REMEMBERING JUAN GÓMEZ, THE FIRST BARBER IN HAVANA, CUBA
It must be remembered that in the Middle Ages, barbers were not exclusively dedicated to cutting men’s hair or shaving, but rather, based on the decisions of the authorities of the Catholic Church that prohibited clergymen from performing surgical operations, that began to be made by barbers.
Despite its thirteen thousand inhabitants, Havana did not have a doctor. In the rest of the country of course not.
In 1515 there were only “wound healers” in Cuba, as Fernández Castillo points out, in his Mexican Medical Chronology (Gaceta Médica de México, December 31, 1945) that in Cortés’s expedition to conquer Mexico in 1519 there were ignorant soldiers. that they acted as surgeons like Juan “Catalán” who “santiguagua and embalmed wounds and mishaps”; Murcia, “barber and apothecary”; and Bottle “necromancer and astrologer”, who treated the wounds with dirty rags. And that with the Narváez expeditionaries “was the teacher Juan de Amezquita, a surgeon who treated some bad wounds and was equal in the cures”.
In 1538 a law was promulgated in Spain 1538 so that “no person, even a graduate, can practice in the Indies as a doctor and surgeon without having a license from the Council of Spain.” This complicated situation brought with it, due to its precariousness, irregularities in the admission of surgeons, apothecaries, bone-setters, phlebotomists or bleeding patients, and others who lacked accreditation and falsified their titles, but before them, the Cabildo was condescending given the bad situation of the public health. That is why they turned a blind eye when people went to healers or herbalists, especially in the rest of the country.
JUAN GÓMEZ ARRIVES IN CUBA
As a solution to this situation, in an act of the Cabildo dated August 26, 1552, it is stated: “Reception of Juan Gómez. On this day his grants from said Governor Justicias e Regidores received Juan Gómez as a barber and surgeon in Villa She, who is a teacher examined in the said office and skilled enough to use and exercise: and we sent and sent for another person none during the time that the said Juan Gómez lived in this said town using the said office or is daring to use the said trade under penalty of two gold pesos for each time they use said trade which applies to said Juan Gómez barbero “. Signed by Dr. Ángel Juan Rojas-Diogo de Soto-Antonio de Soto-Antonio de la Torre. The Atty. Avendaño-Pedro Blasco and Juan de Lobera. ”
In other words, when Havana still had no fortress, not even El Morro, a very important event occurred in the lives of its neighbors: the first barber was received in the city.
On July 1, 1552, the barber, whose name was Juan Gómez, arrived, who was going to provide a solution not only to cut hair, but to the work for which he was most sought after, as a surgeon, because people could have hair long, but not with an open sword wound or an arquebus bullet embedded in the ribs.
The arrival of Juan Gómez was so desired that the Cabildo held a party for him with a serenade and everything, where the only three musicians that Havana had played, one of whom was a timpanist. It seems that the barber was very good, because the neighbors, constituted with the Cabildo, seven months later, agreed:
“Anyone who does not comply with the regulations could be punished with a fine of two gold pesos.
To guarantee that there were no unnecessary frictions, the Cabildo granted Mr. Gamarra the monopoly of the pharmacy trade and by law, the neighbors could not be cured with another person. ” In this way, the competition between Gómez and Gamarra was eliminated. The first would be dedicated to the practice of surgery and the second to something similar to what we now call general medicine.
As there were no other doctors in Havana, a plague of healers and sorcerers cured the population with practices that were considered barbaric and heresies.
But the arrival of Juan Gómez was the beginning of a practice that centuries later would be an activity that would highlight Cuban medicine internationally, and that although it has not had world technological advances, it is recognized for its quality.
RECORDANDO A JUAN GÓMEZ, EL PRIMER BARBERO EN LA HABANA, CUBA.
Hay que recordar que en la Edad Media, los barberos no se dedicaban exclusivamente al corte de pelos o afeitado del hombre, sino que, a partir de las decisiones de las autoridades de la Iglesia Católica que prohíbieron que los clérigos realizaran operaciones de cirugía, las que comenzaron a ser hechas por los barberos.
