FAMOSAS RUMBERAS “REINAS DEL TROPICO” EN LA EPOCA DE ORO DEL CINE MEXICANO.
UNA GRAN CANTIDAD de expertos y críticos cinematográficos estan de acuerdo, que de todas las rumberas que transitaron por el cine mexicano, solo cinco de ellas han logrado pasar a la historia como las verdaderas forjadoras del género. Algunas rumberas tuvieron un paso efímero y fugaz por el género, pero estas cinco grandes figuras protagonizaron por separado varias decenas de filmes que en conjunto construyeron y sostuvieron toda la producción del cine de rumberas. Ellas fueron María Antonieta Pons (1922-2004), Meche Barba (1922-2000), Ninón Sevilla (1929-2015), Amalia Aguilar (1924) y Rosa Carmina (1929). Estas “Reinas del Trópico” lo son debido a su autenticidad. Ninguna se parece a la otra. Todas fueron distintas, no solo en sus estilos de bailar, sino también en sus películas, que gozaban de un estilo y sello particular e inconfundible.
MARIA ANTONIETA PONS
Es la primera rumbera del cine mexicano y la que marca las pautas y características que distinguirán al género. Maritoña (como también se le llamaba en la época) llegó a México en 1938 de la mano de su entonces marido, el cineasta español Juan Orol. María Antonieta Pons transitó con éxito variable del melodrama arrabalero hasta la comedia infantil o familiar. Pese a su voluptuosidad al bailar, la actriz siempre estuvo cuidada de una manera particular en sus películas (sobre todo aquellas que dirigió su segundo marido, el cineasta Ramón Pereda) De su extensa filmografía (la más larga entre las Reinas del Trópico), destacan títulos como Siboney (1938), Konga Roja (1943), Embrujo antillano (1945), La reina del trópico (1945), La bien pagada (1948), La hija del penal (1949), La mujer del puerto (1949), El ciclón del Caribe (1950), La reina del mambo (1950) y María Cristina (1951), entre otras. Tras el declive del género, María Antonieta intentó incursionar, con escaso éxito, en géneros como la comedia y los dramas rancheros. Tras su último filme en 1965, la actriz permaneció completamente aislada de la vida pública hasta su muerte.
https://youtu.be/j1Pt2hYPsdA
MECHE BARBA
Fue la única mexicana entre las cinco grandes exponentes del género, por lo que también es conocida como “La Rumbera Mexicana”. Barba inició su carrera siendo una niña en las carpas o teatros populares. Debuta en el cine en 1944. Su incursión al cine de rumberas ocurre con la cinta Rosalinda (La flor de la costa) (1945). Fue la protagonista de Humo en los ojos (1946), cinta que inicia la realización masiva de películas de rumberas. Por el hecho de ser mexicana, Barba carecía del sabor y la voluptuosidad característicos de los bailes de las rumberas cubanas. Gozaba de un estilo más mesurado y fino, razón por la que fue llamada la “Rita Hayworth mexicana”. De entre sus cintas destacan Cortesana (1948), Venus de fuego (1949), Lola Casanova (1949), Amor de la calle (1950), Si fuera una cualquiera (1950), Cuando los hijos pecan (1952), La mujer desnuda (1953) y Ambiciosa, entre otras. Formó una célebre pareja cinematográfica con el cantante y actor Fernando Fernández. Meche Barba se retiró del cine a principios de los años cincuenta, reapareciendo en la televisión tres décadas después. Su origen mexicano le permitió adaptarse más fácilmente a las telenovelas o unitarios mexicanos, donde permaneció vigente hasta su muerte.
