Roberto Faz Monzón nació en Regla, La Habana un 18 de Septiembre de 1914 y fue un distinguido y popular cantante cubano que alcanzó el apogeo de su popularidad durante los años cincuenta y principios de los sesenta.

Con solo 13 años incursiona como cantante en el Septeto Infantil Champan Sport, que dirigía Carlos Toledo, y a los 15, además del canto, se desenvolvía como percusionista y bajista en el septeto que administraba su padre Don Pascual, quien tanto tuvo que ver con el éxito de su carrera, y donde figuraba el gran trompetista Félix Chapotín.

Al igual que su contemporáneo Benny Moré, se especializó en muchas formas de música cubana, como el son, la guaracha y el bolero.

Fue miembro del Conjunto Kubavana durante tres años antes de unirse al Conjunto Casino en 1944. En el Casino cantó junto a Agustín Ribot y Roberto Espí, logrando un gran éxito y donde se consagra definitivamente como uno de los primeros cantantes de Cuba.

De ahí en adelante Roberto Faz pasó por la alineación de varias de las más populares orquestas cubanas de la época, consolidándose poco a poco como una de las voces del momento. Es, precisamente, gracias al empuje de Don Pascual que encabeza el conjunto Tropical, una agrupación que, organizada por su progenitor, juega un papel fundamental en la carrera del joven artista.

Su nombre apareció en las nóminas de las orquestas Ultramar, Copacabana, Continental, Hermanos Palau, Cosmopolita y el Conjunto Habana, hasta que llega al popular Conjunto Casino,

Durante la estancia en esa última agrupación, su voz conoce otros horizontes cuando comienza a presentarse en escenarios de Estados Unidos y Latinoamérica. Así se convirtió en el sello, no solo del conjunto, sino también de los éxitos del momento. Fue Faz el que popularizó entre los primeros lugares de las listas canciones como “Quiéreme y verás”, de José Antonio Méndez; “Que se corra la bola”, de Alberto Ruíz; y “Realidad y Fantasía”, de César Portillo de la Luz.

“El Casino” se desintegra en 1955 y poco después Faz, junto a algunos de sus ex–integrantes, forma una nueva orquesta: el Conjunto Roberto Faz, con el que alcanza la cúspide de su carrera artística.

La agrupación constituyó un verdadero fenómeno dentro de la música popular bailable de finales de la década de los años 50 y la primera mitad del decenio de los 60 del pasado siglo. Claro está, la gloria era compartida con otras grandes agrupaciones del momento como La Aragón, Benny Moré y su Banda Gigante, y la Riverside.

Ya entrada la segunda mitad del XX, Dámaso Pérez Prado, el creador del mambo, pone en circulación un nuevo ritmo llamado Dengue, que tiene en el Conjunto Roberto Faz a su principal promotor. Cuba entera bailó al compás de canciones como Dengue de caña, Dengue en Fa y El dengue tiene su tiqui tiqui.

En medio de esta furia de nuevos estilos musicales le sorprende la muerte, dejando un invaluable legado al patrimonio musical cubano y sentando un precedente que, aún decenios después, sigue despertando admiración y respeto en las nuevas generaciones de cantantes cubanos.

Faz es autor de canciones populares como “Te traigo mi son”, “El pregón de la montaña”, “Nadie baila como yo”, “El retozón”, “Píntate los labios María” y “Aguanile mai mai”.

Se dice que al fallecer, un 26 de Abril de 1966, con 51 años, Roberto Faz dejó más de 400 grabaciones de todos los géneros de la música cubana, consideradas por los entendidos verdaderas joyas del cancionero de la Isla.

ROBERTO FAZ, SINGER, COMPOSER, MUSICIAN, AND BAND DIRECTOR.

Roberto Faz Monzón was born in Regla, Havana on September 18, 1914, and was a distinguished and popular Cuban singer who reached the peak of his popularity during the 1950s and early 1960s.

At only 13 years old, he ventured as a singer in the Children’s Septet Champan Sport, directed by Carlos Toledo, and at 15, in addition to singing, he worked as a percussionist and bassist in the septet administered by his father Don Pascual, who had so much to do with the success of his career, and where the great trumpeter Félix Chapotín appeared.

Like his contemporary Benny Moré, he specialized in many forms of Cuban music, such as son, guaracha, and bolero.

He was a member of the Conjunto Kubavana for three years before joining the Conjunto Casino in 1944. At the Casino he sang alongside Agustín Ribot and Roberto Espí, achieving great success and where he is definitively consecrated as one of the first singers of Cuba.

From then on, Roberto Faz went through the line-up of several of the most popular Cuban orchestras of the time, gradually establishing himself as one of the voices of the moment. It is precisely thanks to the drive of Don Pascual who heads the Tropical group, a group that, organized by his father, plays a fundamental role in the career of the young artist.

His name appeared on the payrolls of the Ultramar, Copacabana, Continental, Hermanos Palau, Cosmopolita and Conjunto Habana orchestras, until he reached the popular Conjunto Casino,

During the stay in that last group, his voice knows other horizons when he begins to appear on stages in the United States and Latin America. Thus it became the seal, not only of the set but also of the successes of the moment. It was Faz who popularized songs like “Quiéreme y verás”, by José Antonio Méndez; “Let the ball run,” by Alberto Ruíz; and “Reality and Fantasy”, by César Portillo de la Luz.

“El Casino” disintegrated in 1955 and soon afterward Faz, together with some of its ex-members, formed a new orchestra: the Roberto Faz Ensemble, with which he reached the peak of his artistic career.

The group was a real phenomenon in popular dance music of the late 1950s and the first half of the 1960s. Of course, the glory was shared with other great groups of the moment such as La Aragón, Benny Moré and his Banda Gigante, and the Riverside.

Already entered the second half of the XX, Dámaso Pérez Prado, the creator of the mambo, puts into circulation a new rhythm called Dengue, which has in the Roberto Faz Ensemble its main promoter. The whole of Cuba danced to the beat of songs like Dengue de caña, Dengue en Fa and El dengue has its tiqui tiqui.

In the midst of this fury of new musical styles, death surprises him, leaving an invaluable legacy to the Cuban musical heritage and setting a precedent that, even decades later, continues to arouse admiration and respect in the new generations of Cuban singers.

Faz is the author of popular songs such as “Te traigo mi son”, “El pregón de la Montaña”, “Nobody dances like me”, “El retozón”, “Píntate las lips María” and “Aguanile mai mai”.

It is said that on his death on April 26, 1966, at age 51, Roberto Faz left more than 400 recordings of all genres of Cuban music, considered by the experts to be true jewels of the Island songbook.

Agencies/ Wiki/ RHC/ Yanisbel Peña/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.