Pese a sus trece mil habitantes, La Habana no contaba con ningún médico. En el resto del país por supuesto que tampoco.
En 1515 sólo había en Cuba “curadores de heridas” pues señala Fernández Castillo, en su Cronología Médica Mexicana (Gaceta Médica de México, de 31 de Diciembre de 1945) que en la expedición de Cortés para la conquista de México en 1519 iban soldados ignorantes que hacían de cirujanos como Juan “Catalán” que “santiguagua y embalsamaba heridas y descalabraduras”; Murcia, “barbero y boticario”; y Botella” nigromántico y astrólogo”, que curaban las heridas con trapos sucios. Y que con los expedicionarios de Narváez “iba el maestro Juan de Amezquita, cirujano que curaba algunas malas heridas y se igualaba en las curas”.
En 1538 se promulgó en España en 1538 una ley para que “ninguna persona aunque sea graduada pueda ejercer en las Indias de médico y cirujano sin que lleve licencia del Consejo de España”. Esta complicada situación trajo consigo por su precariedad, irregularidades en la admisión de cirujanos, boticarios, componedores de huesos, flebotomianos o sangradores y otros que carecían de acreditación y falsificaban sus títulos, pero ante ellos el Cabildo se mostraba condescendiente dada la mala situación de la salud pública. Por ello se hacían de la vista gorda cuando la gente iba a curanderos o herbolarios, sobre todo en el resto del país.
LLEGA A CUBA JUAN GÓMEZ
Como solución a esta situación, en un acta del Cabildo de fecha 26 de agosto de 1552 se dice: “Recibimiento de Juan Gómez. Este día sus mercedes del dicho señor Gobernador Justicias e Regidores recibieron por barbero e cirujano desta Villa a Juan Gómez estante en ella el cual es maestro examinado en el dicho oficio e hábil e suficientemente para usar y exercer : e mandamos y mandaron por otra persona ninguna durante el tiempo que el dicho Juan Gómez viviese en esta dicha villa usando el dicho oficiono sea osado a usar del dicho oficio so pena de dos pesos de oro por cada vez que usaren del dicho oficio los cuales aplican para el dicho Juan Gómez barbero”. Firman el Dr. Ángel Juan Rojas-Diogo de Soto-Antonio de Soto-Antonio de la Torre. El Lcdo. Avendaño-Pedro Blasco y Juan de Lobera.”
Es decir, que cuando La Habana todavía no tenía ninguna fortaleza, ni siquiera el Morro, ocurrió un acontecimiento muy importante en la vida de sus vecinos: se recibió en la ciudad al primer barbero.
El 1ro de julio de 1552 llegó el barbero, que se llamaba Juan Gómez, el que iba a dar solución no solo a cortar el pelo, sino a la labor para la que era más reclamado, como cirujano, porque la gente podía tener el cabello largo, pero no con una herida de espada abierta o una bala de arcabuz incrustada en las costillas.
Fue tan deseada la llegada de Juan Gómez que el Cabildo le celebró una fiesta con serenata y todo, donde tocaron los únicos tres músicos con que contaba La Habana, uno de los cuales era timbalero. Parece que el barbero era muy bueno, porque los vecinos, constituidos con el Cabildo, siete meses después, acordaron:
“Aquel que incumpliera con la reglamentación podía ser castigado con dos pesos oro de multa.
Para garantizar que no hubiese roces innecesarios el Cabildo le otorgó al licenciado Gamarra el monopolio del comercio de botica y por ley los vecinos no se podían curar con otra persona.” De esa forma se eliminaba la competencia entre Gómez y Gamarra. El primero se dedicaría a la práctica de la cirugía y el segundo a algo semejante a lo que llamamos hoy medicina general.
Al no existir otros médicos en La Habana, una plaga de curanderos y brujos curaban a la población con prácticas que se consideraban bárbaras y herejías.
Pero la llegada de Juan Gómez fue el comienzo de una práctica que siglos más tarde sería una actividad que destacaría a la medicina cubana internacionalmente, y que a pesar de que no ha contado con los adelantos tecnológicos mundiales, es reconocida por su calidad.
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THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.