(OPINION) MICROWAVE RADIATION MADE U.S. EMBASSY STAFF IN CUBA SICK.. BUT IS IT TRUE?.
There is a new explanation making the rounds for the mystery illness responsible for sickening 25 U.S. Embassy staff in Havana, Cuba, beginning in late 2016: microwave radiation. On September 1, 2018, the New York Times carried the headline: “Microwave Weapons are Prime Suspect in Ills of U.S. Embassy Workers.” Dr. Douglas Smith, one of the lead authors of a recent study of 21 of the affected staff members, told the Times that microwave radiation could be the culprit. His musings have naturally received significant media attention. Smith helped to write a recent study on the mysterious illness outbreak in Cuba in the Journal of the American Medical Association.
There’s only one problem with the microwave theory: There’s very little evidence to support it. A similar explanation was proposed late last year by James Lin, an Electrical and Computer Engineer at the University of Chicago, who argued that the Cuban illnesses could have been caused by targeted microwave pulses. The trouble with this hypothesis is that it would require a massive transmitter and the target would have to be right next to the antenna. It’s just not feasible. Those reporting symptoms were not at the Embassy, but in their own homes or in one of two major Havana Hotels. To target staff in these venues is not only impractical, it doesn’t make any sense.
Curiously, when the JAMA study was published earlier this year, the microwave explanation wasn’t even considered. The researchers claimed that a mysterious energy source had affected the brains of their patients. The study included phrases like “we must continue to withhold certain sensitive information” and “despite the preliminary nature of the data.” Any time scientists withhold information and ask you to trust them, it is a giant red flag. Their study was filled with flaws and made claims that were not supported by the data. That they began their study by stating matter-of-factly that their purpose was “To describe the neurological manifestations that followed exposure to an unknown energy source,” tells you all you need to know. This statement demonstrates from the onset, a lack of scientific rigor. When you take away the dubious claims of white matter track changes (which are common in everything depression to normal aging) and concussion-like symptoms (for which there was no clear evidence), we are left with a classic outbreak of mass psychogenic illness.
Spread to China
Earlier this year there were claims of a similar ‘acoustical attack’ in China. The Chinese twist makes the likelihood of some type the of attack even more improbable. The manner in which the State Department responded to the new attack claims was quite sensational and unnecessarily alarmist; it issued an alert based on vague symptoms (dizziness, headache) from just two diplomats in Guangzhou. Apart from ambiguous stomach pain, these two symptoms have to be among the two most common medical complaints in the world. The State Department’s mishandling this case is a recipe for what I call ‘The Sonic Attack Scare’ (or if you like, ‘The Microwave Panic’) spreading even further. The U.S. has nearly 300 physical embassies, consulates and diplomatic missions around the world with thousands of employees, everywhere from Afghanistan to Zimbabwe, all with staff who are now on the lookout for strange sounds and vague feelings of illness. This is a classic mass hysteria setup. The groundwork has been laid for future “attacks” via mass suggestion. As a result, this saga seems destined to continue with no end in sight.
Here’s the bottom line: It’s all well and good to speculate but show us some evidence. So far, it’s not there, so I am going with Occam’s Razor: The simplest explanation is the most likely. In this case, the most plausible explanation that is grounded in mainstream science is mass psychogenic illness. Not long ago, the prestigious science journal Nature published an article by Sharon Weinberger reviewing the progress in the development of microwave weapons. Titled, “Microwave Weapons: Wasted Energy,” it concluded that “Despite 50 years of research on high-powered microwaves, the U.S. military has yet to produce a usable weapon.” Ouch! A piece of advice: Stick with mainstream science and the known, before speculating about exotic, far-fetched explanations, and the unknown.
(OPINIÓN) RADIACIÓN DE MICROONDAS DAÑO A FUNCIONARIOS AMERICANOS EN LA EMBAJADA DE EEUU EN CUBA.. PERO SERA VERDAD?.
Hay una nueva explicación que circula por la misteriosa enfermedad responsable de enfermar a 25 empleados de la Embajada de los EE. UU. En La Habana, Cuba, a fines de 2016: radiación de microondas. El 1 de septiembre de 2018, el New York Times publicó el titular: “Las armas de microondas son las principales sospechosas de los trabajadores de la embajada de EE. UU.”. El Dr. Douglas Smith, uno de los autores principales de un estudio reciente de 21 miembros del personal afectado, le dijo al Times que la radiación de microondas podría ser la culpable. Sus reflexiones han recibido naturalmente una atención mediática significativa. Smith ayudó a escribir un estudio reciente sobre el misterioso brote de enfermedad en Cuba en el Journal of the American Medical Association.
