Biden debería decir que como presidente no solo levantaría algunos de los límites de Trump a los viajes y las remesas a la isla para darle nuevo oxígeno a un incipiente sector privado en la isla, sino que también montaría simultáneamente una fuerte campaña diplomática internacional para presionar a la dictadura de Cuba para respetar los derechos humanos.

Biden podría agregar que está mucho mejor posicionado que Trump para hacer eso porque tendría un apoyo mucho mayor de la comunidad internacional. Trump, que ha abrazado y elogiado a los dictadores de Corea del Norte, Rusia, China, Arabia Saudita, Turquía y Egipto, no tiene autoridad moral para hablar sobre los derechos humanos en cualquier lugar. El mundo simplemente se reiría de una cruzada de derechos humanos de Trump para Cuba.

Biden debería comenzar haciéndose eco de las palabras de Kerry y admitiendo explícitamente que está decepcionado con la mala respuesta de Cuba a los lazos normalizadores de Obama con la isla y que “revitalizaría” las políticas estadounidenses de derechos humanos hacia Cuba. Si lo hace, probablemente aumentará su apoyo entre muchos cubanoamericanos más jóvenes que están legítimamente disgustados por el racismo de Trump, la constante incitación al odio, el manejo desastroso de la pandemia de COVID-19 y la crisis económica de Estados Unidos.

Let’s face it: Obama’s normalization of ties with Cuba did not help improve the island’s human- and civil-rights conditions any more than the previous 60 years of economic sanctions on the island. It’s time for Biden to go beyond defending Obama’s opening to Cuba.

Biden should say that as president he would not only lift some of Trump’s limits on travel and remittances to the island in order to give new oxygen to an incipient private sector on the island but that he would also simultaneously mount a strong international diplomatic campaign to press Cuba’s dictatorship to respect human rights.

Biden could add that he’s much better positioned than Trump to do that because he would have much greater support from the international community. Trump, who has embraced and praised the dictators of North Korea, Russia, China, Saudi Arabia, Turkey, and Egypt, has zero moral authority to speak about human rights anywhere. The world would just laugh at a Trump human-rights crusade for Cuba.

Biden should start by echoing Kerry’s words and explicitly conceding that he’s disappointed with Cuba’s poor response to Obama’s normalizing ties with the island and that he would “reinvigorate” U.S. human rights policies toward Cuba. If he does that, he will probably increase his support among many younger Cuban Americans who are rightly disgusted by Trump’s racism, constant incitement of hatred, disastrous handling of the COVID-19 pandemic, and America’s economic crisis.

Agencies/ The Herald/ (Opinion) Andres Oppenheimer/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.