Entertainers and Artists< FRANCISCO "Panchito" Riset, great Singer of the Cuban Popular Music. Videos.

imagesFRANCISCO “PANCHITO” RISET, DESTACADO CANTANTE DE LA MUSICA POPULAR CUBANA. VIDEOS.

Francisco Hilario Riser, su verdadero nombre luego cambiado, nació en La Habana, Cuba, en el barrio de Atarés, en 1910. Desde pequeño, aprendió a tocar el Tres, la famosa guitarra cubana de tres cuerdas dobles, y la guitarra acústica española, instrumentos con los que se acompañaba, pero poco a poco los abandonó para concentrase más bien en cantar.

Si prestamos atencion, a veces la vida nos anuncian presagios que nos van a pasar en el futuro y esto fue lo que sucedió en el año 1947 en la ciudad de Nueva York cuando el compositor cubano “Mundito” Medina escribió el bolero titulado “El cuartito”.

En esa época, una de las estrellas más populares en el ambiente musical de Nueva York era Panchito Riset. Para el cantante, todo era brillante y feliz. El se presentaba todas las noches en el ‘Club Versalles’ de esa ciudad y sus discos se vendían por todo el mundo. Y Panchito aceptó cantarle a Medina su tema, sin saber que la canción para él sería profética, aunque en aquellos momentos de esplendor y fama, su mensaje no podría descifrar.

Su primer incurso como cantante profesional fue con el Septeto Esmeralda, pasándose más tarde al Septeto Habanero y luego a la orquesta de Ismael Díaz.

En 1933, lo invitan a cantar con una de las orquestas más populares de Nueva York en ese entonces y se muda a esa ciudad, donde canta por un tiempo con la Orquesta de Antobal. Es con Antoval que graba una de sus primeras grabaciones y en el sello le ponen Riset (en vez de Riser) y, como para no tener que rehacerlos, así lo dejan.

En Nueva York, durante los años 30, Francisco Riser, ahora Panchito Riset, canta y graba, prácticamente, con todos los grupos musicales existentes en ese entonces: Cuarteto (de Pedro) Flores, Victoria, el Caney, y con las orquestas de Xavier Cugat y Enrique Madriguera. Además, actuaba continuamente en los cabarets de moda: Cubanacán, La Conga y Yumurí así también como en California, donde se presentó en 1936 en el cabaret Trovadero, mientras se lo disputaban los estudios de grabación.

Ciudadano de Estados Unidos, cuando rompe la II Guerra Mundial el deber lo llama, y Panchito se enlista en el ejército donde permanece hasta 1943, cuando lo deautorizan honorablemente, Panchito regresa a lo que más le gustaba, cantarle a su público, lo que hace cuando debuta en el cabaret, Versalles, y donde permanece por los próximos 18 años.

Panchito, a su regreso del sercicio militar, siguió grabando, preferentemente con grupos que se amoldaban a su estilo, como los conjuntos de René Hernández y el de Luis “Lija” Ortiz, viajando esporádicamente por el Caribe. En sus presentaciones, con su voz e inconfundible estilo, Riset llevó al bolero la ingenuidad, la pureza en la expresión que existía en los años ‘30 y nunca buscó innovar su estilo. El invitaba al oyente a trasladarse con él a la simple y sosegada magia de la década de los 30.

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Lo interesante de su historia es que como otros cubanos (Antonio Machín, Bola de Nieve y Machito, entre otros) que disfrutaron de fama internacional, en su país natal, Panchito Riset no era muy conocido. Había salido de Cuba muy muy joven.

No fue hasta mediados de los ’40 que los radioescuchas de una popular radioemisora habanera, Radio Cadena Suaritos, comenzaron a escuchar una nueva voz que no era la suave de Fernando Albuerne, la viril de Daniel Santos, o la cadenciosa de Bobby Capó, voces a las que ya estaban acostumbrados. Esta nueva voz era algo distinto: muy aguda pero melodiosa que cantaba en un estilo que, francamente, ya estaba padaso de moda.Y para acabar, la canción que interpretaba comenzaba extrañamente con una risa, seguía con una pregunta y continuaba después con la evocación nostálgica de la amada perdida y el nido de sus amores.

http://youtu.be/qxaPCw1zEXo

Era una canción que parecía un tango, y de hecho su tema recordaba a la percanta y el bulín de “Mi noche triste”, el primer tango que cantó Gardel. Era una especie de tango tropical, a ritmo de bolero. Uno de esos temas que se creían compuestos en una noche de farra, llenas de recuerdos, de mucho alcohol y de superabundante inspiración. En suma, una canción tanto sublime, como ridícula, y como tal, conquistó el corazón de las multitudes. A poco, “El Cuartito” de “Mundito” Medina, en la voz de Panchito Riset, se escuchaba por todas partes a nivel de saturación.

Más tarde, con la misma aceptación, siguieron “Blancas azucenas”, de Pedro Flores, de la cual el musicólogo Cristóbal Díaz Ayala dice que en su versión, uno casi podía olerlas y “Cita a las seis”, donde los oyentes hasta se ponían nerviosos al escuchar como como su voz esperaba a la amada.

