History of Cuba(OPINIÓN) El Último Golpe de Trump a las Vitales Remesas a los Cubanos. * (OPINIÓN) El Último Golpe de Trump a las Vitales Remesas a los Cubanos.

(OPINION) EL ÚLTIMO GOLPE DE TRUMP A LAS VITALES REMESAS A LOS CUBANOS.

El presidente de Estados Unidos termina con las operaciones de Western Union en la isla antes de dejar la Casa Blanca, Biden dice que revertirá las sanciones.

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COMO CIENTOS DE MILES DE CUBANOS, cada mes Wendy Hernández recibe una pequeña cantidad de dinero de su familia en Miami. No es mucho, entre 100 y 150 dólares, a veces menos, pero es una de las principales fuentes de sustento del hogar. En su casa entran dos salarios estatales, cerca de 1.500 pesos cubanos equivalentes a 60 dólares para tres personas, que dan para poco. Al principio recibía las remesas a través de viajeros u otras vías informales, pero desde que Western Union estableció una red de 407 oficinas en la isla al calor de la apertura aprobada por Barack Obama, esta era la opción principal que utilizaban sus parientes para mandarle ayuda. “Ahora la cosa se jodió, otra vez a inventar”, dice con santa resignación Hernández, tras conocer que la compañía anunció el cierre de sus operaciones en Cuba a partir de este lunes debido a una última sanción del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

El último golpe de Trump a La Habana data del 27 de octubre, una semana antes de las elecciones en EE UU. Pero sus consecuencias se ven ahora. La Administración de Trump incluyó entonces en la Lista Restringida de Cuba a la empresa financiera cubana Fincimex, contraparte de Western Union, con el argumento de que pertenece a la corporación empresarial militar cubana GAESA, con la que ninguna entidad estadounidense puede contratar. La nueva medida estableció un plazo de 30 días para su aplicación, y hasta la semana pasada Western Union intentó hallar una solución.

“Hemos estado trabajando en todas las posibles alternativas para mantener abierto nuestro servicio entre Estados Unidos y Cuba mientras reorganizamos este canal vital para nuestros clientes. Desafortunadamente, no lo hemos logrado en este plazo reducido”, señaló Western Union en un comunicado dirigido a sus clientes cubanos, en el que lamenta “profundamente esta situación”. “Sabemos que el dinero que usted envía a sus seres queridos a Cuba sirve para el pago de alimentos, rentas y otros gastos o para apoyar a microempresas. Le aseguramos nuestro compromiso de que continuaremos explorando todas las alternativas posibles en busca de una solución”, expresó la empresa, que despacha a Cuba cientos de millones de dólares al año.

La cifra de a cuánto ascienden las remesas que envían los emigrados no es precisa porque un gran número llega a Cuba por vías informales. Un informe de la firma Havana Consulting Group (HCG) estima el monto anual en unos 3.600 millones de dólares (aproximadamente 3.040 millones de euros), más que el aporte de todo el sector turístico a la economía cubana (alrededor de 3.000 millones de dólares), y más que la suma de los principales rubros de exportación, incluidos níquel, azúcar y derivados, tabaco y productos biotecnológicos. Cerca de dos millones de cubanos viven fuera del país. Según HCG, alrededor del 95% de los que envían remesas lo hacen una vez al mes y el promedio de cada transacción está entre 180 y 220 dólares.

Cada mes, la Western Union realiza 240.000 transferencias a Cuba desde EE UU. Son 2,4 millones de dólares al día, 72 millones al mes, 864 millones de dólares al año —sin contar los envíos desde otros países como España o México—. La consultora plantea que alrededor del 45% de las remesas llega por vías informales mientras que otros economistas cubanos consideran esta proporción mayor del 80%, y el volumen total de lo enviado entorno a los 4.000 millones de dólares. En cualquier caso, mucho dinero, y dinero fresco.

Sin duda, el último zarpazo de Trump a quien más afecta y hace la vida difícil no es al Gobierno sino a las familias que recibían estas ayudas, dólares empleados no solo en la supervivencia diaria, sino también como fuente de financiación: más de 60.000 cubanos regentan hoy restaurantes privados o cafeterías y cerca de 40.000 alquilan habitaciones, y muchos de estos negocios han contado con la inversión inicial de familiares o amigos que residen en el exterior.

