U.S CRUISES ALLOW CUBANS ON THE ISLAND TO TRAVEL WITH U.S. FAMILY MEMBERS.
One of the peculiarities of traveling to Cuba by sea is that it is an option for older U.S. residents who were born in Cuba but don’t hold a Cuban passport.
It wasn’t always so. When Carnival Corp. made the breakthrough in scheduling a cruise on its Fathom ship between the U.S. and Cuba, the cruises could not be sold to Americans born in Cuba, in keeping with longstanding policies of the Cuban government. Anyone born in Cuba was not welcome to return on a cruise ship or any other kind of ship. That didn’t sit well with the influential Cuban community in Miami, which mounted a protest outside of Carnival’s headquarters. Carnival quickly worked out a solution with the Cuban government that let the cruises proceed and allowed Cuban-born U.S. residents to book them. The Fathom began sailing in 2016.
Flash forward three years, and another company is taking advantage of the opening forged by Carnival. Bahamas Paradise Cruise Line will dispatch its 1,300 passenger Grand Classica ship on Valentine’s Day on a four-day, roundtrip cruise to Havana from the Port of Palm Beach. A main draw is music, specifically three bands that specialize in Cuban pop and dance music.
But in addition to the salseros on board, there will be a contingent of abuelas, said Peter Regalado, CEO of Viva Travel & Tours, a Miami-area travel agency that is working with Bahamas Paradise to fill the cruise.
For Cuban-born Americans traveling back to Cuba, the Cuban government requires either a $460 Cuban passport for those who left the island after 1970, or a $220 HE-11 humanitarian visa for those who left before. “There’s a lot of people of the older age, they don’t want to do that,” Regalado was quick to point out that other cruise lines could provide the same service. “Any Cuban can go on a cruise; it’s not particular to us. The only difference is, we’re using it in a different way,” he said.
The cruise is unusual in another aspect: When the ship stops in Havana, it will allow Cuban friends and family of passengers to join the cruise and sail for two nights. The passengers who embarked in Cuba will disembark on the return call to Havana, and the vessel will proceed back to the U.S.
Una de las peculiaridades de viajar a Cuba por mar es que es una opción para los residentes mayores de los Estados Unidos que nacieron en Cuba pero no tienen un pasaporte cubano.
No siempre fue así. Cuando Carnival Corp. hizo un gran avance al programar un crucero en su barco Fathom entre los EE. UU. Y Cuba, los cruceros no podían venderse a los estadounidenses nacidos en Cuba, de acuerdo con las políticas de larga data del gobierno cubano. Cualquier persona nacida en Cuba no era bienvenida a regresar en un crucero o cualquier otro tipo de barco. Eso no le sentó bien a la influyente comunidad cubana en Miami, que organizó una protesta frente a la sede de Carnival. El carnaval rápidamente resolvió una solución con el gobierno cubano que permitió que los cruceros continuaran y que los residentes de los EE. UU. Nacidos en Cuba pudieran reservarlos. El Fathom comenzó a navegar en 2016.
Avancemos tres años, y otra compañía está aprovechando la apertura forjada por Carnival. Bahamas Paradise Cruise Line despachará su barco Grand Classica de 1,300 pasajeros el día de San Valentín en un viaje de ida y vuelta de cuatro días a La Habana desde el Puerto de Palm Beach. Un atractivo principal es la música, específicamente tres bandas que se especializan en el pop cubano y la música de baile.
Pero además de los salseros a bordo, habrá un contingente de abuelas, dijo Peter Regalado, CEO de Viva Travel & Tours, una agencia de viajes del área de Miami que está trabajando con Bahamas Paradise para llenar el crucero.
Para los estadounidenses nacidos en Cuba que viajan de regreso a Cuba, el gobierno cubano requiere un pasaporte cubano de $ 460 para aquellos que abandonaron la isla después de 1970, o una visa humanitaria de $ 220 HE-11 para los que se fueron antes. “Hay muchas personas de edad avanzada que no quieren hacer eso”, Regalado señaló rápidamente que otras líneas de cruceros podrían proporcionar el mismo servicio. “Cualquier cubano puede ir en un crucero; no es particular para nosotros. La única diferencia es que lo estamos utilizando de una manera diferente”, dijo.
El crucero es inusual en otro aspecto: cuando el barco se detenga en La Habana, permitirá a amigos y familiares de pasajeros cubanos unirse al crucero y navegar por dos noches. Los pasajeros que se embarcaron en Cuba desembarcarán de regreso a La Habana, y el barco regresará a los EE. UU.
Agencies/ Travel Weekly/ Tom Stieghorst/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
