A mediados de los años 1500s el puerto de La Habana era un punto importante del arribo de los barcos llenos de tesoros que desde los confines de toda la región arribaban para conformar un sistema de flotas custodiado por buques de guerra, con el fin de emprender el cruce del Atlántico hacia la metrópoli. La conquista y explotación del continente americano, de donde fluyó a sus puertos un torrente de oro, plata y otras riquezas arribaban en galeones para estimular la ambición de los tradicionales enemigos de España: Inglaterra, Francia y Holanda que no tardaron en tratar de apoderarse de tan extraordinario botín.

Desde entonces, la guerra se trasladó a los mares del nuevo mundo, en el cual piratas y corsarios se convirtieron durante más de 300 años en depredadores de esas fortunas en mar y tierra, extraídas de los pueblos originarios en nombre del derecho divino de su majestad el rey de España.

JAQUES DE SORES “EL ANGEL EXTERMINADOR”.

Jacques de Sores conocido por todos como “El Angel Exterminador” era un diestro pirata francés en abordar las embarcaciones hispanas, aventuras que compartió con su compatriota Frances le Clerg, conocido como Pata de Palo, por una extremidad perdida en un combate, y ambos detentaban la negra leyenda de haber arrasado ciudades costeras del Caribe, América del Sur y Canadá, entre ellas Santiago de Cuba y los asentamientos de Puerto Príncipe, Trinidad, Baracoa, San Juan de los Remedios, Manzanillo y Bayamo.

Pero el mayor trofeo para la jauría de piratas que asolaban el Caribe era La Habana, y Jacques de Sores probablemente junto con Pata de Palo, después de tomar Puerto Príncipe y llevarse todo lo de algún valor desembarcaron el 10 de julio de 1555 en la Ensenada de San Lázaro, al frente de 200 hombres armados con arcabuces y protegidos con petos y cascos para ocupar la villa habanera, según narraciones de la época.

El único resguardo de la urbe antaño era una improvisada fortaleza de madera y piedra alzada en el mismo lugar que hoy ocupa el Castillo de la Real Fuerza, que era defendida por el vecino y Regidor del Cabildo Don Juan de Lobera, con alrededor de 20 hombres y con solo un cañón de 47 quintales de peso, llamado “el salvaje”, y seis piezas de pequeño calibre.

No obstante, el bravo jefe declinó rendirse y luchó hasta que fue destruido el baluarte y sus armas de fuego y ballestas quedaron inutilizadas, por lo cual bajo la presión de su diezmada tropa se rindió a los galos. Mientras, el Gobernador de la Isla, Gonzalo Pérez de Ángulo, huyó junto a su familia y se refugió en el entonces cacicazgo de indios de Guanabacoa ante las primeras noticias del desembarco. Aunque al parecer, tratando de redimir su cobardía, organizó un grupo de habitantes, junto a indios, para sorprender a los piratas, pero el ruido de la improvisada cuadrilla puso en alerta a los piratas que repelieron el ataque.

En represalia, los invasores franceses asesinaron a 31 prisioneros, incendiaron la Villa y robaron todo lo que encontraron y por fin el seis de agosto se reembarcaron.

Paradójicamente, Jaques de Sores le perdonó la vida al valiente defensor de la comarca, Don Juan de Lobera, pero el gobernador Pérez de Ángulo fue enviado a España y enfrentó un proceso por cobardía que no concluyó porque murió antes del juicio.

LA HABANA CENTRO DE DEFENSA.

A pesar del ataque, La Habana permaneció durante siglos como lugar de reunión de la flota que llevaba las riquezas a la Corona evadiendo los ataques de piratas y corsarios, lo cual influyó en el desarrollo de la localidad que desplegó una economía de servicio al comercio marítimo y con astilleros donde en el siglo XVIII fueron construidas grandes embarcaciones.

El ataque de Jacques de Sores también influyó en la arquitectura de la ciudad, que fue reconstruida con mejor orden e incluyó el fortalecimiento de su defensa con la edificación del Castillo de La Real Fuerza sobre la fortaleza destruida, al que seguiría el de los Tres Reyes del Morro y el de San Salvador de la Punta, fortificaciones que han perdurado intactas frente al paso del tiempo.

