Durante todo el siglo XIX de la industria perfumística en Cuba la tuvo la preponderancia de la perfumería europea, representada fundamentalmente por Francia, y en menor medida por Alemania y España. En la Isla se podían encontrar productos franceses en todos los establecimientos de ventas de perfumería, farmacias y casas particulares donde vivían los agentes exclusivos de venta de estos productos, quienes además eran sus representantes en el país.

En 1860 se inauguró, con capital español, la primera fábrica de cosmética y productos de aseo de Cuba: Sabatés, cuyo dueño fue Juan Sabatés. Con posterioridad, en 1863, se fundó Crusellas, cuyos dueños fueron los hermanos Crusellas. Ambas fábricas formaron los llamados primeros Grandes Consorcios Cubanos, los que se encontraban en el barrio del Cerro, en la Habana. También debemos señalar que estas dos fábricas comenzaron haciendo solo jabones, los cuales tendrían que empezar a establecerse en el mercado y en la mente de los consumidores.

Así llegamos al siglo XX donde ocurrirían un acontecimientos que cambiarían el destino de este país y con ello la producción, distribución y venta de la perfumería, productos de aseo y cosmética.

PERFUMERIA EN CUBA CON LA REPUBLICA.

Con la inauguración de la República en 1901, tenemos una enorme cantidad de productos y artefactos norteamericanos que invaden el mercado, la cultura, el vestir, y el idioma, entre otras esferas de la vida cotidiana, y que se difunden por toda la sociedad cubana de la época.

Los norteamericanos para legitimar su presencia en Cuba le pusieron el apellido de Cuba a todas las empresas y establecimientos que radicaban en nuestro país: ejemplo: Revlon Overseas de Cuba, Compañía Mennen de Cuba, Avon de Cuba, entre otros.

Al mismo tiempo se incrementaba la llamada “producción nacional” elaborada en Cuba fundamentalmente por Sabatés y Crusellas, además de lo proveniente de farmacias como Sarrá, Taquechel y Jhonson, y la producción de las pequeñas perfumerías cubanas.

Las Casas parisinas establecidas en La Habana desde el siglo XIX y que vendían líneas completas de una misma marca de productos eran sobre todo: Guerlain, Molinard, Vivaudou y Pompeia; además en las perfumerías y droguerías se vendían: Floramye, Coty, L.T.Piver, etc.

La mayoría se encontraba en el centro de la ciudad, y las damas que vivían en el interior y querían tener acceso a estos productos, los tenían que mandar a buscar a La Habana o directamente a Francia. También existían para algunos productos que no tenían puntos de venta los mencionados agentes exclusivos algunos de ellos eran: Alberto Peralta, Josefina y C.F. Wyman.

El siglo XX se convirtió en el siglo del boom de la perfumería, y de los grandes modistos en el mundo, que complementaron sus diseños con la creación de fragancias inolvidables como Miss Dior, y la mítica Channel 5; La cual fue creada en 1921 por encargo de Gabrielle Cocó Channel revolucionándose el mundo de la perfumería conocido hasta entonces, al igual que los diseños salidos de su osadía y atrevimiento. Usted podía ir tiendas como El Encanto, El Palacio de Hierro, Fin de siglo, y encontrar los más novedosos, encantadores, y seductores diseños y perfumes franceses al alcance de la mano. Junto a estos, estaban los productos cubanos y norteamericanos, que a pesar de ser más baratos no se vendían más.

En 1925 y gracias al impulso que se trató de dar a la industria nacional surge Gravi el último de los tres Grandes Consorcios Cubanos; la cual comenzó siendo una farmacia donde se producía una crema dental que tenía como emblema dibujado en el tubo una corona y se podía leer: La reina de las cremas dentales.

En 1930 hay un cambio en la producción, distribución y venta de los productos de perfumería, cosmética y aseo; a consecuencia de la gran depresión de 1929 Crusellas y Sabatés se vieron obligadas a hacer alianzas comerciales con empresas norteamericanas para no arruinarse, así Sabatés se convirtió en propiedad de la Procter & Gamble, la compañía jabonera más grande del mundo y Crusellas hizo una alianza con la Colgate-Palmolive.

A partir de ese momento, se comenzó a producir en el país Shampoo Drell, Crema dental Colgate, jabón Palmolive, entre otros artículos, desplazándose por consiguiente el mercado de productos mayoritariamente franceses a norteamericanos, estos últimos pasaron a ser los productos más vendidos en la época (que se extendió hasta 1959), apesar de los primeros nunca dejaron de venderse, ni de anunciarse.

