POR LAS CALLES DE CUBA: “DE JUEGOS PROHIBIDOS” Y “BOLITEROS”.
Unos toman los juegos de apuestas o de azar por razones económicas; otros, como puro entretenimiento, pero lo cierto es que los juegos prohibidos en Cuba proliferan en las calles en variedad de formatos, desde la tan famosa «bolita» hasta juegos de mesa por dinero, retos monetarios en competiciones deportivas, etc.
El más conocido y popular de todos los juegos prohibidos en la Isla resulta sin dudas la «bolita», heredera de su antecesora: la lotería nacional, existente antes del triunfo revolucionario de 1959. Este sorteo toma de la lotería de la Florida los tres primeros dígitos y posee una sistematicidad de dos veces al día, el primer anuncio se emite a las 2:00 pm y el otro a las 8:00 p.m.
De los tres números, el primero se conoce como centena y los otros dos decena. La primera cifra posee un valor de 300 a 600 CUP por cada peso cubano apostado y la decena también varía de 30 a 60 CUP por cada peso jugado, o sea, si usted juega el 325 con 5 pesos en la centena y cinco en la decena y sale ese número, usted obtiene más de 2 mil pesos cubanos, pero si acierta solo en la decena (en este caso 25) solo recibe entre 200 o 300 CUP.
En algunas zonas del país se paga el «vire», por ejemplo para 325 el vire es 532, o sea el último dígito del original pasa a la centena, la misma suerte corre la «suma», donde al original le adicionamos el «vire» y el resultado lo nombramos «suma», en el caso analizado sería 325+532=857, y también ocurre lo mismo con el «pega‘o», si juegas el 324 y sale el 325 puedes obtener una ganancia, pues este es el número que antecede al 325. Todas estas opciones tienen un valor monetario menor a la centena y la decena.
Las personas juegan basándose en la Charada China con algunos ajustes cubanos. La gente relaciona los números de la Charada con sueños y experiencias personales a través de cábalas (cábulas como se le conoce popularmente), es decir, un sistema de interpretación mística y alegórica que busca el significado del mundo a través de paralelismos entre dígitos y lo que sucede en la vida de las personas.
También existe una cartilla con una serie de listas y recomendaciones para alcanzar el éxito en la «bolita», este manual es muy seguido pues consideran que lo elaboró una persona con fuertes conocimientos matemáticos y aritméticos. Asimismo, todos los días reciben dos adivinanzas cuyos enigmas llevan a los números de la jornada.
Los banqueros siempre tienen mucho dinero por si alguien asesta un buen golpe en un número, y cuando un dígito lleva mucho tiempo sin salir entonces limitan la cantidad de personas que lo pueden jugar por cada listero, además, existen las personas que juegan al menudeo, 2 o 3 pesos diarios, y los que juegan al por mayor, entre 100 y 200 pesos en una sola cifra.
Pero más allá de la «bolita» yacen otros juegos ilícitos que alcanzan popularidad en nuestra nación, entre ellos el dominó, el silo y las cartas por dinero. El primero de ellos lo encontramos en cualquier esquina de una comunidad, donde un grupo de personas juegan al dominó con cantidades considerables de capital en apuestas. Suelen armonizar el escenario con una botella de alcohol y los gritos o el silencio de sus participantes temerosos de recibir una «pollona» (como se le conoce a la pérdida de una ronda sin ganar juego alguno) o que el contrario pegue su última ficha.
El silo consiste en un juego con tres dados y varias personas que prueban suerte en los tiros y quien obtenga mayor cantidad de puntos en los tres dados durante una tirada resulta el ganador. A su vez los juegos de cartas van desde la brisca hasta el burro (populares entre los cubanos) y llevan como atractivo principal la rivalidad económica.
En las competencias deportivas abundan las disputas, pues en el desarrollo de torneos nacionales e internacionales de béisbol, boxeo, fútbol y otras disciplinas, se apuesta por los equipos y deportistas favoritos.
