“LA EMPERATRIZ DEL DANZONETE”, LA VIDA DE PAULINA ALVAREZ.
Raimunda Paula Peña Álvarez, más conocida como Paulina Álvarez, fue una reconocida cantante cubana de danzonetes (danzones). Ella se convirtió en la principal exponente del género durante la década de 1930, siendo apodada La Emperatriz del Danzonete. Su mayor éxito fue la canción “Rompiendo la rutina”, el primer danzonete, compuesta por Aniceto Díaz en 1929. En 1960 grabó su único disco en LP.
Paulina Álvarez nació como Raimunda Paula Peña Álvarez el 29 de junio de 1912 en Cienfuegos, Cuba. Cuando tenía ocho o nueve años, estaba cantando en fiestas y funciones escolares. En 1926, a los 14 años, su familia se mudó a La Habana, donde comenzó su carrera profesional como cantante en sociedades, teatros y programas de radio. Ella cantó boleros y canciones, pero rápidamente se especializó en un nuevo estilo de danzón cantado influenciado por el Son Cubano llamado danzonete. En 1931 se convirtió en la cantante de la Orquesta Elegante, dirigida por Edelmiro Pérez y con el pianista Obdulio Morales.
Poco después de unirse a La Elegante, saltó a la fama con “Rompiendo la rutina”, el primer danzonete, que había sido compuesto por Aniceto Díaz en 1929. Ese golpe le valió el título “La Emperatriz del Danzonete”, que le dio el presentador Ruiz del Vizo. Otros golpes tempranos fueron los boleros “Lágrimas negras” (Miguel Matamoros) y “Mujer divina” (Agustín Lara). No obstante, no fue fácil para ella lograr el éxito debido a la tendencia sexista de los directores de la banda en ese momento.
Luego cantó con las orquestas de Luis del Castillo (Castillito), Ernesto Muñoz, Cheo Belén Puig, Hermanos Martínez y Neno González. En 1938 estableció su propia banda, incluyendo al director / flautista Manolo Morales, el pianista Everardo Ordaz, el contrabajista Rodolfo O’Farrill y el jugador de güiro Gustavo Tamayo. Con esta banda, grabó varios singles para Victor en 1939 y 1940, incluyendo no solo danzones sino también guarachas y rumbas.
AÑOS DESPUES
En la década de 1940, la popularidad de los conjuntos sonoros y el declive de las orquestas de danzón obligaron a Álvarez a irse de pausa. Tomó este tiempo para estudiar solfeo y teoría musical, y tomó la guitarra y el piano en la Academia Municipal de La Habana (actual Conservatorio Amadeo Roldán). También mejoró su técnica vocal, queriendo convertirse en una mejor cantante. Después de sus estudios, fundó una nueva orquesta con su esposo, el violinista Luis Armando Ortega, y en 1943 obtuvieron un programa en la estación de radio CMQ. La nueva banda contó con el flautista José Fajardo y el pianista Rubén González. Tras otra breve pausa a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, volvió a actuar en 1956. En 1959, grabó la versión definitiva de “Rompiendo la rutina” respaldada por la Gran Orquesta Típica Nacional, dirigida por Gilberto Valdés.
En 1960, Álvarez grabó su único disco en LP en los estudios EGREM de La Habana (los antiguos estudios Panart) con la orquesta de Rafael Somavilla, un álbum que incluía boleros famosos como “Campanitas de cristal” (Rafael Hernández) y “Obsesión” (Pedro Flores). Su última aparición pública tuvo lugar el 18 de mayo de 1965 en el programa de televisión Música y Estrellas, donde interpretó el bolero “Honda pena” junto con el famoso cantante de danzón Barbarito Díez y la popular charanga Orquesta Aragón.
LEGADO E INFLUENCIA
Paulina Álvarez es considerada una de las cantantes populares más influyentes en Cuba, como reconoció la estrella de la salsa Celia Cruz, que se consideraba una discípula de Álvarez. En 2010, la famosa cantante de boleros Omara Portuondo grabó un álbum en homenaje a Álvarez llamado Rompiendo la rutina, que recibió uno de los premios especiales en Cubadisco 2011.
