ROBERTO FAZ, UNA VOZ POPULAR CUBANA QUE NO SE OLVIDA. VIDEOS.
Roberto Faz Monzón fue un popular cantante cubano que al igual que su contemporáneo Benny Moré, se especializó en muchas formas de la música cubana como el son, la guaracha y el bolero. Un cantante que elevó nuestra música popular a planos estelares dentro y fuera de la Isla.
Faz resulta uno de esos intérpretes que trascendió, por sus excepcionales dotes como cantante, su complicidad con el público y los bailadores, y el cariño que le profesaban todos sus compatriotas.
Nació en el ultramarino pueblo de Regla, en 18 septiembre de 1914, y llevaba la música en los genes. Con solo 13 años incursiona como cantante en el Septeto Infantil Champan Sport, que dirigía Carlos Toledo, y a los 15, además del canto, se desenvolvía como percusionista y bajista en el septeto que administraba su padre Don Pascual, quien tanto tuvo que ver con el éxito de su carrera, y donde figuraba el gran trompetista Félix Chapotín.
De ahí en adelante Roberto Faz pasó por la alineación de varias de las más populares orquestas cubanas de la época, consolidándose poco a poco como una de las voces del momento. Es, precisamente, gracias al empuje de Don Pascual que encabeza el conjunto Tropical, una agrupación que, organizada por su progenitor, juega un papel fundamental en la carrera del joven artista.
Su nombre apareció en las nóminas de las orquestas Ultramar, Copacabana, Continental, Hermanos Palau, Cosmopolita y el Conjunto Habana, hasta que llega al popular Conjunto Casino, donde se consagra definitivamente como uno de los primeros cantantes de Cuba.
Durante la estancia en esa última agrupación, su voz conoce otros horizontes cuando comienza a presentarse en escenarios de Estados Unidos y Latinoamérica. Así se convirtió en el sello, no solo del conjunto, sino también de los éxitos del momento. Fue Faz el que popularizó entre los primeros lugares de las listas canciones como Quiéreme y verás, de José Antonio Méndez; Que se corra la bola, de Alberto Ruíz; y Realidad y Fantasía, de César Portillo de la Luz.
https://youtu.be/vAgl3JG4geY
“El Casino” se desintegra en 1955 y poco después Faz, junto a algunos de sus ex–integrantes, forma una nueva orquesta: el Conjunto Roberto Faz, con el que alcanza la cúspide de su carrera artística.
La agrupación constituyó un verdadero fenómeno dentro de la música popular bailable de finales de la década de los años 50 y la primera mitad del decenio de los 60 del pasado siglo. Claro está, la gloria era compartida con otras grandes agrupaciones del momento como La Aragón, Benny Moré y su Banda Gigante, y la Riverside.
Ya entrada la segunda mitad del XX, Dámaso Pérez Prado, el creador del mambo, pone en circulación un nuevo ritmo llamado Dengue, que tiene en el Conjunto Roberto Faz a su principal promotor. Los carnavales habaneros eran por aquel entonces el principal termómetro para medir la popularidad, y la agrupación de Faz era de las más aclamadas en un momento donde, simultáneamente, compartían la preferencia del público los ritmos Dengue, Pilón, de Enrique Bonne; el Pa´ cá, de Juanito Márquez, y el Mozambique, de Pello el Afrokán.
https://youtu.be/VN4E2lAYbxs
Cuba entera bailó al compás de canciones como Dengue de caña, Dengue en Fa y El dengue tiene su tiqui tiqui.
En medio de esta furia de nuevos estilos musicales le sorprende la muerte, dejando un invaluable legado al patrimonio musical cubano y sentando un precedente que, aún decenios después, sigue despertando admiración y respeto en las nuevas generaciones de cantantes cubanos.
Se dice que al fallecer, Roberto Faz dejó más de 400 grabaciones de todos los géneros de la música cubana, consideradas por los entendidos verdaderas joyas del cancionero de la Isla.
A seis décadas de su desaparición física su obra está tan viva como en los años en que era uno de los más populares cantantes de Cuba por su voz, carisma y el cariño que supo ganarse de su pueblo.
ROBERTO FAZ, A POPULAR CUBAN VOICE THAT IS NOT FORGOTTEN. VIDEOS.
Roberto Faz Monzón was a popular Cuban singer who, like his contemporary Benny Moré, specialized in many forms of Cuban music such as son, guaracha, and bolero. A singer who raised our popular music to stellar planes inside and outside the Island.
Faz is one of those interpreters who transcended, due to his exceptional skills as a singer, his complicity with the public and dancers, and the affection that all his compatriots professed for him.
He was born in the overseas town of Regla, on September 8, 1914, and carried music in his genes. At only 13 years old, he ventured as a singer in the Champan Sports Children’s Septet, led by Carlos Toledo, and at 15, in addition to singing, he developed as a percussionist and bassist in the septet managed by his father Don Pascual, who had so much to do with him. the success of his career, and where the great trumpeter Félix Chapotín appeared.
From then on, Roberto Faz went through the line-up of several of the most popular Cuban orchestras of the time, gradually consolidating himself as one of the voices of the moment. It is precisely thanks to Don Pascual’s drive that he heads the Tropical ensemble, a group that, organized by its father, plays a fundamental role in the young artist’s career.
His name appeared on the payroll of the Ultramar, Copacabana, Continental, Hermanos Palau, Cosmopolita and Conjunto Habana orchestras until he arrived at the popular Conjunto Casino, where he definitively established himself as one of the first singers in Cuba.
During the stay in that last group, his voice knows other horizons when he begins to appear on stages in the United States and Latin America. Thus it became the hallmark, not only of the group but also of the hits of the moment. It was Faz who popularized songs like Quiéreme y verás, by José Antonio Méndez, among the first places on the charts; Let the ball run, by Alberto Ruíz; and Realidad y Fantasía, by César Portillo de la Luz.
“El Casino” disintegrated in 1955 and shortly afterward Faz, together with some of its former members, formed a new orchestra: the Roberto Faz Ensemble, with which he reached the peak of his artistic career.
The group was a true phenomenon within the popular dance music of the late 1950s and the first half of the 1960s. Of course, the glory was shared with other great groups of the moment such as La Aragón, Benny Moré y su Banda Gigante, and La Riverside.
In the second half of the twentieth century, Dámaso Pérez Prado, the creator of the mambo, puts into circulation a new rhythm called Dengue, which has its main promoter in the Roberto Faz Ensemble. The Havana carnivals were at that time the main thermometer to measure popularity, and Faz’s group was one of the most acclaimed at a time when, simultaneously, the rhythms Dengue, Pilón, by Enrique Bonne shared the public’s preference; El Pa´cá, by Juanito Márquez, and Mozambique, by Pello el Afrokán.
All of Cuba danced to the beat of songs like Dengue de caña, Dengue en Fa and El dengue has its tiqui tiqui.
In the midst of this fury of new musical styles, death surprises him, leaving an invaluable legacy to the Cuban musical heritage and setting a precedent that, even decades later, continues to arouse admiration and respect in the new generations of Cuban singers.
It is said that when he passed away, Roberto Faz left more than 400 recordings of all genres of Cuban music, considered by connoisseurs to be true jewels of the island’s songbook.
Six decades after his physical disappearance, his work is as alive as in the years when he was one of the most popular singers in Cuba for his voice, charisma, and the affection that he knew how to win over his people.
Agencies/ Wiki/ RHC/ Tanisbel Peña/ María Candela/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.