GOBIERNO CUBANO MILITARIZA ZONA ENTORNO A LA BASE NAVAL DE GUANTANAMO.
Cuba blinda el este de la isla para evitar un éxodo masivo a través de Guantánamo. El régimen militariza la zona entorno a la Base Naval de EE.UU. ante la avalancha de ciudadanos que buscan salir de la isla por ese punto.
El sábado 23 de febrero, justo un día antes del referendo popular para las reformas constitucionales implantadas por el Partido Comunista (PCC), la provincia de Guantánamo amanecía militarizada por elementos conjuntos de las Fuerzas Armadas (FAR) y el Ministerio del Interior (Minint).
Residentes de esta oriental provincia cubana, la más azotada por el agravamiento de la actual crisis financiera que atraviesa la isla, supusieron que este despliegue policial y militar tenía como propósito disuadir de cualquier manifestación de protesta masiva previa al referendo, similar a la acontecida esa misma tarde en las calles de La Habana. Sin embargo, el jurista independiente Roberto Jesús Quiñones, quien regresaba desde la provincia de Cienfuegos por la noche, informó de que en el autobús que cubre la ruta entre ambas provincias, efectivos de las FAR conocidos como «boinas negras» no permitieron el acceso a los ciudadanos no residentes en Guantánamo.
En la mañana del domingo, vecinos de Caimanera confirmarían a Quiñones que, desde dos días antes, «el poblado estaba tomado militarmente y alrededor de 150 personas se encontraban detenidas en la unidad de policía del municipio, quienes fueron apresados luego de burlar el sistema de control de pases establecido».
Las causas de la militarización se debieron a rumores de que el Gobierno de los Estados Unidos permitiría el acceso a la Base Naval norteamericana de Guantánamo, situada justo al lado de Caimanera, a todos los ciudadanos cubanos que quisieran emigrar.
Ángel Miguel, seudónimo de un vecino de esta localidad que por temor a represalias pidió no ser identificado con su nombre real, confirmó que la oleada de jóvenes procedentes de distintos territorios del país para intentar acceder a la provincia no se ha detenido. «Todos los días Caimanera amanece con noticias de personas arrestadas intentado burlar el cerco militar para llegar hasta la Base Naval, y también continúa la restricción de acceso a toda la provincia para aquellos que no sean residentes», aseguró Ángel Miguel, quien además confirmó que había sido contactado por al menos tres periodistas independientes que tenían intención de llegar hasta el territorio con el propósito de cubrir la noticia in situ.
«Pero ninguno pudo lograr entrar a Guantánamo. Me llamaron para decirme que, en el punto de control de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) en la autopista, a la entrada de la ciudad, les negaron el acceso después de comprobar sus nombres en un listado», hecho que confirma la intención del régimen de prohibir a los medios de prensa independientes corroborar la veracidad sobre un posible éxodo masivo de cubanos hacia la Base Naval. Miembros de organizaciones opositoras en Guantánamo, como la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu) y la Alianza Democrática Oriental (ADO) coincidieron en que el hostigamiento contra los activistas también se acrecentó desde finales del mes de febrero.
Resulta sumamente llamativo que el régimen cubano, un mes después de militarizar la zona de Caimanera y extender el bloqueo a toda la provincia de Guantánamo, no haya desmentido los rumores atribuidos a los anuncios de una emisora extranjera. Para un régimen que a lo largo de seis décadas se ha caracterizado, en su agenda y retórica políticas, por acusar a Washington de estimular la emigración cubana, ha decidido guardar silencio sobre un inminente éxodo masivo en perjuicio de los ciudadanos de la isla.
Un silencio revelador.
Con este elocuente silencio, «el Gobierno cubano, además de intentar negar la ocurrencia de un éxodo masivo, pretende ocultar los hechos tras un rejuego con el Código Penal», señaló Martha Amelia, abogada guantanamera que accedió a ofrecer testimonio bajo seudónimo.
Esta abogada, vecina de otra zona fuertemente militarizada en la provincia, Hatibonico, refirió que «la mayoría de los ciudadanos que han sido arrestados –jóvenes en su totalidad– están siendo juzgados por penetrar en zonas militares y no por intento de salida ilegal del país». Tal es el caso de los catorce jóvenes que actualmente permanecen en prisión preventiva en un establecimiento penitenciario en Guantánamo, acusados de «violar el perímetro de seguridad» y de «desobediencia».