Paulina Alvarez murió en la Habana el 22 de julio de 1965.
“THE EMPRESS OF THE DANZONETE”, LIFE OF PAULINA ALVAREZ.
Raimunda Paula Peña Álvarez, better known as Paulina Álvarez, was a renowned Cuban singer of danzonetes (danzones). She became the leading exponent of the genre during the 1930s, being nicknamed ‘The Empress of the Danzonete’. Her greatest hit was the song “Rompiendo la rutina”, the first danzonete, composed by Aniceto Díaz in 1929. In 1960 she recorded her only LP record.
Paulina Álvarez was born Raimunda Paula Peña Álvarez on June 29, 1912, in Cienfuegos, Cuba. By the time she was eight or nine years old, she was singing at parties and school functions. In 1926, at age 14, her family moved to Havana, where she started her professional singing career in societies, theatres, and radio shows. She sang boleros and canciones, but quickly became specialized in a new style of sung danzón influenced by the Son Cubano called danzonete. In 1931 she became the singer for Orquesta Elegante, directed by Edelmiro Pérez and featuring pianist Obdulio Morales.
Shortly after joining La Elegante, she rose to fame with “Rompiendo la rutina”, the very first danzonete, which had been composed by Aniceto Díaz in 1929. Such hit earned her the title “La Emperatriz del Danzonete” (The Empress of the Danzonete), given to her by presenter Ruiz del Vizo. Other early hits were the boleros “Lágrimas negras” (Miguel Matamoros) and “Mujer divina” (Agustín Lara). Nonetheless, it was not easy for her to achieve success due to the sexist bias of band directors at the time.
She then sang with the orchestras of Luis del Castillo (Castillito), Ernesto Muñoz, Cheo Belén Puig, Hermanos Martínez and Neno González. In 1938 she established her own band including director/flutist Manolo Morales, pianist Everardo Ordaz, double bassist Rodolfo O’Farrill and güiro player Gustavo Tamayo. With this band, she recorded several singles for Victor in 1939 and 1940, including not only danzones but also guarachas and rumbas.
LATER YEARS
By the 1940s, the popularity of son conjuntos and the decline of danzón orchestras forced Álvarez to go on hiatus. She took this time to study solfège and music theory and took up the guitar and the piano at the Academia Municipal de La Habana (current Amadeo Roldán Conservatory). She also improved her vocal technique, wanting to become a better singer. After her studies, she founded a new orchestra with his husband, violinist Luis Armando Ortega, and in 1943 they got a program at the CMQ radio station. The new band featured flutist José Fajardo and pianist Rubén González. After another brief hiatus in the late 1940s and early 1950s, she resumed performing in 1956. In 1959, she recorded the definitive version of “Rompiendo la rutina” backed by la Gran Orquesta Típica Nacional, directed by Gilberto Valdés.
In 1960, Álvarez recorded her only LP record at Havana’s EGREM studios (the former Panart studios) with Rafael Somavilla’s orchestra, an album that included famous boleros such as “Campanitas de Cristal” (Rafael Hernández) and “Obsesión” (Pedro Flores). Her last public appearance took place on May 18, 1965, in the television show Música y Estrellas, where she performed the bolero “Honda pena” together with famous danzón singer Barbarito Díez and the popular charanga Orquesta Aragón.
LEGACY AND INFLUENCE
Paulina Álvarez is considered one of the most influential popular female singers in Cuba, as acknowledged by salsa star Celia Cruz who considered herself a disciple of Álvarez. In 2010, famous bolero singer Omara Portuondo recorded a tribute album to Álvarez called Rompiendo la rutina, which was awarded one of the special prizes at Cubadisco 2011.
Paulina Alvarez died in Habana on July 22, 1965.
Agencies/ Wikipedia/ Internet Photos/ YouTube/ Extractos/ Excerpts/ Arnoldo Varona/ www.thecubanhistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.