MEMORIA DE CUBA: EL POLÉMICO MANUEL GARCÍA “EL REY DE LOS CAMPOS DE CUBA”. PATRIOTA O BANDOLERO?. PHOTOS
Pocas figuras cubanas son tan desconocidas y tan ligeramente tratadas como la de Manuel Garcia conocido por todos como “El Rey de los Campos de Cuba”. Ninguna tal vez más controvertida y polémica. Todavía hoy no pasa de ser, para algunos, un simple bandolero, aunque otros, por aquello que repartía entre los pobres lo que quitaba a los ricos, envuelven su personalidad en una aureola romántica y sentimental, imagen esa que alimentó la literatura, el cine, la décima, la plástica y el cómic. Cada vez son más, sin embargo, los que no vacilan en considerarlo como un patriota.
¿Quién es ese hombre? Lamentablemente, casi todo lo que se conoce acerca de su vida lo escribieron sus enemigos
Por su partida de bautismo se sabe que nació en Alacranes, Matanzas, el 1ro. de febrero de 1851. Sus padres eran oriundos de las Islas Canarias y el niño no tuvo muchas oportunidades de ir a la escuela. Era serio y decidido.
Pronto comenzaron sus problemas con las autoridades españolas. Lo encarcelaron cuando amenazó de muerte a un alcalde que había vejado a su esposa, Charito Vázquez, y con posterioridad hirió a machetazos al padrastro cuando lo sorprendió en el momento en que propinaba una golpiza a su madre. El temor de que lo encarcelaran de nuevo lo hizo buscar amparo en el monte. Escribió al respecto Charles Aguirre, coronel del Ejército Libertador: “El daño que pudiera haber hecho tuvo para mí siempre una excusa. Le hallo justificación. No conozco un hecho del Rey de los campos de Cuba que no la tenga. ¿Se quiere mayor, acaso, que el que lo obligó a refugiarse en el monte y que hizo torcer el rumbo a su destino?”Parece que entonces se sumó a la partida del bandolero Lengue Romero y se convierte en enemigo público.
Cuando el gobernador Luis Prendergart, con tal de acabar con el bandidismo, ofrece a los cabecillas el indulto, facilidades para viajar al exterior y una gruesa suma de dinero si deponían su actitud, Manuel García se traslada a Cayo Hueso.
MANUEL GARCIA SE ENTREGA A LA CAUSA CUBANA
JOSÉ Martí rechazó los 8,000 pesos que le ofreció para la guerra porque eran fruto de un secuestro, pero no le negó el derecho a combatir por la independencia de Cuba. Dirá a Máximo Gómez: “Manuel García, en carta triste y sumisa, espera órdenes”. Y el propio Gómez escribe a Francisco Carrillo, jefe de la Revolución en Las Villas: “Cuente con Manuel García”.
En 1886, desde Cayo Hueso, escribe Manuel García a Máximo Gómez: “Mi General: Hallándome dispuesto a volver a los campos de Cuba… me pongo a las órdenes de Ud. como soldado de la causa de la independencia de mi patria”. Y en 1891, en un manifiesto que suscribe en la localidad habanera de Melena del Sur y que dirige a las repúblicas americanas, expresa: “Ahora, muy respetuosos, pedimos a los gobiernos extranjeros que mantengan su neutralidad en nuestra guerra civil y si las razones que tenemos para luchar son bastantes a despertar su simpatía, vengan y ayúdennos”. En ese documento García enumera los motivos que impulsan a Cuba a luchar por su libertad y anuncia que el país declaró la guerra a la monarquía española. Lo firma como “General del Departamento Occidental”, título que se adjudica él mismo, al igual que el de “El Rey de los campos y casi que de toda la Isla de Cuba” con el que rubrica la carta que en la misma época dirige al periódico La Lucha.
El hombre que supuestamente había robado miles de pesos no guardaba nada para sí y para vivir debió buscar empleo en la tabaquería de Eduardo Hidalgo Gato, el amigo de Martí. Eso resultó decisivo para el ex bandolero, aseguran historiadores, pues su relación con José Dolores Poyo y el brigadier Fernández Ruz, entre otros emigrados revolucionarios, hizo que su rebeldía derivara hacia la independencia. Pronto será uno de los cuatro integrantes de la expedición del balandro Dolphin que desembarca en septiembre de 1887 por Puerto Escondido, al este de La Habana. El jefe del grupo muere en combate casi enseguida y García asume el mando del pequeño destacamento que pretende crear las condiciones para la guerra libertadora.
