HISTORIA DE LAS CERVEZAS NACIONALES CUBANAS Y SU GUSTO POR LA POBLACION.
La Cerveza Cubana tiene un largo historial en el uso por parte de nuestra poblacion por la refrescante y deliciosa bebida.
La primera cerveza entró a la Isla por Oriente y venía de contrabando desde Jamaica. No es hasta 1762, con la toma de La Habana por los ingleses, que se importaría de manera legal. Con la instauración del libre comercio entraría en grandes cantidades. Unas 130 marcas, casi todas inglesas, se ofertaban en tabernas, cafés, bodegas e incluso en boticas. Había cervezas que se anunciaban como propias para la familia, incluso se llegó al extremo de recomendarlas para niños y mujeres en el período de lactancia. Las damas, según la prensa de la época, se inclinaba por la marca británica “Ale”: suave, clara y beneficiosa, decían, para los males del estómago. De cualquier forma, era de las cervezas de mayor demanda, junto con la “Cabeza de Perro”, también inglesa. Hacia 1850, tal arraigo tuvo entre los consumidores la marca “Tennet Lager”, que son muchos los cubanos que llaman “laguer” al espumoso líquido.
COMIENZA LA PRODUCCION NACIONAL.
La cerveza cubana nace en 1841, cuando Juan Manuel Asbert y Calixto García empezaron a producirla en una fábrica en la calle San Rafael esquina a Águila. Trataron de elaborarla con el jugo de la caña de azúcar, que sustituiría a la cebada europea, pero el intento fue un fracaso y a partir de ese momento los criollos se contentaron con embotellar el refrescante líquido que llegaba en barriles desde el exterior.
Así lo estuvieron haciendo hasta 1883 que se instaló en la ciudad matancera de Cárdenas una fábrica para producirla. No duró mucho tiempo, pero en 1888 el alza de los impuestos sobre las importaciones aconsejó a los negociantes del patio su elaboración en Cuba. Surgía así en Puentes Grandes, “La Tropical”, primera cerveza cubana, con un producto de baja calidad. No demoraría en mejorar cuando maestros cerveceros franceses y alemanes, contratados especialmente, terminaron dándole a la cerveza el “toque” necesario.
En 1888 se fundó en La Habana la llamada “Nueva Fábrica de Hielo”, articulada poco después a la fábrica de cerveza en Puentes Grandes. Allí comenzó a elaborarse “La Tropical”, bajo propiedad de Ramón Herrera Sancibrían, bisabuelo de Julio Blanco Herrera, quien con su tesón logra posteriormente producir el cincuenta y ocho por ciento de la que se elaboraba anualmente en el país durante los años 50.
NUESTRA FORMIDABLE INDUSTRIA CERVECERA.
En sus inicios, las marcas en el mercado eran la cerveza clara “La Tropical”, la Tropical Oscura “Excelsior”, la cerveza clara “Cristal Palatino”, cerveza tipo Munich oscura “Tivoli” y la “Maltina Tivoli”. La exquisitez de la marca transcendió las costas de la isla para ganar premios en Europa y Estados Unidos, los más significativos fueron los Grandes Premios en las Exposiciones Internacionales de Londres, en 1896, y Bruselas en 1897; Diploma y Gran Premio en la Exposición Internacional del Progreso, París, 1912; Medalla de Oro en la Exposición de Agricultura e Industrias de La Habana, en 1909 y 1911; Medalla de Bronce en la Exposición de San Luis, 1904, y sus medallas se exhibieron en la antigua etiqueta.
En terrenos anexos a la fábrica, Julio Blanco Herrera padre construyó en 1929 el estadio “La Tropical”, hoy Pedro Marrero. Este campo, sirvió de sede a los Segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe, celebrados en 1940.
Había otras muy populares, como “Hatuey” y “Polar”. La primera traía un aborigen cubano en su etiqueta, y la segunda un oso blanco. Se promocionaban así: “La cerveza del pueblo y el pueblo nunca se equivoca”. Por su sabor exquisito, sus magníficas condiciones digestivas y sus resultados tonificantes.
La otra marca afirmaba: “Pida Hatuey. La gran cerveza de Cuba”, mientras que la publicidad Cristal insistía: “¡Cómo anima! ¡Cómo alegra! ¡Cómo estimula! Una cerveza extraordinaria”. Todo era cuestión de preferencia. Había cervezas importadas, pero no tuvieron demasiada aceptación, pese a que algunas marcas de procedencia norteamericana se presentaban en latas; toda una novedad en la época.
Antes de 1919, el “Santiago Brewing Company” fue fundada por el Sr. Eduardo Chibas. Durante este año, bajo la dirección de Don Enrique Schueg y Chassin, las instalaciones fueron adquiridas por la “Compañía Ron Bacardí SA”. La fábrica de cerveza “Hatuey”, situada en el barrio San Pedrito de Santiago de Cuba, fue comprada con el único propósito de construir una nueva destilería Bacardí. La nueva destilería fue inaugurada el 4 de febrero de 1922.
En sus primeros 21 años, la producción y las ventas en la fábrica de cerveza San Pedrito en Santiago de Cuba aumentó cinco veces. A fin de atender la creciente sed de Cuba por la Cerveza “Hatuey”, la Cervecería Modelo fue creada en 1947. Esta cervecería se construyó en 1947 a diez millas de La Habana en “El Cotorro”. Siendo fiel a su nombre, era de hecho una cervecería modelo.
La calidad de la cerveza cubana fue tal que las similares extranjeras no lograban penetrar el mercado interno. Nadie podía competir en precio y calidad de las cervezas cubanas a pesar de que algunas firmas foráneas lo intentaban.