El presidente electo, Joe Biden, criticó durante la campaña la medida adoptada por Trump alegando que los cubanoamericanos tienen derecho a ayudar a sus familiares. Christian Ulvert, uno de los principales asesores de Biden en Florida, aseguró que Western Union era “el mayor servicio de remesas” en Cuba y que su cierre era “doloroso para las familias cubanas, especialmente para los más mayores y vulnerables”, adelantando que levantarían las restricciones contra las remesas, como hizo Obama.

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Varios economistas cubanos confían en que esta podría ser una de las primeras acciones de Biden para empezar a desmontar el andamiaje de sanciones trumpistas —más 130 medidas en cuatro años—, antes incluso que restablecer los vuelos directos a 15 provincias cubanas —ahora las compañías estadounidenses solo pueden volar a La Habana— o flexibilizar la política para que sus ciudadanos viajen como turistas.

Lo que haga Biden con las remesas y sobre todo “cómo lo haga” y a qué ritmo, puede servir de termómetro para ver la prioridad que tendrá Cuba para la nueva Administración, señalan otros analistas. El presidente de U.S.-Cuba Trade and Economic Council, John Kavulich, ve “improbable” que Biden vaya a restablecer las operaciones de Western Union porque Fincimex ya se encuentra inscrita en la lista negra del Departamento del Tesoro. Esta consultora también ve difícil, al menos a corto plazo, que se “elimine o modifique la prohibición a los estadounidenses de alojarse en hoteles o comer en restaurantes propiedad de las Fuerzas Armadas de Cuba, se reanuden las operaciones de los cruceros y se renueven los permisos para administrar hoteles en la isla”.

Esta sería la visión pesimista, sustentada en el hecho de que Biden tendrá muchas prioridades antes que Cuba cuando acceda a la Casa Blanca, pese a ser favorable al acercamiento. El sector optimista, en el que se incluye el embajador de la Unión Europea en La Habana, Alberto Navarro, piensa que el nuevo presidente estadounidense lo tiene fácil para deshacer los entuertos de Trump con cierta rapidez, pues dispone de la Directiva Presidencial para la Normalización EE UU-Cuba, aprobada por Obama en octubre de 2016, que contiene todas las instrucciones para promover esa llamada “política de compromiso”. “A Biden le bastaría con aplicar esa directiva, que ya está hecha y bien pensada”, indica Navarro.

Pero entre lo que el palo va y viene, Wendy Hernández y su familia en Miami son prácticos. Después de ocho meses de cierre de fronteras debido a la pandemia, hace una semana reabrió el aeropuerto de La Habana —el primer día llegaron más de 20 vuelos de Miami—, y ellos ya buscan la fórmula para enviar el dinero como antes (con una mula). “Ojalá Biden lo resuelva”, dice ella, sin demasiadas esperanzas. “Acuérdese cómo es esto: los de abajo siempre somos los perjudicados. El que pa sardina nace, del cielo le cae la lata”.

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images (5)(OPINION) TRUMP’S LAST HIT TO THE VITAL REMITTANCES TO THE CUBANS.

The US president ends Western Union operations on the island before leaving the White House, Biden says he will reverse the sanctions.

LIKE HUNDREDS OF THOUSANDS OF CUBANS, each month Wendy Hernández receives a small amount of money from her family in Miami. It is not much, between $ 100 and $ 150, sometimes less, but it is one of the main sources of livelihood for the household. Two state salaries enter her house, about 1,500 Cuban pesos equivalent to 60 dollars for three people, which are not enough. At first, she received remittances through travelers or other informal channels, but since Western Union established a network of 407 offices on the island in the heat of the opening approved by Barack Obama, this was the main option her relatives used to send her aid. . “Now things are screwed up, again to invent,” says Hernández with holy resignation, after learning that the company announced the closure of its operations in Cuba as of this Monday due to the last sanction by the President of the United States, Donald Trump.

Trump’s last blow to Havana dates from October 27, a week before the US elections, but its consequences are now visible. The Trump Administration then included the Cuban financial company Fincimex, a Western Union counterpart, on the Cuban Restricted List, arguing that it belongs to the Cuban military business corporation GAESA, with which no US entity can contract. The new measure established a 30-day deadline for its application, and until last week Western Union tried to find a solution.