En tanto las peleas de gallos, que los cubanos recibimos por tradición resultan escenarios frecuentes de jugadores y casi siempre se acompañan de altos grados de violencia, de forma similar ocurre con las peleas de perros, repugnantes por lo sangriento de la contienda.
Asimismo, en las carreras de caballos, motos y autos y en los torneos (competiciones de habilidades en los campos) surgen riñas entre los contrincantes por problemas a la hora de cobrar el dinero empeñado.
ON THE STREETS OF CUBA: “OF PROHIBITED GAMES” AND “BOLITEROS”.
Some take gambling or gambling for economic reasons; others, like pure entertainment, but the certain thing is that the prohibited games in Cuba proliferate in the streets in a variety of formats, from the so famous “little ball” to board games for money, monetary challenges in sports competitions, etc.
The best-known and most popular of all the prohibited games on the island is undoubtedly the “little ball”, heir to its predecessor: the national lottery, which existed before the revolutionary triumph of 1959. This lottery takes the first three of the Florida lottery digits and has a systematic twice a day, the first announcement is issued at 2:00 pm and the other at 8:00 pm
Of the three numbers, the first is known as hundreds and the other two ten. The first number has a value of 300 to 600 CUP for each Cuban peso bet and the ten also varies from 30 to 60 CUP for each peso played, that is, if you play 325 with 5 pesos in the hundred and five in the ten and that number comes out, you get more than 2 thousand Cuban pesos, but if you hit only in the ten (in this case 25) you only receive between 200 or 300 CUP.
In some areas of the country the vire is paid, for example for 325 the vire is 532, that is, the last digit of the original goes to the hundred, the same fate runs the “sum”, where the original is added the “vire” »And the result we named it« sum », in the analyzed case it would be 325 + 532 = 857, and the same thing happens with the« pega’o », if you play the 324 and the 325 comes out you can get a profit, because this is the number that precedes the 325. All these options have a monetary value less than the hundred and the ten.
People play based on the Chinese Charade with some Cuban adjustments. People relate the Charade numbers with dreams and personal experiences through cabals (cábulas as it is popularly known), that is, a system of mystical and allegorical interpretation that seeks the meaning of the world through parallels between digits and what happens in people’s lives
There is also a primer with a series of lists and recommendations to achieve success in the “little ball”, this manual is very often because they consider that it was developed by a person with strong mathematical and arithmetic skills. Also, every day they receive two riddles whose enigmas lead to the numbers of the day.
The bankers always have a lot of money in case someone makes a good hit on a number, and when a digit has not been out for a long time then they limit the number of people who can play it for each listeria, in addition, there are people who play at retail, 2 or 3 pesos a day, and those who play wholesale, between 100 and 200 pesos in a single figure.
But beyond the “little ball” lie other illicit games that reach popularity in our nation, among them the domino, the silo and the letters for money. The first one is found in any corner of a community, where a group of people plays dominoes with considerable amounts of betting capital. They usually harmonize the stage with a bottle of alcohol and the shouts or silence of their participants afraid of receiving a “pollona” (as the loss of a round is known without winning any game) or that the opponent sticks his last card.
The silo consists of a game with three dice and several people who try their luck in the shots and whoever gets the most points in the three dice during a roll is the winner. In turn, the card games range from brisca to donkey (popular among Cubans) and have as their main attraction the economic rivalry.
In the sports competitions, there are many disputes, because in the development of national and international baseball, boxing, soccer and other disciplines, bet on the favorite teams and athletes.
While the cockfights, which we Cubans receive by tradition, are frequent scenarios of players and almost always accompanied by high degrees of violence, similarly occurs with dogfights, disgusting because of the bloodiness of the fight.
Also, in the races of horses, motorcycles and cars and in the tournaments (skills competitions in the fields) fights arise between the opponents for problems when it comes to collecting the money pledged.
Agencies/ IslaLocal/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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