Por el año 1958, Cuba poseía cinco fábricas de cerveza que producían cerca de 30 millones de litros anuales para una población aproximada de 6 millones de habitantes. Si se tiene en cuenta el reducido consumo que del producto hacían las mujeres y los menores de edad, se puede inferir el alto consumo per cápita del producto entre los bebedores. El cubano de siempre ha sentido predilección por esta bebida.
El mayor consumo de cerveza tenía lugar en bares y cantinas y algunos preferían hacerlo en la “bodega” de la esquina. Allí, en un ambiente “familiar”, conversaban con el dependiente saboreando una cerveza espumosa, un vaso de ”laguer” con un “saladito” de jamón y queso o con algunas aceitunas, mientras en la vitrola sonaba el bolero del momento. ¿No es acaso el lugar ideal?
HISTORY OF THE CUBAN BEERS AND NATIONAL TASTE.
The Cuban Beer has a long history on use by the population of this refreshing and delicious drink. The first beer entered the Island from the Oriente Province and was smuggled from Jamaica.
It was not until 1762, with the seizure of Havana by the English, that it would be imported legally. With the establishment of free trade, it would enter in large quantities. Some 130 brands, almost all English, were offered in taverns, cafes, wineries and even in apothecaries. There were beers that were advertised as their own for the family, they even went so far as to recommend them for children and women in the lactation period. The ladies, according to the press of the time, favored the British brand “Ale”: soft, clear and beneficial, they said, for stomach problems. In any case, it was one of the most popular beers, along with the “Cabeza de Perro”, also English. Around 1850, the Tennet Lager brand was so popular among consumers that many Cubans call the sparkling liquid “lager”.
Cuban beer was born in 1841 when Juan Manuel Asbert and Calixto García began producing it in a factory on Calle San Rafael on the corner of Águila. They tried to make it with the juice of sugar cane, which would replace European barley, but the attempt was a failure and from that moment the Creoles were content to bottle the refreshing liquid that came in barrels from abroad.
This was done until 1883 when a factory was installed in the Matanzas city of Cárdenas to produce it. It did not last long, but in 1888 the increase in import taxes advised the merchants of the patio to prepare it in Cuba. Thus emerged in Puentes Grandes, “La Tropical”, the first Cuban beer, with a low-quality product. It wouldn’t take long to improve when specially recruited French and German master brewers ended up giving beer the necessary “touch”.
In 1888 the so-called “New Ice Factory” was founded in Havana, articulated shortly afterward to the brewery in Puentes Grandes. There, “La Tropical” began to be produced, under the ownership of Ramón Herrera Sancibían, Julio Blanco Herrera’s great-grandfather, who with his tenacity later managed to produce fifty-eight percent of what was produced annually in the country during the 1950s.
OUR FORMIDABLE BREWING INDUSTRY.
In the beginning, the brands on the market were light beer “La Tropical”, Dark Tropical “Excelsior”, light beer “Cristal Palatino”, dark Munich type beer “Tivoli” and “Maltina Tivoli”. The exquisiteness of the brand transcended the coasts of the island to win prizes in Europe and the United States, the most significant being the Grand Prix at the International Exhibitions in London, in 1896, and Brussels in 1897; Diploma and Grand Prize at the International Exhibition of Progress, Paris, 1912; Gold Medal at the Exhibition of Agriculture and Industries of Havana, in 1909 and 1911; Bronze medal at the Exhibition of San Luis, 1904, and his medals were exhibited on the old label.
On land attached to the factory, Julio Blanco Herrera Sr. built the “La Tropical” stadium in 1929, today Pedro Marrero. This field served as the venue for the Second Central American and Caribbean Games, held in 1940.
There were other very popular ones, like “Hatuey” and “Polar”. The first one had a Cuban aboriginal on its label, and the second one a white bear. They promoted themselves like this: “The people’s beer and the people are never wrong.” For its exquisite flavor, its magnificent digestive conditions and its invigorating results.
The other brand claimed: “Ask for Hatuey. The great beer of Cuba “, while Cristal advertising insisted:” How it animates! How glad! How it stimulates! An extraordinary beer ”. It was all a matter of preference. There were imported beers, but they were not widely accepted, despite the fact that some brands of American origin were presented in cans; quite a novelty at the time.
Before 1919, the “Santiago Brewing Company” was founded by Mr. Eduardo Chibas. During this year, under the direction of Don Enrique Schueg and Chassin, the facilities were acquired by the “Compañía Ron Bacardí SA”. The “Hatuey” brewery, located in the San Pedrito neighborhood of Santiago de Cuba, was purchased for the sole purpose of building a new Bacardí distillery. The new distillery was inaugurated on February 4, 1922.
In its first 21 years, production and sales at the San Pedrito brewery in Santiago de Cuba increased five times. In order to satisfy Cuba’s growing thirst for “Hatuey” Beer, the Model Brewery was created in 1947. This brewery was built in 1947 ten miles from Havana in “El Cotorro”. True to its name, it was in fact a model brewery.
The quality of the Cuban beer was such that the foreign counterparts failed to penetrate the domestic market. No one could compete on price and quality of Cuban beers despite the fact that some foreign firms tried.
By 1958, Cuba owned five breweries that produced about 30 million liters per year for a population of approximately 6 million inhabitants. If the reduced consumption of the product by women and minors is taken into account, the high per capita consumption of the product among drinkers can be inferred. Cuban has always had a predilection for this drink.
The greatest consumption of beer took place in bars and canteens and some preferred to do it in the “bodega” on the corner. There, in a “family” atmosphere, they conversed with the clerk savoring a foamy beer, a glass of “lager” with a “saladito” of ham and cheese or with some olives, while the bolero of the moment sounded in the victrola. Isn’t it the ideal place?
Agencies/ Wiki/ Various/ Internet Photos/ Extractos/ Excerpts/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.