Y así se mantuvo por décadas. Como el baluarte de la música popular de Nueva York, hasta que la salud le empezó a fallar. Pero aún así, nunca perdió su maravillosa voz.

Su Última Presentación.
https://youtu.be/tOZpJUak6Qc

Menciona Ayala que en septiembre de 1983, cuando se celebró el Telemaratón de la Sociedad de Niños y Adultos Lisiados de Puerto Rico en New York, la presencia y actuación de Panchito Riset arrancaron, al mismo tiempo, lágrimas y aplausos. Al presentarlo Pedro Zervigón, el público le obligó a interpretar varios números, entre ellos “Blancas azucenas”. Esa noche, fue la estrella que más brilló, aunque allí estaban Celia Cruz, Iris Chacón, Ruth Fernández, Mirta Silva y otras grandes figuras. Desde su silla de ruedas, seguía actuando hasta que la enfermedad pudo más que él.

Y se cumplió la profecía….el 8 de agosto de 1988 en un cuartito, olvidado y ciego, con las dos piernas amputadas a consecuencia de la diabetes, fallece Panchito Riset, y al destino le preguntamos… ¿Por qué ríes así? Amigos como el locutor y animador Angel Luis González Adames y Trini Márquez, del famoso Trío de las Hermanas Márquez, le asistieron hasta su muerte.

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download (2)FRANCISCO “PANCHITO” RISET, GREAT SINGER OF THE CUBAN POPULAR MUSIC.VIDEOS.

Francisco Hilario Riser, his real name then changed, was born in Havana, Cuba, in the neighborhood of Atarés, in 1910. Since he was a child, he learned to play the Tres, the famous Cuban guitar with three double strings, and the Spanish acoustic guitar, instruments with which he was accompanied, but little by little he left them to concentrate rather on singing.

If we pay attention, sometimes life announces us omens that will happen to us in the future and this was what happened in the year 1947 in the city of New York when the Cuban composer “Mundito” Medina wrote the bolero entitled “El cuartito” ”

At that time, one of the most popular stars in the musical environment of New York was Panchito Riset. For the singer, everything was bright and happy. He appeared every night at the ‘Club Versalles’ in that city and his records were sold all over the world. And Panchito accepted to sing to Medina his subject, without knowing that the song for him would be prophetic, although in those moments of splendor and fame, his message could not decipher.

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His first incursion as a professional singer was with the Septeto Esmeralda, later moving to the Septeto Habanero and then to the Ismael Díaz orchestra.

In 1933, he was invited to sing with one of the most popular orchestras in New York at the time and moved to that city, where he sang for a while with the Antobal Orchestra. It is with Antoval that he records one of his first recordings and in the label they put him Riset (instead of Riser) and, as if he did not have to redo them, they left him.

In New York, during the 30s, Francisco Riser, now Panchito Riset, sings and records, practically, with all the musical groups existing at the time: Quartet (by Pedro) Flores, Victoria, el Caney, and with Xavier’s orchestras Cugat and Enrique Madriguera. In addition, he performed continuously in fashionable cabarets: Cubanacán, La Conga and Yumurí as well as in California, where he performed in 1936 at the cabaret Trovadero, while the recording studios disputed it.

A citizen of the United States, when he breaks World War II duty calls him, and Panchito enlists in the army where he remains until 1943, when he is honorably authorized, Panchito returns to what he liked best, to sing to his audience, what he does when he debuted in the cabaret, Versailles, and where he remains for the next 18 years.

Panchito, on his return from the military service, continued to record, preferably with groups that fit his style, such as the René Hernández and Luis “Lija” Ortiz sets, traveling sporadically through the Caribbean. In his presentations, with his voice and unmistakable style, Riset brought to the bolero the ingenuity, the purity in the expression that existed in the ’30s and never sought to innovate his style. He invited the listener to move with him to the simple and peaceful magic of the 30s.

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The interesting thing about his story is that like other Cubans (Antonio Machín, Bola de Nieve and Machito, among others) who enjoyed international fame, in his native country, Panchito Riset was not well known. He had left Cuba very young.

It was not until the mid-’40s that the listeners of a popular radio station in Havana, Radio Cadena Suaritos, began to listen to a new voice that was not the soft one of Fernando Albuerne, the virile one of Daniel Santos, or the cadenciosa of Bobby Capó, voices to those who were already used. This new voice was something different: very sharp but melodious that sang in a style that, frankly, was already padaso fashionable. And to finish, the song he played began strangely with a laugh, followed with a question and then continued with the evocation nostalgic of the beloved lost and the nest of her loves.

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It was a song that looked like a tango, and in fact its theme reminded us of the percussion and bulín of “Mi noche triste”, the first tango that Gardel sang. It was a kind of tropical tango, to the rhythm of bolero. One of those songs that were thought to be composed in a night of pomp, full of memories, lots of alcohol and superabundant inspiration. In short, a song both sublime, and ridiculous, and as such, conquered the hearts of the crowds. Soon, “El Cuartito” of “Mundito” Medina, in the voice of Panchito Riset, was heard everywhere at the saturation level.

Later, with the same acceptance, they followed “White Lilies”, by Pedro Flores, of which the musicologist Cristóbal Díaz Ayala says that in his version,

Agencies/ El Veras PR/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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