En 1959 el triunfo de la Revolución cubana produjo un cambio radical a todos los niveles de la sociedad, que influyó también en el mercado de la cosmética y la perfumería. Con el proceso de las nacionalizaciones, las antiguas fábricas y talleres pasaron a propiedad del gobierno revolucionario, y los anteriores dueños, abandonaron el país ante la impronta del proceso nacionalizador.

El triste final, no hay que contarselos, los cubanos lo estan viviendo (AV).

MEMORIES OF PERFUMERY IN CUBA. CRUSELLAS, SABATES, GRAVI.

Throughout the 19th century, the perfume industry in Cuba had the preponderance of European perfumery, mainly represented by France, and to a lesser extent by Germany and Spain. On the Island, French products could be found in all perfumery sales establishments, pharmacies and private homes where the exclusive agents for the sale of these products lived, who were also their representatives in the country.

In 1860, the first factory of cosmetics and toiletries in Cuba was inaugurated, with Spanish capital: Sabatés, whose owner was Juan Sabatés. Subsequently, in 1863, Crusellas was founded, whose owners were the Crusellas brothers. Both factories formed the so-called first Great Cuban Consortiums, those that were in the Cerro neighborhood, in Havana. We should also note that these two factories started out making only soaps, which would have to start establishing themselves in the marketplace and in the minds of consumers.

Thus we come to the 20th century where events would occur that would change the destiny of this country and with it the production, distribution, and sale of perfumery, toiletries, and cosmetics.

PERFUMERY IN CUBA WITH THE REPUBLIC.

With the inauguration of the Republic in 1901, we have an enormous quantity of North American products and artifacts that invade the market, culture, clothing, and language, among other spheres of daily life, and that is disseminated throughout Cuban society. of the time.

The Americans to legitimize their presence in Cuba gave the name of Cuba to all the companies and establishments that were based in our country: example: Revlon Overseas of Cuba, Compañía Mennen de Cuba, Avon de Cuba, among others.

At the same time, the so-called “national production” made in Cuba, mainly by Sabatés and Crusellas, was increasing, in addition to what came from pharmacies such as Sarrá, Taquechel and Jhonson, and the production of small Cuban perfumeries.

The Parisian houses established in Havana since the 19th century and that sold complete lines of the same brand of products were mainly: Guerlain, Molinard, Vivaudou, and Pompeia; In addition, perfumes and drugstores sold: Floramye, Coty, L.T.Piver, etc.

Most of them were in the city center, and the ladies who lived in the interior and wanted to have access to these products had to send them to look for Havana or directly to France. The aforementioned exclusive agents also existed for some products that did not have points of sale, some of them were: Alberto Peralta, Josefina, and C.F. Wyman.

The twentieth century became the century of the perfumery boom, and of the great dressmakers in the world, who complemented their designs with the creation of unforgettable fragrances such as Miss Dior, and the mythical Channel 5; Which was created in 1921 by order of Gabrielle Cocó Channel revolutionizing the world of perfumery known until then, as well as the designs out of her daring and daring. You could go to shops like El Encanto, El Palacio de Hierro, Fin de Siglo, and find the newest, most charming, and alluring French designs and perfumes at your fingertips. Along with these were Cuban and American products, which despite being cheaper were no longer sold.

In 1925 and thanks to the impulse that was sought to give the national industry, Gravi was the last of the three Great Cuban Consortiums; Which started as a pharmacy where a toothpaste was produced that had a crown as an emblem drawn on the tube and you could read: The queen of toothpastes.

In 1930 there is a change in the production, distribution and sale of perfumery, cosmetic and grooming products; As a result of the great depression of 1929, Crusellas and Sabatés were forced to make commercial alliances with North American companies so as not to go bankrupt, thus Sabatés became the property of Procter & Gamble, the largest soap company in the world, and Crusellas made an alliance with the Colgate-Palmolive.

From that moment, Shampoo Drell, Colgate toothpaste, Palmolive soap, among other items, began to be produced in the country, consequently the market for products that were mainly French and North American, the latter became the best-selling products in the country. period (which lasted until 1959), despite the first ones, they never stopped selling or advertising.

In 1959 the triumph of the Cuban Revolution produced a radical change at all levels of society, which also influenced the cosmetics and perfumery market. With the process of nationalization, the old factories and workshops became the property of the revolutionary government, and the previous owners left the country under the imprint of the nationalizing process.

The sad ending, we do not have to comment on it, Cubans are experiencing it (AV).

Agencies/ Catalejo/ Cari Lorenzo/ Internet Photos/ Extractos/ Excerpts/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.