https://youtu.be/EDVtnREE5J8
NINON SEVILLA
Poseedora de una exótica belleza felina y una armoniosa anatomía, Ninón Sevilla comenzó su formación en centros nocturnos en Cuba y llega a México en 1946 de la mano del cineasta y productor Fernando Cortés. Fue estrella exclusiva de Cinematográfica Calderón, y logró consolidar un sólido equipo fílmico a su alrededor que contribuyó a su lucimiento (Alberto Gout, Alex Phillips, Álvaro Custodio). Fue la favorita de mercados como Francia y Brasil. Fue una vedette completa, pues no solo bailaba y actuaba, sino que también cantaba y montaba sus propios números musicales, los cuales eran siempre vistosos, exóticos y extravagantes. De su filmografía destacan Perdida (1950), Aventurera (1950), Víctimas del pecado (1950), Sensualidad (1950), Aventura en Río (1953), Llévame en tus brazos (1954), Mulata (1954) y Yambaó, entre otras. De todas las rumberas, Sevilla se caracterizó por interpretar de una manera más audaz y atrevida el arquetipo de la mujer fatal, la pecadora y cabaretera. Tras permanecer retirada del cine durante más de una década, regresó a los platós de rodaje en los años ochenta, y permaneció vigente a través de la televisión hasta su muerte, en la mayoría de los casos con personajes de corte popular que la mantuvieron vigente entre las nuevas generaciones.
AMALIA AGUILAR
También conocida como “La Bomba Atómica”. Amalia llega a México en 1945 de la mano del bailarín cubano Julio Richard. Su enorme carisma y extraordinaria técnica de baile, le abrieron las puertas del cine y le brindaron la oportunidad de incursionar en Hollywood. Amalia Aguilar fue la rumbera que filmó comedia por excelencia. Su incursión interpretando mujeres malas, perversas y pervertidas, se resume en cinco películas. Del resto de su filmografía (19 cintas), sus personajes fueron casi siempre el de una muchacha alegre, prefirió inclinarse por las comedias ligeras. Ella será mítica mancuerna de figuras como Tin Tan o Resortes. De sus cintas destacan Calabacitas tiernas (1948), Conozco a los dos (1949), Ritmos del Caribe, Al son del mambo (1950), Amor perdido (1951), Las tres alegres comadres (1952), Los dineros del diablo (1953) y Mis tres viudas alegres (1953), entre otras. Del grupo de las rumberas cubanas, Amalia es la mejor bailarina. Se nota su aprendizaje y disciplina ante la barra de clásico y ese don caribeño para la improvisación, para dejarse llevar por el sentimiento y la energía.13 Aguilar se retiró del cine en 1955, realizando a partir de entonces, solo apariciones esporádicas en espectáculos en vivo. A pesar de su retiro, la actriz hace apariciones frecuentes en eventos públicos.
ROSA CARMINA
Poseedora de una singular estatura (poco usual entre las actrices de la época) y una deslumbrante belleza física, la despampanante Rosa Carmina llega a México en 1946, tras ser descubierta por Juan Orol en Cuba. En ese mismo año debutó en el cine mexicano en la cinta Una mujer de Oriente. A esa película la seguirían otras bajo la dirección de Orol que la darían a conocer ampliamente y le abrirían paso a su entronización como una de las figuras fundamentales del cine de rumberas. Sensual, extraordinaria en los bailes que realizaba en sus actuaciones, de rostro muy atractivo,15Rosa Carmina no solo fue exponente del cine de rumberas, sino también del cine negro mexicano, cuyo principal protagonista en México fue Juan Orol. Por este motivo, fue llamada “La Reina de los Gángsters”. Entre sus cintas más relevantes se encuentran Tania, la bella salvaje (1947), Gángsters contra charros (1947), Amor salvaje (1949), Cabaret Shangai (1950), En carne viva (1951), Viajera (1952), La diosa de Tahití (1953) y Sandra, la mujer de fuego (1954), entre otras. En su carrera cinematográfica, Rosa Carmina gozó de una versatilidad y riqueza pocas veces vista en una actriz mexicana, pues tránsito por numerosos géneros fílmicos que van del melodrama al terror, acción, drama, fantasía etc. Tras el declive del género, la actriz se dedicó principalmente a sus espectáculos personales. Tras esporádicas apariciones en la televisión, Rosa Carmina se retiró del espectáculo en 1992. Actualmente radica en Suiza.
Agencies/ Wiki/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.