la cultura juvenil cubana.

La serie de postalitas cubanas Taguarí, Rey Blanco del Amazonas, nos ilustra y entretiene con una de las tantas aventuras de lo que fue la década de los 1950 en Cuba. Esta serie de postalitas fue basada en uno de los episodios radiales tan populares de aquella época. El personaje del “bueno” de la aventura, Taguarí, probablemente haya sido basado en el legendario Tarzán, excepto que el héroe aquí se desenvuelve en las selvas de América del Sur, como su apodo claramente lo define, en las selvas amazónicas. Esta serie consistió de 144 postalitas.

Ya en las décadas de 1940 hasta principios de 1960, casi siempre había una serie de postalitas a la venta. El tema usualmente estaba relacionado con algún programa de radio, después de televisión, siendo los temas tan variados a como la imaginación permite. Algunas series tenían cierto valor educacional, otras, la verdad que no. Sin embargo, todas eran fascinantes porque no sólo se coleccionaban, también se intercambiaban y sobre todo, servían para jugar a las postalitas.

Por lo general cada serie tenía un álbum y las postalitas, aunque nos parece recordar algunas series que no tuvieron álbum, pero bueno. Muy similar a los cromos europeos, que también se vendieron en Cuba, excepto que en el caso de los cromos se compraba el álbum y los cromos en un paquete, todo junto. En las postalitas el álbum se compraba por sí solo, y las postalitas se vendían en pequeños sobrecitos que contenían unas cinco postalitas cada uno.

Cada serie consistía de una cantidad de postalitas determinada. Cada postal, de papel o cartulina, tenía una imagen relacionada con el tema de la serie; podían ser dibujos o fotos. En algunas series las postalitas sólo tenía en común el tema general de la serie, como en el caso del Zoológico donde son presentadas especies de animales sin tener gran relación con la especie de la postalita anterior o siguiente. En otras series las postalitas mantenían una secuencia, digamos el desarrollo de una aventura. Lo importante es que todas las postalitas estaban enumeradas y de tal forma tenían un valor relativo en la serie.

Entonces salían a la venta en grupos. Digamos, en una serie de doscientas postalitas, unos treinta números salían primero. No tenían que ser los números más bajos, ni tampoco seguidos. Después salía otro grupo similar y así hasta que eventualmente todas llegaban a poder tenerse.

Había veces que desde que salía el primer grupo a que el último grupo viera el mercado pasaban meses. Mientras tanto los muchachos se pasaban el tiempo tratando de coleccionar todos los números que ya estaban disponibles y pegar las postalitas en el álbum, si es que el álbum ya estaba a la venta. Las repetidas se intercambiaban, pero lo más normal era que se usaran para jugar a las postalitas. Algo así como jugar a las cartas, sólo que se apostaban las mismas postalitas.

Claro, las casas editoriales que hacían y distribuían las postalitas no podían perder mucho tiempo. Se dieron los casos en que salieron otras series a mediados de la serie corriente y los jóvenes, que nunca han tenido mucha paciencia y siempre les gustaba estar en la última, perdían el interés por la serie vieja y le dedicaban su tiempo y kilos (centavos) a la nueva.

Pero las postalitas cubanas tienen mayor trascendencia. A principios del siglo XX a una casa de cigarrillos, los cigarrillos Susini, se le ocurrió poner una postalita dentro de cada cajetilla. Como es de esperar, se empezaron a coleccionar. La casa Susini también editó álbumes donde pegar tales postalitas. Como vemos en los álbumes, al principio no tenían mucha coherencia, siendo el tema de la serie no bien definido del todo. Poco después editaron al menos dos series que son verdaderas obras de arte; no sólo por su valor artístico, que es excelente, sino por la información que proveen tanto las imágenes como el texto en el álbum.

También hemos logrado encontrar un album de postalitas, Vida de Napoleón, muy similar a los de Susini, pero indica ser de los cigarros Gener. No sabemos si Susini y Gener estaban relacionados, pero aparentemente la idea tuvo serios resultados.

Esperamos que este pequeño detalle de la cultura cubana, que tanto educó y entretuvo sanamente a la juventud cubana le sea de tanto agrado como lo fue y continúa siendo para nosotros.

MEMORIES OF CUBA: THE CUBAN ‘POSTALITAS’.
 
Many still remember those famous Cuban postcards that were a great part of the entertainment of the youth of our island of other times. At first glance they only looked like postcards, but now that they do not exist, looking at them from a wider perspective, they did not have anything. A wonderful world where maybe you learned a little thing or two, or at least, a time of distraction. Undoubtedly, ‘postcards’ were a big part of Cuban youth culture.

The series of Cuban postcards Taguarí, Rey Blanco del Amazonas, illustrates and entertains us with one of the many adventures of the 1950s in Cuba. This series of postcards was based on one of the popular radio episodes of that time. The “good” character of the adventure, Taguarí, probably has been based on the legendary Tarzan, except that the hero here develops in the jungles of South America, as his nickname clearly defines it, in the Amazon jungles. This series consisted of 144 postcards.

Already in the 1940s to the early 1960s, there was almost always a series of postcards for sale. The subject was usually related to a radio program, after television, the subjects being as varied as the imagination allows. Some series had some educational value, others, the truth is not. However, all were fascinating because not only were collected, they were also exchanged and above all, they were used to play postcards.

Usually each series had an album and postcards, although we seem to remember some series that had no album, but good. Very similar to the European chromos, which were also sold in Cuba, except that in the case of the trading cards the album and the cards were bought in a package, all together. In the postcards the album was bought by itself, and the postcards were sold in small envelopes that contained about five postcards each.

Each series consisted of a certain number of postcards. Each postcard, of paper or cardboard, had an image related to the theme of the series; They could be drawings or photos. In some series the postcards only had in common the general theme of the series, as in the case of the Zoo where species of animals are presented without having great relation with the species of the previous or following postcard. In other series the postalitas maintained a sequence, let’s say the development of an adventure. The important thing is that all postcards were listed and thus had a relative value in the series.

Then they went on sale in groups. Let’s say, in a series of two hundred postcards, about thirty numbers came out first. They did not have to be the lowest numbers, nor were they followed. Then another similar group came out and so on until eventually all of them could be had.

There were times that since the first group left for the last group to see the market, months passed. Meanwhile the boys spent their time trying to collect all the numbers that were already available and paste the postcards in the album, if the album was already on sale. The repeated ones were exchanged, but the most normal thing was that they were used to play postcards. Something like playing cards, just betting the same postcards.

Of course, the publishing houses that made and distributed postcards could not waste much time. There were cases in which other series came out in the middle of the current series and young people, who have never had much patience and always liked to be in the last, lost interest in the old series and spent their time and kilos (cents ) to the new one.

But Cuban postcards are more important. At the beginning of the 20th century, at a house of cigarettes, the Susini cigarettes, he thought of putting a postcard inside each pack. As expected, they began to collect. The house Susini also published albums where paste such postcards. As we see in the albums, at first they did not have much coherence, being the theme of the series not well defined at all. Shortly after they published at least two series that are true works of art; not only because of its artistic value, which is excellent, but because of the information provided by both the images and the text on the album.

We have also managed to find an album of postcards, Life of Napoleon, very similar to those of Susini, but it indicates being of the Gener cigars. We do not know if Susini and Gener were related, but apparently the idea had serious results.

We hope that this small detail of Cuban culture, which both educated and entertained Cuban youths healthily, will be as pleasing as it was and continues to be for us.

Agencies/El Guije/Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.