El 16 de noviembre de este año al celebrar en el aniversario 500 de su fundación, La Habana recordará igualmente los difíciles tiempos de la iniciación de la Ciudad Maravilla cuando fue presa de desalmados piratas.

JACQUES DE SORES “THE EXTERMINATOR ANGEL” (1555) RAZED LA HAVANA.

In the mid-1500s the port of Havana was an important point of arrival of the ships full of treasures that from the ends of the entire region arrived to form a fleet system guarded by warships, in order to undertake the crossing of the Atlantic towards the metropolis. The conquest and exploitation of the American continent, from where a torrent of gold, silver, and other riches flowed into their ports, arrived in galleons to stimulate the ambition of Spain’s traditional enemies: England, France, and the Netherlands, who soon seized the opportunity to seize So extraordinary booty.

Since then, the war moved to the seas of the new world, in which pirates and corsairs became for more than 300 years in predators of these fortunes in sea and land, extracted from the original peoples in the name of the divine right of his majesty the king of Spain.

JAQUES DE SORES “EL ANGEL EXTERMINADOR”.

Jacques de Sores known to all as “The Angel Exterminator” was a skilled French pirate in boarding the Spanish boats, adventures he shared with his compatriot Frances le Clerg, known as Pata de Palo, for a limb lost in a fight, and both held the black legend of having devastated coastal cities of the Caribbean, South America and Canada, including Santiago de Cuba and the settlements of Port-au-Prince, Trinidad, Baracoa, San Juan de los Remedios, Manzanillo and Bayamo.

But the greatest trophy for the pack of pirates that ravaged the Caribbean was Havana, and Jacques de Sores probably along with Pata de Palo, after taking Port-au-Prince and taking everything of any value landed on July 10, 1555 in the Ensenada of San Lazaro, in front of 200 men armed with arquebuses and protected with breastplates and helmets to occupy the Havana villa, according to narrations of the time.

The only shelter of the city was once an improvised fortress of wood and stone raised in the same place that today occupies the Castle of the Royal Force, which was defended by the neighbor and Councilor of the Cabildo Don Juan de Lobera, with about 20 men and with only one cannon of 47 quintals of weight, called “the savage”, and six pieces of small caliber.

However, the brave chief declined to surrender and fought until the bulwark was destroyed and his firearms and crossbows were rendered useless, so under the pressure of his decimated troop he surrendered to the Gauls. Meanwhile, the Governor of the Island, Gonzalo Pérez de Angulo, fled with his family and took refuge in the then Guanabacoa Indians’ Cacicazgo at the first news of the landing. Although apparently trying to redeem his cowardice, organized a group of inhabitants, along with Indians, to surprise the pirates, but the noise of the improvised squad alerted the pirates who repelled the attack.

In retaliation, the French invaders killed 31 prisoners, burned down the Villa and stole everything they found and finally on the 6th of August they were re-embarked.

Paradoxically, Jaques de Sores spared the life of the brave defender of the region, Don Juan de Lobera, but Governor Pérez de Angulo was sent to Spain and faced a process of cowardice that did not end because he died before the trial.

THE HAVANA DEFENSE CENTER.

Despite the attack, Havana remained for centuries as a meeting place for the fleet that carried the wealth to the Crown, evading the attacks of pirates and corsairs, which influenced the development of the town that deployed an economy of service to maritime trade. and with shipyards where large vessels were built in the 18th century.

The attack of Jacques de Sores also influenced the architecture of the city, which was rebuilt with better order and included the strengthening of its defense with the construction of the Royal Force Castle on the destroyed fortress, which would follow that of the Three Kings del Morro and San Salvador de la Punta, fortifications that have remained intact in the face of time.

On November 16 of this year, when celebrating on the 500th anniversary of its foundation, Havana will also remember the difficult times of the initiation of the Wonder City when it was the prey of soulless pirates.

Agencies/ ANC/ Jorge W.Cobo/ Internet Photos/ Extractos/ Excerpts/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.