Inside CubaLA HABANA, Cuba no se Concibe sin su Imprescindible e Historico Malecón. PHOTOS. * HAVANA, CUBA is inconceivable without its Essential and Historic Malecón. PHOTOS.

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EL MALECÓN DE LA HABANA es una amplia explanada y calzada que se extiende a lo largo de 8 km (5 millas) a lo largo de la costa, desde la desembocadura del puerto de La Habana en La Habana Vieja, a lo largo del norte lado del barrio Centro Habana y el barrio Vedado, terminando en la desembocadura del río Almendares.

La Habana no se concibe sin la Rampa, la escalinata universitaria ni la heladería Coppelia. Tampoco se concibe sin su Malecón, el sitio más cosmopolita de la urbe. Tanta importancia se le da, que ese nombre genérico y que es sinónimo de dique, adquiere aquí categoría de nombre propio y se escribe con letra inicial mayúscula.

LA CONSTRUCCION DEL MALECON HABANERO…

La construcción del Malecón comenzó en 1901, durante el gobierno militar temporario de los EE. UU. Y el principal objetivo de la construcción del Malecón era proteger a La Habana del agua y los llamados Nortes, pero en realidad terminaría sirviendo más para los paseos nocturnos de los Habaneros. , para los amantes y sobre todo para los pescadores individuales.

Para celebrar la construcción de la primera sección de 500 metros del Malecón, el gobierno estadounidense construyó una hermosa rotonda en la intersección del Paseo del Prado, que, según los arquitectos de la época, fue la primera construida en Cuba con concreto reforzado con acero.

Son algo más de siete kilómetros de un muro que corre de este a oeste y se extiende entre dos fortalezas coloniales: el castillo de la Punta, al comienzo del Paseo del Prado, y el castillito de La Chorrera, a la vera de la desembocadura del río Almendares. Del lado de acá, la ciudad vieja y nueva, con algunos de sus mejores hoteles, monumentos y parques; del otro lado, el mar abierto, azul, sencillo, democrático, como lo definiera nuestro poeta Nicolás Guillén.

Una transitada avenida lo bordea de extremo a extremo y cada uno de sus cuatro tramos tiene un nombre que lo identifica. Pero para cualquier habanero que se respete, la costanera, a pesar de sus tramos, no tiene más nombre que Malecón, el camino más rápido para conectarse con Miramar y la Marina Hemingway desde La Habana Vieja, y que se convierte durante los carnavales habaneros en la pista de baile más grande del mundo.

Así como no se concibe La Habana sin ese muro y su populosa vía aledaña, no se concibe el Malecón sin sus enamorados y sus pescadores. Desde que hace más de cien años comenzó a construirse esa obra que embelleció la ciudad, los habaneros lo hicieron lugar de preferencia para el paseo. Y parejas de enamorados, acunadas por la brisa marina, acudieron en busca de intimidad: una intimidad que consiguen inexplicablemente aunque casi a su lado se hallen sentadas otras parejas con idéntico propósito. Eso ocurre sobre todo en las noches.

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VISITANTES ACOSTUMBRADOS AL MALECON…

De día, el Malecón es de los pescadores. No se sabe cuándo empezaron a aparecer. Tal vez hayan estado siempre. Los de aquí son, como todos los pescadores del mundo, gente callada, de paciencia infinita, de una constancia y un optimismo dignos de mejor causa y exagerados a más no poder cuando aluden a su ocupación. Aunque las aguas de la zona no están exentas de contaminación, se mantienen habitables para numerosas especies gracias al movimiento incesante de las corrientes: mar afuera, la famosa corriente del Golfo, y, pegada a la tierra, la contracorriente costera, que los marineros españoles llamaron en el pasado la reversa de La Habana por lo difícil que hacía que grandes buques entraran al puerto. Llegan con sus avíos, los despliegan y ¡a pescar! Aunque a veces nada pesquen o cobren solo una pobre captura tras muchas horas de faena bajo un sol de justicia que hace caer barretas encendidas sobre sus cabezas.