A partir de entonces apenas conocerá el reposo. En noviembre de 1890 el Capitán General ofrece 10,000 pesos de recompensa por su captura y entrega, y otros 5,000 por cada uno de los miembros de su banda. En vano, nadie lo denuncia; nadie siquiera intenta atraparlo. Numerosa tropa le sigue los pasos y lo cerca una red de espionaje que pretende vigilar sus movimientos.
Pero García no es enemigo de poca monta. Sobresale por su inteligencia natural e intuitiva y lo ayudan sus dotes de organizador y el conocimiento absoluto que tiene del terreno en que se mueve. Su más encarnizado adversario, el teniente coronel Tejada, jefe del grupo paramilitar Escuadras de Guantánamo, tendría que reconocer ante sus superiores que García ha sabido equipar a sus hombres con un armamento moderno, uniformarlos y disciplinarlos.
SU OSCURA MUERTE
Manuel García murió el 24 de febrero de 1895, el mismo día en que se iniciaba la Guerra de Independencia. Lo asesinaron cuando se disponía a ponerse al frente del grupo de Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma alzado en Ibarra. Se dice que se incorporaba con grados de capitán, pero parece ser cierto que clubes de la emigración cubana en Cayo Hueso le confirieron con anterioridad la estrella de comandante. Y se dice que antes de comenzar la contienda Juan Gualberto había hecho coronel a aquel hombre que a su modo y en solitario animaba la subversión en la Isla y que, equivocado o no en sus métodos, engrosaba las arcas de la insurrección.
Gregorio Ramírez, uno de los últimos sobrevivientes del alzamiento de Ibarra, contó en 1939 que como “mozo de confianza” de López Coloma tuvo que encontrarse dos veces con Manuel García, y que este, antes del levantamiento, concurrió en dos ocasiones al paradero de Ibarra para conferenciar con Coloma. Añadió que en la noche del 23 al 24 de febrero de 1895 esperó, por órdenes de su jefe, la llegada de García al campamento que debía producirse por el camino de Ceiba Mocha. García no llegó y horas después se enteraron por un periódico de que no llegaría nunca. Eso provocó contrariedad en Juan Gualberto y en Coloma.
Manuel García, en efecto, se dirigía a Ibarra en la tarde del día 24. Al salir de la tienda El Seborucal, en Ceiba Mocha, donde se pertrechó, se adelantó a su tropa con dos acompañantes. Minutos después sus hombres vieron a uno de ellos en el camino, al lado del jefe que se desangraba. Jamás se precisaron los detalles.
Muerte oscura y misteriosa la de Manuel Garcia “El Rey de los Campos de Cuba”.
MEMORY OF CUBA: THE CONTROVERSIAL MANUEL GARCÍA “THE KING OF THE FIELDS OF CUBA”. PATRIOT OR BANDOLERO?. PHOTOS
Few Cuban figures are so unknown and so lightly treated as that of Manuel Garcia known to all as “The King of the Fields of Cuba.” None perhaps more controversial and controversial. Even today he is still, for some, a simple bandit, although others, because of what he distributed among the poor what he took from the rich, wrap his personality in a romantic and sentimental halo, an image that fed literature, cinema , the tenth, the plastic and the comic. There are more and more, however, those who do not hesitate to consider him a patriot.
Who is that man? Unfortunately, almost everything that is known about his life was written by his enemies.
From his baptism certificate it is known that he was born in Alacranes, Matanzas, on the 1st. February 1851. His parents were from the Canary Islands and the boy did not have many opportunities to go to school. He was serious and determined.
Soon his problems with the Spanish authorities began. They imprisoned him when he threatened to kill a mayor who had harassed his wife, Charito Vázquez, and later he hacked his stepfather with a machete when he caught him beating his mother. The fear of being imprisoned again made him seek refuge in the mountains. He wrote about it Charles Aguirre, colonel of the Liberation Army: “The damage that he could have done always had an excuse for me. I find justification. I do not know of a fact of the King of the fields of Cuba that does not have it. Does he want to be greater, perhaps, than the one who forced him to take refuge in the mountains and who made his destiny twist? “It seems that then he joined the party of the bandit Lengue Romero and became a public enemy.
