Next to celebrate its 325 years of existence, in 2018, the City of Matanzas is clothed with new dreams of glory and Milanés street witnesses the rebirth of one of its heritage charms, through a reconstruction that will restore the image of lodging of the city and will reuse one of the busiest urban corners, Santa Teresa and Calle Medio.

Men covered in dust, protected by helmets, discover little by little the beauty hidden under rubble and time. The noise of the machinery today is confused with the echo of old laughter in the corridors, the warm walk of the ladies and the smell of tobacco of the gentlemen, back in 1879 in the luxurious Louvre hotel.

THEN LUXURIOUS HOTEL LOUVRE, PRIDE OF MATANZAS.

The name of the installation is a letter of introduction of the time, because everything that came from France at that time was exquisite and refined, so it attracted more customers to commercial establishments.

The property was owned by the Antonio García Oña family, governor in the first half of the 19th century, and during its heyday as such maintained a competitive relationship with the Paris hotel, located on the Calzada de Tirry. The first record of the installation dates from January 1879 in the inn and inn of the same name, located in Gelabert four and six, today Milanés, next to the current Sauto theater.

In 1904 he occupied his current location in Milanés number 47, owned by Juan Escalante and nephews. In 1910 with the death of Escalante the property passes through successive owners, from his widow to Vicente Moncholi, Director of the Artistic and Literary Lyceum of Matanzas, Antonio Palacios in 1937 until he was intervened by the Revolutionary Government in 1962.

After the triumph of the Revolution, it was partially repaired at the end of the 1960s, when the sculptures of the four springs of the lobby were moved to the “Sauto” Theater and a new service was introduced: the main hall that faces the street and offered ice cream from the Coppelia line. After the new closure in 1980, it reopened its doors five years later, and was considered the only hotel in the country with colonial characteristics in which building, furniture and pieces were combined.

The “Louvre” closed again in 2005, and assumed other functions such as warehouse and market. In that time many of the emblematic furniture that decorated the place disappeared, as well as important works of decorative arts.

THE PARTIAL TRANSFORMATION OF A HOTEL.

After fifteen years without rendering services, it presented such deterioration that the patience, quality and care of those who worked in this restoration work of the site that owns, according to patrimonial regulations, First Degree of Protection prevailed.

The enclosure had undergone transformations that propitiated, in addition, the loss of its original black and white marble floor, replaced, probably by its degree of detriment, by granite slabs; also its fake die-cast metal ceilings were replaced by reproductions of plaster and henequen fibers.

The works that also contemplated the extension (total area up to 1,700 meters) of this icon of the main artery of the city, reached a cost of between six and nine million pesos and opens its doors, in a first stage, with 15 rooms operated as a complex next to Velasco; and will be managed by the Cubanacán Group, under the Encanto brand, destined to small city lodgings.

In 1883 the building was placed, as Restaurant Hotel, to Gelabert Number 56, a locality that today occupies the Territorial Direction of Etecsa, until finally arriving in 1904 in its current location, in Milanés 47, at that time it was recognized installation as the only first hotel in the city.

The designed design intends to imitate the hotel’s constructive appearance with marble floors in public areas, simple carpentry, a simulation of the island slabs in the courtyard, and maintain the originality of the facade of the old bar 66.

He told The Louvre with valuable glassware and the French porcelain protocol tableware from Limoges. The room was outstanding in the building No 4, then furnished with a set of rosewood room, veneered in rosewood, with views in ebony and covered with sandalwood inside, manufactured in Barcelona in 1840, at a cost of 200 royal shields. Its owner was Count José Eugenio Moré and Labastida, founder of Sagua La Grande.

It hosted important politicians and artists: at the beginning of the 20th century – March 1908 – J.M. Choates, retired ambassador from England and the American Minister Morgan; also the Mexican lyric singer Esperanza Iris, known as the Empress of the Operetta and between the years 1938-1939 Fuman-Chu, Panamanian magician, considered an innovator in magic, accompanied by the dancer Eva Beltri, famous internationally, who at the time They performed at the Sauto Theater. Also other relevant personalities of the national culture.

The Louvre, revived in the context of the 325th anniversary of the beautiful Yumurian territory, will continue to make history as part of city hostels and national culture.

Today, we still remember in those corridors shaken by time, the voice of Luis Carbonell, watercolorist of Antillean poetry, and the stage talent of Esther Borja that seduced the rescuers of the French located in the Athens of Cuba.

LA CIUDAD DE MATANZAS Y LA RECONSTRUCCIÓN DE SUS JOYAS COLONIALES.

Próxima a celebrar sus 325 años de fundada, en 2018, la Ciudad de Matanzas se reviste con nuevos sueños de gloria y la calle de Milanés atestigua el renacer de uno de sus encantos patrimoniales, a través de una reconstrucción que le devolverá la imagen de hospedaje de ciudad y reutilizará una de las esquinas urbanas más concurridas, Santa Teresa y calle Medio.

Hombres cubiertos de polvo, protegidos con cascos, descubren poco a poco la belleza oculta bajo los escombros y el tiempo. El ruido de las maquinarias hoy se confunde con el eco de antiguas risas en los pasillos, el andar caluroso de las damas y el olor a tabaco de los caballeros, allá por el año 1879 en el lujoso hotel Louvre.

