Fue hace mucho tiempo, yo vivía en la barriada de Lawton. Hace tanto tiempo que todavía se esperaba el 28 de septiembre con rimbombantes fiestas en todas las cuadras. Caldosa, cerveza, ron, vino, cake, ensalada, croquetas… ¡y hasta grupos musicales! Yo recién me había divorciado y vivía solo en un inmenso caserón que heredé de mi padre. Entonces yo era joven, bien parecido, con un buen trabajo que incluía un Lada 1500, y pernoctaba solo en mi hogar pues mi madre vivía en el exterior, o sea, que no había que aguantar a la suegra…

Esas «pequeñas cosas» me convertían en el espécimen masculino más codiciado de la cuadra, y hasta de la provincia. Así decía, voz en cuello, Coralia, una cuarentona con cuerpo de Úrsula, que se creía la sirenita Ariel. Era lo más amorfo que rondaba la zona, envuelta en horribles y gastados pantalones de lástex, y escotados «baja y chupa». Profería sin control un lenguaje grosero que anunciaba a toda luz su paso de tortuga en celo. Coralia me hacía reafirmar mi decisión de no volver a tener relación con mujer alguna, al menos por un tiempo, a causa de la infortunada experiencia de mi anterior matrimonio. Tendría que ser una chica muy especial, única, alguien como Yenislaura.

Yenislaura se había mudado para el barrio hacía unos meses, tiempo en que no me perdí ni una sola de sus andadas por la cuadra, mientras que, al parecer, yo no existía para ella. Era joven y hermosa. No entraré en detalles pues no creo que pueda describirla con palabras. Y esa noche, la víspera del 28 de septiembre, ella estaba desde temprano ayudando en el ajetreo de la fiesta. Esta sería una buena oportunidad para al menos presentármele y tratar de entrar en confianza con la «diva».

Comencé por unos tragos de ron para entrar en calor y desinhibirme un poco. Sobraba comida y bebida así que no había nada que escatimar. El ambiente cederista era propicio para mis planes pues todos compartían sin que se notara ninguna intención solapada.

A la altura de las nueve de la noche ya me encontraba bastante desinhibido y decidí que era hora de acometer la acción programada. Sin mucho rodeo me le acerqué y trabé conversación con aquella preciosura que tenía como vecina. Modestia aparte le caí muy simpático y en pocos minutos ya estábamos compartiendo como viejos amigos: ron, cerveza, caldosa…

Con no sé qué pretexto logré que entrara en mi casa, y en la cocina, sin previo aviso, la abracé y la besé. Sé que fue algo muy loco de mi parte que podría echar por tierra todo el trabajo realizado, pero inesperadamente ella fue más agresiva que yo, y ripostó con un beso y otras muchas cosas. No entraré en detalles porque además de que no recuerdo bien, quizás por el tiempo que ya ha pasado, no acostumbro a narrar mis intimidades con una dama.

Amanecí en mi cama, envuelto en el éxtasis que me producía recordarla y con cierto dolor de cabeza, que me producía la resaca. Perezoso me levanté y fui a la cocina a preparar un café. Allí, en el piso, encontré una chancleta femenina, de esas baratas que venden por montones en la shoping. Tomé el calzado, lo ceñí a mi pecho y recordé la presencia de Yenislaura en mi cocina y todo lo que pasó después. Incluso susurré: ¡oh, mi Cenicienta!

Al rato salí a la puerta, chancleta en mano, en busca de su dueña. Irene Iglesias, la activa presidenta de nuestro CDR, venía de la bodega y me saludó amistosa como siempre. Respondí su saludo y pregunté, sin darle mucha importancia, si había visto a mi joven vecina: «No, ella anoche se quedó en casa de su mamá, por eso se fue temprano», respondió Irene mientras divisaba el objeto que sostenía en mi mano y exclamó: «¡Eh! ¿Y esa chancleta? ¡Debe ser la de Coralia! La pobre, anda como loca buscando una chancleta que se le perdió anoche en la fiesta».

COSTUMBRISM: CUBA, OF THE REAL LIFE .. “OH! MY CINDERELLA..”.

It was a long time ago, I lived in the neighborhood of Lawton. It’s been a long time since September 28 with bombastic parties in every block. Caldosa, beer, rum, wine, cake, salad, croquettes … and even musical groups! I had just divorced and lived alone in a huge house that I inherited from my father. Then I was young, good-looking, with a good job that included a Lada 1500, and spent the night alone in my home because my mother lived abroad, that is, we did not have to put up with the mother-in-law …

Those “little things” made me the most coveted male specimen on the block, and even the province. So said, voice in the neck, Coralia, a forty-year-old woman with the body of Úrsula, who thought she was the little mermaid Ariel. It was the most amorphous thing that surrounded the area, wrapped in horrible and worn lastex trousers, and cut-outs “low and suck.” He profaned uncontrollably a rude language that announced in full light his passage of turtle in heat. Coralia made me reaffirm my decision not to have any relationship with any woman, at least for a time, because of the unfortunate experience of my previous marriage. It would have to be a very special, unique girl, someone like Yenislaura.

Yenislaura had moved to the neighborhood a few months ago, a time when I did not miss a single walk around the block, while, apparently, I did not exist for her. I was young and beautiful. I will not go into details because I do not think I can describe it with words. And that night, on the eve of September 28, she was helping early in the hustle and bustle of the party. This would be a good opportunity to at least introduce me and try to enter into confidence with the “diva”.

I started with a few swallows of rum to warm up and uninhibited myself a little. There was plenty of food and drink so there was nothing to skimp on. The CDR environment was conducive to my plans because they all shared without any overlapping intention.

At nine o’clock at night I was already quite uninhibited and decided it was time to undertake the scheduled action. Without much detour, I approached him and got into a conversation with that precious woman I had as a neighbor. Modesty apart I fell very nice and in a few minutes we were already sharing as old friends: rum, beer, broth …

With some pretext I managed to get her into my house, and in the kitchen, without warning, I hugged her and kissed her. I know it was a very crazy thing on my part that could ruin all the work done, but unexpectedly she was more aggressive than me, and riposted with a kiss and many other things. I will not go into details because besides I do not remember well, perhaps because of the time that has already passed, I do not usually narrate my intimacies with a lady.

I woke up in my bed, wrapped in the ecstasy that reminded me of it and with a certain headache that caused my hangover. Lazy I got up and went to the kitchen to prepare a coffee. There, on the floor, I found a female flip flop, one of those cheap ones that they sell for lots of shoping. I took the shoes, hugged them to my chest and remembered the presence of Yenislaura in my kitchen and everything that happened afterwards. I even whispered: oh, my Cinderella!

After a while I went to the door, flip flop in hand, looking for its owner. Irene Iglesias, the active president of our CDR, came from the winery and greeted me friendly as always. I answered his greeting and asked, without giving much importance, if he had seen my young neighbor: “No, she stayed at her mother’s house last night, that’s why she left early,” Irene replied as she spotted the object she held in my hand. and exclaimed: “Hey! And that flip flop? It must be Coralia’s! The poor thing walks like crazy looking for a flip flop that was lost last night at the party. ”

Agencies/ Lecturas/ JR/ JAPE/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.