LA ESCUELA NORMAL para Maestros de Oriente fue y sigue siendo un centro de enseñanza para el desarrollo de actividades metodológicas, científicas y pedagógicas, aun hoy en los tiempos dificiles en que el pais desarrolla sus actividades de enseñanza comprometida.

Santiago de Cuba cuenta con sitios de notables valores que trascienden más allá de las fronteras locales por constituir patrimonio de la historia y la arquitectura, y entre estos destaca la que para siempre se le llamara La Escuela Normal para Maestros de Oriente. Con orgullo los santiagueros conservan ese centro emblemático de la pedagogía cubana, que rebasa la centuria y contó siempre con un claustro de prominentes profesores que marcaron pautas en el campo educacional. Como lo fueron Max Henriquez Ureña, su segundo director y creador de “la Normal” de la biblioteca mejor documentada del Oriente de Cuba y otros conocidos pedagogos como Camila Henriquez Ureña, Rodolfo Ibarra y Rodolfo Hernandez Giro.

Con un acentuado estilo neocolonial, la “Normal” llama la atención, además, por otras razones: está dotada de una arquitectura exclusiva, es única de su tipo en la ciudad, ubicado en el área comprendida entre las calles General Portuondo (Trinidad), Saturnino Lora (Calle nueva) y General Sánchez Hechavarría (San Jerónimo) en Santiago de Cuba.

Su Historia.
En 1899 durante el Gobierno inventor norteamericano, se decide erigir una edificación para la escuela en Santiago de Cuba. Para ello escogen los terrenos de la Loma de Santa Ana, lugar donde estuvo enclavado el Torreón conocido como El Palomar. En 1900 se realizó el contrato de construcción del edificio, para ello el gobernador donó terrenos que pertenecían al Estado.

Dos años demora la ejecución del inmueble, que tuvo como proyectista principal al ingeniero W. M. Black del cuerpo de ingeniero de los Estados Unidos. Para realizar la edificación se obtuvo apoyo financiero de ciudadanos de estado norteamericano de Massachussets, quienes aportaron $10.000 y $ 30.000 por parte de los Fondos del tesoro. La tradición asegura que las personas que hicieron esas donaciones eran padres y familiares de soldados norteamericanos que dieron su vida durante el sitio y toma de Santiago de Cuba en la Guerra Hispano–Norteamericana.

En 1902 se inauguró la escuela No. 1, modelo que funcionó hasta principios de 1916, luego fue reparado y adaptado para Escuela Normal para Maestros de Oriente, inaugurada el 10 de octubre del propio año. De sus aulas saldría toda una pléyade de intelectuales y patriotas que escribieron páginas de la historia cubana.

Max Henriquez Ureña.

Estructura
El proyecto del edificio esta inspirado en los modelos arquitectónicos de las escuelas norteamericanas, con plante en forma de H y dos niveles, el primero para aulas, y el segundo, inicialmente, a patio cubierto, éste posteriormente se transformó en salones para aulas. Puede inscribirse dentro del estilo neocolonial, y constituye un ejemplar único en su tipo en Santiago de Cuba.

Fue construido con piedra traída de Río de Grande, confeccionada en grandes bloques escuadrados que le imprimen a la fachada una textura singular, las maderas de puertas, ventanas, escaleras del vestíbulo y techo son de Ciprés y Pino de Georgia, Pino blanco, Cedro, Sabicú.

La carpintería de los dos niveles es sencilla y funcional, en el primero es de pivotes verticales con paños de cristal, en el segundo presenta una secuencia de arcos de medio punto con lucetas fijas y batientes encristalados. Los planos de cubierta inclinada en los corredores y el segundo nivel están conformados a partir de tejas francesas que le imprimen una roja coloración a esta sobria edificación. Otros cuerpos del edificio fueron creados para dar respuestas al incremento de matrículas y áreas deportivas.

Hacia 1998 al edificio principal se le realizo una restauracion parcial, año en que fue declarado Monumento Nacional, al frente de la misma estuvo el arquitecto Pedro Saro Romero, de la oficina del Conservador de la ciudad. Actualmente es la escuela pedagógica Floro Regino Pérez Díaz que cuenta con 510 alumnos donde reciben la formación para maestros primarios en un período de 4 años.