EL ENTONCES LUJOSO HOTEL LOUVRE, ORGULLO DE MATANZAS.

El nombre de la instalación constituye una carta de presentación de la época, debido a que todo lo que venía de Francia por aquel entonces era exquisito y refinado, por lo que atraía mayor clientela a establecimientos comerciales.

El inmueble era propiedad de la familia Antonio García Oña, gobernador en la primera mitad del siglo XIX, y durante su apogeo como tal mantuvo una relación competitiva con el hotel París, ubicado en la Calzada de Tirry. El primer registro que se tiene de la instalación data de enero de 1879 en la fonda y posada del mismo nombre, situada en Gelabert cuatro y seis, hoy Milanés, al costado del actual teatro Sauto.

En 1904 ocupó su ubicación actual en Milanés número 47, propiedad de Juan Escalante y sobrinos. En 1910 con el fallecimiento de Escalante el inmueble pasa por sucesivos dueños, desde su viuda hasta Vicente Moncholi, Director del Liceo Artístico y Literario de Matanzas, Antonio Palacios en 1937 hasta que fue intervenido por el Gobierno Revolucionario en 1962.

Después del triunfo de la Revolución fue reparado parcialmente a fines de la década del 1960, época en que las esculturas de las cuatro primaveras del lobby fueron trasladadas al Teatro “Sauto” y se introdujo un nuevo servicio: el salón principal que da a la calle y ofertaba helados de la línea Coppelia. Tras el nuevo cierre en 1980 reabrió sus puertas cinco años después, y fue considerado como el único hotel del país con características coloniales en el que se conjugaban edificio, mobiliario y piezas.

El “Louvre” volvió a cerrar en el 2005, y asumió otras funciones como la de almacén y mercado. En ese tiempo desaparecieron muchos de los emblemáticos mobiliarios que decoraban el lugar, así como importantes obras de artes decorativas.

LA TRANSFORMACIÓN PARCIAL DE UNA JOYA HOTELERA.
Tras quince años sin prestar servicios presentaba tal deterioro que se impuso la paciencia, la calidad y el cuidado de quienes laboraron en esta obra restauradora del sitio que posee, según regulaciones patrimoniales, Primer Grado de Protección.

El recinto había sufrido transformaciones que propiciaron, además, la pérdida de su piso original de mármol blanco y negro, sustituido, probablemente por su grado de detrimento, por losas de granito; también sus falsos techos de metal troquelados se cambiaron por reproducciones de yeso y fibras de henequén.

Las obras que contemplaron también la ampliación (área total hasta los 1,700 metros) de este ícono de la arteria principal de la ciudad, alcanzaron un costo de entre seis y nueve millones de pesos y abre sus puertas, en una primera etapa, con 15 habitaciones operado como un complejo junto al Velasco; y será gestionado por el Grupo Cubanacán, bajo la marca Encanto, destinada a pequeños hospedajes de ciudad.

En 1883 el edificio pasó a ubicarse, como Restaurante Hotel, a Gelabert Número 56, local que hoy ocupa la Dirección Territorial de Etecsa, hasta recalar finalmente en el año 1904 en su ubicación actual, en Milanés 47, en esa época se reconocía a la instalación como el único hotel de primera en la ciudad.

El diseño concebido pretende imitar la apariencia constructiva del hotel con pisos de mármol en áreas públicas, carpintería sencilla, una simulación de las losas isleñas en el patio, y mantener la originalidad de la fachada del antiguo bar 66.

Contó El Louvre con una valiosa cristalería y la vajilla de protocolo de porcelana francesa de Limoges. Sobresalía en la edificación la habitación No 4, entonces amueblada con un juego de cuarto de palisandro, enchapado en palo rosa, con las vistas en ébano y revestido por dentro con sándalo, fabricado en Barcelona en 1840, a un costo de 200 escudos reales. Su dueño fue el conde José Eugenio Moré y Labastida, fundador de Sagua La Grande.

En él se hospedaron importantes políticos y artistas: a principios del siglo XX –marzo de 1908– J.M. Choates, embajador retirado de Inglaterra y el Ministro americano Morgan; también la cantante lírica mexicana Esperanza Iris, conocida como la Emperatriz de la Opereta y entre los años 1938-1939 Fuman-Chu, mago panameño, considerado un innovador en la magia, acompañado de la bailarina Eva Beltri, famosa internacionalmente, quienes a la sazón actuaban en el Teatro Sauto. Asimismo otras relevantes personalidades de la cultura nacional.

El Louvre, reanimado en el contexto del 325 aniversario del hermoso territorio yumurino, seguirá haciendo historia como parte de los hostales citadinos y la cultura nacional.

Hoy, todavía recordamos en los pasillos estremecidos por el tiempo, que retumba la voz de Luis Carbonell, acuarelista de la poesía antillana, y el talento escénico de Esther Borja que sedujo a los rescatistas del francés enclavado en la Atenas de Cuba.

Agencies/ACN/ Lisania La Osa/ Claudia Ortega/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.