CUBA, MUSEO DE VIEJOS AUTOMOBILES EXTRANJEROS, LOS AHORA FAMOSOS Y TODAVIA FUNCIONANDO “ALMENDRONES”. VIDEOS.
Nadie es capaz de precisar cuántos miles de autos antiguos ruedan por las calles cubanas, donde, lo mismo en el extremo oriental que en la parte oeste de la isla, todavía están en uso modelos con más de 60 años de vida.
Las cifras varían desde los 60.000 hasta 75.000, pero lo único cierto es que en la isla conviven tres generaciones de automóviles, desde los norteamericanos, de los años 40 y 50 del pasado siglo, hasta las más modernas marcas de la contemporaneidad, pasando por una flotilla de autos soviéticos de las marcas Lada y Moscovicht.
Desde que Washington decretó el bloqueo contra Cuba a la isla no pueden entrar nuevos vehículos provenientes de Estados Unidos, pero los viejos autos han sobrevivido gracias al ingenio de los cubanos.
Sin embargo, algunos piensan que esos vehículos desaparecerán del paisaje urbano cubano.”Tienen que desaparecer porque es ilógico que ese tipo de automóvil todavía ruede”, dijo Aníbal Ibáñez, dueño de un taller de mecánica en La Habana.
Los cubanos han logrado mantener esos viejos autos con piezas que fueron ideadas para otras máquinas o concebidas para otros usos, y las que no han logrado adaptar las fabrican de manera artesanal.
Pero parece que tienen los días contados los “Almendrones”, como son conocidos los viejos autos en aparente alusión a que muchos tienen la forma de una almendra.”A la edad que tengo y las situaciones que se me avecinan, lo entrego al estado para que lo haga chatarra y lo venda. Para mí sería la solución más lógica para no seguir arrastrando esa cantidad de carros viejos”, afirmó Ibáñez.
Algunos piensan que esos carros pudieran venderse, pero tampoco parece que los autos antiguos tendrán mucha salida en un eventual mercado si llegasen a normalizar las relaciones con Estados Unidos.”Cuando hablas con personas que tienen esos carros, ellos plantean que iban a tener un valor extraordinario si los americanos venían, y eso es absurdo”, aseguró el avezado mecánico.
Otros expertos opinaron que si eso sucede, los potenciales compradores no serán coleccionistas tradicionales, que buscan bajo kilometraje y automóviles en perfectas condiciones, sino personas interesadas en conservar un pedazo de la historia de la isla.
Y es que mientras uno de esos coches antiguos puede parecer auténtico a primera vista, un examen más detallado revelaría drásticas modificaciones internas, que pueden incluir hasta el cambio del motor de gasolina por uno más moderno de diésel. “Como no había piezas originales, hemos tenido que inventar”, indicó Ibáñez.
Pero también poseer esos autos es un orgullo para muchos que se reúnen en el llamado Club de Autos Clásicos “A lo cubano”, que un fin de semana de cada mes realiza exhibiciones públicas de automóviles muy bien conservados. “A lo cubano” es el único club de autos antiguos que aún queda en la Isla y tradicionalmente organiza eventos, que mezclan cultura y deporte.
En esas exhibiciones se pueden ver un Mercury Monterrey, un Ford Crown Victoria de 1955, ejemplares de Chevrolet Impala y Corvette, un Cadillac El Dorado, y hasta un Messerschmitt de origen alemán.
Los dueños de esos autos, que los cuidan como a la niña de sus ojos, apuestan a la idea de que sean conservados como atracción turística, algo que ya viene ocurriendo con la compañía Grand Car auspiciada por la Oficina del Historiador de la Ciudad.
Como si fuera poco, en la zona colonial de La Habana está enclavado el ‘Museo del Automóvil’, que tiene con un patrimonio de más de 30 vehículos fabricados entre 1905 y 1989. Aunque la mayoría fueron producidos en Estados Unidos, también se exhiben ejemplares argentinos, españoles, ingleses, italianos y franceses como un Citro “n de 1977 propiedad de Celia Sánchez, ex-asistente de Castro.
CUBA MUSEUM OF OLD FOREIGN CARS, THE NOW FAMOUS AND STILL RUNNING “ALMENDRONES”.
No one is able to specify how many thousands of old cars roll through the Cuban streets, where, the same in the eastern end as in the western part of the island, models with more than 60 years of life are still in use.
The figures vary from 60,000 to 75,000, but the only certain thing is that three generations of cars coexist on the island, from the Americans, from the 40s and 50s of the last century to the most modern brands of contemporary times, passing through a Soviet car fleet of Lada and Moscovicht brands.
Since Washington decreed the blockade against Cuba on the island, new vehicles from the United States cannot enter, but the old cars have survived thanks to the ingenuity of the Cubans.
However, some think that these vehicles will disappear from the Cuban urban landscape. “They have to disappear because it is illogical that this type of car still rolls,” said Aníbal Ibáñez, owner of a mechanic’s workshop in Havana.
The Cubans have managed to keep those old cars with parts that were designed for other machines or designed for other uses, and those that have not been able to adapt them manufactured by hand.
But it seems that the “Almendrones” are counted, as old cars are known in the apparent allusion that many have the shape of an almond. “At the age I have and the situations that lie ahead, I deliver it to the state to make it scrap and sell it. For me it would be the most logical solution to not continue dragging that amount of old cars, “said Ibáñez.
Some think that these cars could be sold, but neither does it seem that old cars will have much output in an eventual market if they get to normalize relations with the United States. “When you talk to people who have those cars, they suggest that they would have a value extraordinary if the Americans came, and that is absurd, “said the seasoned mechanic.
Other experts were of the opinion that if that happens, potential buyers will not be traditional collectors, looking for low mileage and cars in perfect condition, but people interested in preserving a piece of the island’s history.
And while one of those old cars may seem authentic at first glance, a more detailed examination would reveal drastic internal modifications, which may include even changing the gasoline engine for a more modern diesel. “Since there were no original pieces, we had to invent,” Ibáñez said.
But also owning those cars is a pride for many who meet in the so-called Classic Car Club “A lo cubano”, which makes a well-preserved public car show every weekend. “A lo cubano” is the only old car club that still remains on the Island and traditionally organizes events that mix culture and sport.
In those exhibits, you can see a Mercury Monterrey, a 1955 Ford Crown Victoria, copies of Chevrolet Impala and Corvette, a Cadillac El Dorado, and even a Messerschmitt of German origin.
The owners of those cars, who take care of them like the girl in their eyes, bet on the idea that they be preserved as a tourist attraction, something that has already been happening with the Grand Car company sponsored by the Office of the Historian of the City.
As if that were not enough, in the colonial area of Havana is the ‘Automobile Museum’, which has a heritage of more than 30 vehicles manufactured between 1905 and 1989. Although most were produced in the United States, copies are also exhibited Argentines, Spaniards, English, Italians, and French as a Citro “n of 1977 owned by Celia Sánchez, Castro’s former assistant.
Agencies/ RHC/ Pedro M. Otero/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.