Solo hay un problema con la teoría de microondas: hay muy poca evidencia que lo respalde. Una explicación similar fue propuesta a finales del año pasado por James Lin, ingeniero eléctrico y de computación de la Universidad de Chicago, quien argumentó que las enfermedades cubanas podrían haber sido causadas por pulsos de microondas específicos. El problema con esta hipótesis es que requeriría un transmisor masivo y el objetivo tendría que estar justo al lado de la antena. Simplemente no es factible. Los que informaron los síntomas no fueron en la Embajada, sino en sus propios hogares o en uno de los dos principales hoteles de La Habana. Dirigirse al personal en estos lugares no solo es poco práctico, no tiene ningún sentido.
Curiosamente, cuando se publicó el estudio JAMA a principios de este año, la explicación del microondas ni siquiera se consideró. Los investigadores afirmaron que una misteriosa fuente de energía había afectado los cerebros de sus pacientes. El estudio incluyó frases como “debemos continuar reteniendo cierta información sensible” y “a pesar de la naturaleza preliminar de los datos”. Cada vez que los científicos ocultan información y le piden que confíe en ellos, es una bandera roja gigante. Su estudio estuvo lleno de fallas e hizo afirmaciones que no fueron respaldadas por los datos. Que comenzaron su estudio afirmando de manera práctica que su propósito era “Describir las manifestaciones neurológicas que siguieron a la exposición a una fuente de energía desconocida”, le dice todo lo que necesita saber. Esta declaración demuestra desde el inicio, una falta de rigor científico. Cuando eliminas las dudosas afirmaciones de que la materia blanca sigue los cambios (que son comunes en todo tipo de depresión hasta el envejecimiento normal) y los síntomas similares a la conmoción cerebral (para los cuales no había pruebas claras), nos queda un brote clásico de enfermedad psicógena masiva.
Difundir a China
A principios de este año hubo reclamos de un “ataque acústico” similar en China. El giro chino hace que la probabilidad de algún tipo de ataque sea aún más improbable. La manera en que el Departamento de Estado respondió a las nuevas demandas de ataque fue bastante sensacionalista e innecesariamente alarmista; emitió una alerta basada en síntomas vagos (mareos, dolor de cabeza) de solo dos diplomáticos en Guangzhou. Además del dolor de estómago ambiguo, estos dos síntomas tienen que estar entre las dos quejas médicas más comunes en el mundo. El mal manejo del Departamento de Estado en este caso es una receta para lo que llamo ‘The Sonic Attack Scare’ (o si lo prefieres, ‘The Microwave Panic’) que se extiende aún más. Estados Unidos tiene casi 300 embajadas físicas, consulados y misiones diplomáticas en todo el mundo con miles de empleados, desde Afganistán hasta Zimbabwe, todos con personal que ahora busca sonidos extraños y vagas sensaciones de enfermedad. Esta es una clásica configuración de histeria colectiva. La base se ha establecido para futuros “ataques” a través de sugerencias masivas. Como resultado, esta saga parece destinada a continuar sin final a la vista.
Aquí está la conclusión: Está bien y es bueno especular, pero mostrarnos algunas pruebas. Hasta ahora, no está allí, así que voy con la Navaja de Occam: la explicación más simple es la más probable. En este caso, la explicación más plausible que se basa en la ciencia convencional es la enfermedad psicógena masiva. No hace mucho tiempo, la prestigiosa revista científica Nature publicó un artículo de Sharon Weinberger que reseñaba el progreso en el desarrollo de las armas de microondas. Titulado, “Armas de microondas: energía desperdiciada”, concluyó que “a pesar de 50 años de investigación en microondas de alta potencia, el ejército de EE. UU. Todavía tiene que producir un arma utilizable”. ¡Ay! Un consejo: quédese con la ciencia convencional y la conocida, antes de especular sobre explicaciones exóticas y descabelladas, y sobre lo desconocido.
AUTHOR: Robert Bartholomew Ph.D.
Agencies/Psychology Today/ Robert Bartholomew Ph.D./ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.