No importa. Nada los desanima. Son toda una estirpe. Tienen linaje y nobleza. Son los pescadores del Malecón, y volverán al día siguiente para más de lo mismo. Lo curioso es que a la mayoría de ellos no los alienta el interés material. Solo el gusto por hacer lo que hacen para después comentar con otros pescadores que consiguieron atrapar el peje más grande del mundo que solo existió en su imaginación y en su deseo.

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HAVANA, CUBA IS INCONCEIVABLE WITHOUT ITS ESSENTIAL AND HISTORIC MALECON. PHOTOS

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THE MALECÓN DE LA HAVANA is a wide esplanade and causeway that stretches for 8 km (5 mi) along the coast, from the mouth of the port of Havana in Old Havana, along the north side from the Centro Habana neighborhood and the Vedado neighborhood, ending at the mouth of the Almendares River.

Havana is inconceivable without the Rampa, the university steps, or the Coppelia ice cream parlor. Nor can it be conceived without its Malecón, the most cosmopolitan place in the city. So much importance is given to it that this generic name, which is synonymous with dike, here acquires the category of a proper name and is written with an initial capital letter.

THE CONSTRUCTION OF THE HABANERO MALECON…

The construction of the Malecón began in 1901, during the temporary military government of the USA and the main objective of the construction of the Malecón was to protect Havana from the water and the so-called Nortes, but in reality, it would end up serving more for night walks of the Havanans. , for lovers and especially for individual fishermen.

To celebrate the construction of the first 500-meter section of the Malecón, the US government built a beautiful roundabout at the intersection of Paseo del Prado, which, according to architects of the time, was the first built in Cuba with steel-reinforced concrete.

There are just over seven kilometers of a wall that runs from east to west and extends between two colonial fortresses: the Castillo de la Punta, at the beginning of the Paseo del Prado, and the little castle of La Chorrera, on the edge of the mouth of the Almendares river. On this side, the old and new city, with some of its best hotels, monuments, and parks; on the other side, the open, blue, simple, democratic sea, as our poet Nicolás Guillén defined it.

A busy avenue borders it from end to end and each of its four sections has a name that identifies it. But for any self-respecting Havanan, the waterfront, despite its stretches, has no other name than Malecón, the fastest way to connect with Miramar and the Hemingway Marina from Old Havana, and which during Havana’s carnivals becomes the biggest dance floor in the world.

Just as Havana is inconceivable without that wall and its crowded road, the Malecón is inconceivable without its lovers and its fishermen. Since more than a hundred years ago the work that embellished the city began to be built, and the people of Havana have made it the preferred place for the walk. And couples in love, cradled by the sea breeze, came in search of intimacy: an intimacy they inexplicably achieve even though other couples with the same purpose are seated almost next to them. This happens especially at night.

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USED ​​VISITORS TO THE MALECON…

By day, the Malecón belongs to the fishermen. It is not known when they began to appear. Perhaps they have always been. Those from here are, like all the fishermen in the world, quiet people, with infinite patience, perseverance, and optimism worthy of a better cause and exaggerated beyond belief when they allude to their occupation. Although the area’s waters are not exempt from pollution, they remain inhabitable for numerous species thanks to the incessant movement of currents: offshore, the famous Gulf Stream, and, close to the land, the coastal countercurrent, which the Spanish sailors In the past, they called it the reverse of Havana because of how difficult it was for large ships to enter the port. They arrive with their gear, unfold them and go fishing! Although sometimes they catch nothing or collect only a poor catch after many hours of work under a blazing sun that makes lit crowbars fall on their heads.

No matter. Nothing discourages them. They are a whole breed. They have lineage and nobility. They are the fishermen of the Malecón, and they will return the next day for more of the same. The curious thing is that most of them are not motivated by material interest. Only the pleasure of doing what they do to later comment with other fishermen who managed to catch the largest fish in the world that only existed in their imagination and their desire.

Agencies/Ciro Bianchi/Wiki/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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