When Governor Luis Prendergart, in order to put an end to banditry, offers the leaders a pardon, facilities to travel abroad, and a large sum of money if they change his attitude, Manuel García moves to Key West.
MANUEL GARCIA DELIVERS HIMSELF TO THE CUBAN CAUSE
JOSÉ Martí rejected the 8,000 pesos that he offered him for the war because they were the result of a kidnapping, but he did not deny him the right to fight for the independence of Cuba. He will say to Máximo Gómez: “Manuel García, in a sad and submissive letter, await orders.” And Gómez himself writes to Francisco Carrillo, head of the Revolution in Las Villas: “Count on Manuel García.”
In 1886, from Key West, Manuel García wrote to Máximo Gómez: “My General: Finding myself ready to return to the fields of Cuba… I place myself at your command as a soldier for the cause of the independence of my country” . And in 1891, in a manifesto that he signed in the Havana town of Melena del Sur and that he addressed to the American republics, he expressed: “Now, very respectfully, we ask foreign governments to maintain their neutrality in our civil war and if the reasons that we have to fight are enough to arouse your sympathy, come and help us”. In that document, García lists the reasons that drive Cuba to fight for its freedom and announces that the country has declared war on the Spanish monarchy. He signs it as “General of the Western Department”, a title that he gives himself, like that of “The King of the fields and almost that of the entire Island of Cuba” with which he signs the letter that he addresses at the same time to the newspaper La Lucha.
The man who had allegedly stolen thousands of pesos did not keep anything for himself and in order to live he had to seek employment in the tobacco shop of Eduardo Hidalgo Gato, Martí’s friend. That was decisive for the former bandit, historians say, since his relationship with José Dolores Poyo and Brigadier Fernández Ruz, among other revolutionary émigrés, caused his rebellion to drift towards independence. He would soon be one of the four members of the Dolphin sloop expedition that disembarked in September 1887 at Puerto Escondido, east of Havana. The head of the group died in combat almost immediately and García assumed command of the small detachment that intended to create the conditions for the liberating war.
From then on he will hardly know rest. In November 1890, the Captain General offered a reward of 10,000 pesos for his capture and delivery, and another 5,000 for each of his band members. In vain, no one denounces it; no one even tries to catch it. Numerous troops follow in his footsteps and are surrounded by a spy network that intends to monitor his movements.
But Garcia is no small-time enemy. He stands out for his natural and intuitive intelligence and he is helped by his organizational skills and the absolute knowledge that he has of the terrain in which he moves. His most bitter adversary, Lieutenant Colonel Tejada, head of the Guantánamo Squads paramilitary group, would have to admit to his superiors that García has known how to equip his men with modern weapons, uniform them, and discipline them.
HIS DARK DEATH
Manuel García died on February 24, 1895, the same day that the War of Independence began. They murdered him when he was preparing to lead the group led by Juan Gualberto Gómez and Antonio López Coloma in Ibarra. It is said that he joined with the rank of captain, but it seems to be true that Cuban emigration clubs in Key West previously awarded him the star of commander. And it is said that before the war began, Juan Gualberto had made that man a colonel who, in his own way and alone, encouraged subversion on the Island and who, wrong or not in his methods, swelled the coffers of the insurrection. .
Gregorio Ramírez, one of the last survivors of the Ibarra uprising, recounted in 1939 that as López Coloma’s “trusted waiter” he had to meet Manuel García twice, and that the latter, before the uprising, went twice to the whereabouts of Ibarra to confer with Coloma. He added that on the night of February 23 to 24, 1895, he waited, by order of his boss, for García to arrive at the camp, which was to take place on the road to Ceiba Mocha. García did not arrive and hours later they found out from a newspaper that he would never arrive. This provoked annoyance in Juan Gualberto and in Coloma.
Manuel García, in effect, was heading to Ibarra on the afternoon of the 24th. When he left the El Seborucal store in Ceiba Mocha, where he equipped himself, he went ahead of his troops with two companions. Minutes later his men saw one of them on the road, next to the chief who was bleeding to death. Details were never specified.
Dark and mysterious death of Manuel Garcia “The King of the Fields of Cuba”.
Agencies/ Lecturas/ Ciro Bianchi / ManuelGarciaBio./ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.