Intelectuales de aportes significativos a la historia de la Patria en la lucha por la libertad estudiaron en sus aulas, y muchos obtuvieron allí su título de maestro, que – como dijo José Martí- es hacerse creador.

ESCUELA NORMAL FOR TEACHERS OF ORIENTE, CUBA: A CENTENARY EDUCATIONAL MODEL.

LA ESCUELA NORMAL PARA MAESTROS of Oriente was and continues to be a teaching center for the development of methodological, scientific and pedagogical activities, even today in the difficult times when the country develops its committed teaching activities.

Santiago de Cuba has sites of remarkable values ​​that transcend local borders for constituting heritage of history and architecture, and among these stands out what was forever called The Normal School for Teachers of Oriente. The people of Santiago of Cuba proudly preserve this emblematic center of Cuban pedagogy, which goes beyond the century and always had a cloister of prominent teachers who set standards in the educational field. As were Max Henriquez Ureña, its second director and creator of “la Normal”, the best-documented library in Eastern Cuba, and other well-known pedagogues such as Camila Henriquez Ureña, Rodolfo Ibarra and Rodolfo Hernandez Giro.

With an accentuated neocolonial style, the “Normal” attracts attention, in addition, for other reasons: it is endowed with an exclusive architecture, it is the only one of its kind in the city, located in the area between General Portuondo streets (Trinidad), Saturnino Lora (New Street) and General Sánchez Hechavarría (San Jerónimo) in Santiago de Cuba.

Max Henriquez Ureña

Its Story.
In 1899, during the American inventor government, it was decided to erect a building for the school in Santiago de Cuba. For this they choose the land of the Loma de Santa Ana, where the Torreón known as El Palomar was located. In 1900 the construction contract for the building was made, for this, the governor donated the land that belonged to the State.

Two years delay the execution of the property, which had as its main designer the engineer W. M. Black of the United States Engineering Corps. To carry out the construction, financial support was obtained from citizens of the American state of Massachusetts, who contributed $ 10,000 and $ 30,000 from the Treasury Funds. Tradition assures that the people who made these donations were parents and relatives of North American soldiers who gave their lives during the siege and capture of Santiago de Cuba in the Spanish-American War.

In 1902 School No. 1 was inaugurated, a model that worked until the beginning of 1916, then it was repaired and adapted for the Normal School for Teachers of the East, inaugurated on October 10 of the same year. From their classrooms would come a whole host of intellectuals and patriots who wrote pages of Cuban history.

Structure
The project of the building is inspired by the architectural models of the North American schools, with an H-shaped plan and two levels, the first for classrooms, and the second, initially, for a covered patio, this later was transformed into classrooms. It can be registered within the neocolonial style and constitutes a unique specimen of its kind in Santiago de Cuba.

It was built with stone brought from Río de Grande, made in large squared blocks that give the façade a unique texture, the wood of the doors, windows, stairs in the lobby and ceiling are made of Cypress and Georgian Pine, White Pine, Cedar, Sabicú.

The carpentry on both levels is simple and functional, in the first it has vertical pivots with glass cloths, in the second it has a sequence of semi-circular arches with fixed lights and glazed wings. The sloping roof plans in the corridors and the second level are made up of French tiles that give a red coloring to this sober building. Other bodies of the building were created to respond to the increase in enrollments and sports areas.

Around 1998 the main building underwent a partial restoration, year in which it was declared a National Monument, in front of it was the architect Pedro Saro Romero, from the office of the city Conservator. It is currently the Floro Regino Pérez Díaz pedagogical school with 510 students where they receive training for primary teachers over a period of 4 years.

Intellectuals with significant contributions to the history of the Homeland in the fight for freedom studied in their classrooms, and many obtained their master’s degree there, which – as José Martí said – is to become a creator.

Agencies/ RHC/ EcuRed/ Aida Quintero/ Lorena Vinas/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.