EL CAFETAL ANGERONA, ARTEMISA, HISTORIA DE UN GRAN AMOR.
En el municipio de Artemisa, al sur de La Habana, se conservan las ruinas de una antigua hacienda que fuera símbolo del esplendor de los cafetales del occidente cubano en la época colonial, llamada Angerona. Su dueño fue un inmigrante alemán, Cornelio Souchay quien llegó a Cuba a principios del siglo XIX.
En La Habana Cornelio conoció a Úrsula Lambert, morena haitiana nacida libre, quien comienza a trabajar en el cafetal compartiendo intereses económicos, financieros y organizativos del mismo.
Alrededor de esto se teje la leyenda de su relación de Cornelio con la bellísima mujer de orígen africano, así como la vinculación de ella con la prosperidad y florecimiento económico del cafetal.
“Angerona”, diosa romana del silencio y la fertilidad de los campos, se encontraba reproducida en la entrada de la hacienda en una estatua a tamaño natural realizada en blanco mármol de Carrara.
Debido al esplendor y su reconocida belleza este maravilloso lugar fue motivo de inspiración para célebres escritores, pintores y personajes de la época que lo visitaron.
En Angerona convivían unos 450 esclavos, que residían en chozas y no en barracones. Además la atención humana y el sistema de organización laboral era muy distinto al del resto de la colonia.
Cornelio Souchay murió en La Habana en 1837 y según la certificación de defunción asentada en los libros de la iglesia de Cayajabos, fue enterrado en el cementerio del cafetal.
Úrsula abandonó el cafetal 8 ó 9 años después de la muerte de Cornelio para establecerse definitivamente en La Habana, en el barrio de La Merced. Murió en 1860, nunca se casó, ni tuvo descendencia.
Las ruinas de este cafetal constituyen un sitio de indudable valor por lo excepcional de su arquitectura y de la historia, fue declarado Monumento Nacional el 31 de diciembre de 1981
EL CAFETAL ANGERONA, STORY OF A GREAT LOVE.
In the municipality of Artemisa, south of Havana, the ruins of an old hacienda that was a symbol of the splendor of the coffee plantations of western Cuba in colonial times, called Angerona, are preserved. Its owner was a German immigrant, Cornelio Souchay who arrived in Cuba at the beginning of the 19th century.
In Havana, Cornelio met Úrsula Lambert, a free-born Haitian brunette, who began working in the coffee plantation sharing economic, financial and organizational interests.
Around this is woven the legend of his relationship of Cornelius with the beautiful woman of African origin, as well as the connection of it with the prosperity and economic flourishing of the coffee plantation.
“Angerona”, the Roman goddess of silence and fertility of the fields, was reproduced at the entrance of the hacienda in a life-size statue made of white Carrara marble.
Due to the splendor and its recognized beauty, this wonderful place was a source of inspiration for famous writers, painters and characters of the time who visited it.
In Angerona about 450 slaves lived, residing in huts and not in barracks. In addition, human attention and the system of labor organization was very different from the rest of the colony.
Cornelio Souchay died in Havana in 1837 and, according to the death certificate recorded in the books of the Cayajabos church, he was buried in the cemetery of the coffee plantation.
Ursula left the coffee plantation 8 or 9 years after the death of Cornelio to settle permanently in Havana, in the neighborhood of La Merced. He died in 1860, never married, nor had offspring.
The ruins of this coffee plantation constitute a site of undoubted value for the exceptional of its architecture and history, it was declared a National Monument on December 31, 1981
Agencies/ RHC/ Maria Calvo/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.