Argelio Lechuga, Yorie Céspedes, Daniel Manuel Estrada Gorra, Rafael Vadari Sánchez Ruíz, residentes en Guantánamo; Roinel Espinosa y Adonis Domínguez, de Holguín; Amari Martínez, Yordanis Ramírez, Yasiel Galván, Aniel Martel, Lázaro Valdez, Jesús Miguel Aguilar, Carlos Antonio García y Yasmani Marcelino Mendoza, de Cienfuegos, son los nombres de los jóvenes encarcelados.
CUBAN GOVERNMENT MILITARIZES AREA SURROUNDING THE U.S. NAVAL BASE OF GUANTANAMO.
Cuba shields the east of the island to avoid a massive exodus through Guantanamo. The regime militarizes the area around the US Naval Base. before the avalanche of citizens seeking to leave the island at that point.
On Saturday, February 23, just one day before the popular referendum for the constitutional reforms implemented by the Communist Party (PCC), the province of Guantanamo awoke militarized by joint elements of the Armed Forces (FAR) and the Ministry of the Interior (Minint) .
Residents of this eastern Cuban province, the most affected by the worsening of the current financial crisis that crosses the island, assumed that this police and military deployment had the purpose of discouraging any mass protest demonstration prior to the referendum, similar to the one that occurred. late in the streets of Havana. However, the independent jurist Roberto Jesus Quiñones, who was returning from the province of Cienfuegos at night, reported that in the bus that covers the route between the two provinces, members of the FAR known as “black berets” did not allow access to citizens not residing in Guantánamo.
On Sunday morning, neighbors of Caimanera would confirm to Quiñones that, since two days before, “the town was taken militarily and about 150 people were detained in the police unit of the municipality, who were arrested after evading the system of pass control established ».
The causes of the militarization were due to rumors that the United States Government would allow access to the US Naval Base at Guantanamo, located right next to Caimanera, to all Cuban citizens who wanted to emigrate.
Ángel Miguel, a pseudonym of a local resident who, for fear of reprisals, asked not to be identified with his real name, confirmed that the wave of young people from different parts of the country trying to access the province has not stopped. “Every day Caimanera dawns with news of people arrested trying to circumvent the military siege to reach the Naval Base, and also restricting access to the entire province for those who are not residents,” said Angel Miguel, who also confirmed that He had been contacted by at least three independent journalists who had intended to reach the territory in order to cover the news in situ.
«But none could manage to enter Guantánamo. They called me to tell me that, at the control point of the PNR (National Revolutionary Police) on the highway, at the entrance to the city, they were denied access after checking their names on a list “, a fact that confirms the intention of the regime to prohibit the independent media from corroborating the veracity of a possible mass exodus of Cubans to the Naval Base. Members of opposition organizations in Guantanamo, such as the Patriotic Union of Cuba (Unpacu) and the Eastern Democratic Alliance (ADO), agreed that harassment against activists has also increased since the end of February.
It is striking that the Cuban regime, one month after militarizing the Caimanera area and extending the blockade to the entire province of Guantánamo, has not denied the rumors attributed to the announcements of a foreign station. For a regime that for six decades has been characterized, in its political agenda and rhetoric, for accusing Washington of stimulating Cuban emigration, it has decided to keep silent about an imminent mass exodus to the detriment of the citizens of the island.
With this eloquent silence, “the Cuban government, in addition to trying to deny the occurrence of a mass exodus, tries to hide the facts after a replay with the Penal Code,” said Martha Amelia, a Guantanamera lawyer who agreed to offer testimony under a pseudonym.
This lawyer, a neighbor of another strongly militarized area in the province, Hatibonico, said that “the majority of citizens who have been arrested – young people in their entirety – are being tried for penetrating military zones and not for an attempt to leave the country illegally. » Such is the case of the fourteen young people who currently remain in preventive detention in a prison in Guantánamo, accused of “violating the security perimeter” and “disobedience”.
Argelio Lechuga, Yorie Céspedes, Daniel Manuel Estrada Gorra, Rafael Vadari Sánchez Ruiz, residents of Guantanamo; Roinel Espinosa and Adonis Domínguez, from Holguín; Amari Martínez, Yordanis Ramírez, Yasiel Galván, Aniel Martel, Lázaro Valdez, Jesús Miguel Aguilar, Carlos Antonio García and Yasmani Marcelino Mendoza, from Cienfuegos, are the names of the incarcerated youths.
Agencies/ ABC/ Jorge E. Rodriguez, La Habana/ Extractos/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.