“We have been working on all possible alternatives to keep our service between the United States and Cuba open while we reorganize this vital channel for our clients. Unfortunately, we have not achieved it in this short period, “said Western Union in a statement addressed to its Cuban clients, in which it deeply regrets this situation.” “We know that the money that you send to your loved ones to Cuba is used to pay for food, rents, and other expenses or to support micro-businesses. We assure you of our commitment that we will continue to explore all possible alternatives in search of a solution, ”said the company, which sends hundreds of millions of dollars a year to Cuba.

The figure for the number of remittances sent by emigrants is not precise because a large number arrive in Cuba through informal channels. A report by the Havana Consulting Group (HCG) firm estimates the annual amount at about 3,600 million dollars (approximately 3,040 million euros), more than the contribution of the entire tourism sector to the Cuban economy (around 3,000 million dollars) , and more than the sum of the main export items, including nickel, sugar and derivatives, tobacco and biotechnological products. About two million Cubans live outside the country. According to HCG, about 95% of those who send remittances do so once a month and the average of each transaction is between 180 and 220 dollars.

Every month, Western Union makes 240,000 transfers to Cuba from the US They are 2.4 million dollars a day, 72 million a month, 864 million dollars a year — not counting shipments from other countries such as Spain or Mexico. The consultancy firm states that around 45% of remittances arrive through informal channels, while other Cuban economists consider this proportion greater than 80%, and the total volume of the remittances is around 4,000 million dollars. In any case, a lot of money, and fresh money.

Undoubtedly, the last blow from Trump who most affects and makes life difficult is not the Government but the families who received this aid, dollars used not only for daily survival, but also as a source of financing: more than 60,000 Cubans Today run private restaurants or cafeterias and nearly 40,000 rent rooms, and many of these businesses have had the initial investment of family or friends living abroad.

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The president-elect, Joe Biden, criticized during the campaign the measure adopted by Trump, claiming that Cuban Americans have the right to help their families. Christian Ulvert, one of Biden’s main advisers in Florida, assured that Western Union was “the largest remittance service” in Cuba and that its closure was “painful for Cuban families, especially for the oldest and most vulnerable”, anticipating that they would lift restrictions on remittances, as Obama did.

Several Cuban economists trust that this could be one of Biden’s first actions to begin to dismantle the scaffolding of Trump sanctions – more than 130 measures in four years – before even reestablishing direct flights to 15 Cuban provinces – now the US companies they can only fly to Havana — or relax the policy so that their citizens travel as tourists.

What Biden does with remittances and especially “how he does it” and at what rate, can serve as a thermometer to see the priority that Cuba will have for the new Administration, other analysts point out. The president of the U.S.-Cuba Trade and Economic Council, John Kavulich, sees it “unlikely” that Biden will reestablish Western Union operations because Fincimex is already on the blacklist of the Treasury Department. This consultancy also sees it difficult, at least in the short term, for the ban on Americans to stay in hotels or eat in restaurants owned by the Cuban Armed Forces to be “eliminated or modified, to resume cruise operations and to renew permits to manage hotels on the island ”.

This would be the pessimistic vision, supported by the fact that Biden will have many priorities before Cuba when he accedes to the White House, despite being favorable to rapprochement. The optimistic sector, which includes the ambassador of the European Union in Havana, Alberto Navarro, thinks that the new American president has it easy to undo Trump’s wrongs with some speed, since he has the Presidential Directive for Normalization US-Cuba, approved by Obama in October 2016, which contains all the instructions to promote this so-called “commitment policy.” “For Biden, it would be enough to apply that directive, which is already done and well thought out,” says Navarro.

But between what the stick comes and goes, Wendy Hernández and her family in Miami are practical. After eight months of border closures due to the pandemic, a week ago the Havana airport reopened -the first day more than 20 flights arrived from Miami-, and they are already looking for the formula to send the money as before (with a mule). “Hopefully Biden solves it,” she says, without much hope. “Remember how this is: we at the bottom are always the losers. The one who is born for sardines, the can falls from the sky ”.

Agencies/ ElPais/ Mauricio Vicent/ La Habana/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

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