Inside CubaLAS VICTROLAS (Vitrolas), un símbolo Cultural Histórico en los Accesos Virtuales de la Música. La Habana de entonces. * VICTROLAS, a Historical Cultural Symbol in the Virtual Access to Music. The Havana then. PHOTOS.

LAS VICTROLAS (VITROLAS), UN SÍMBOLO CULTURAL HISTÓRICO EN LOS ACCESOS VIRTUALES DE LA MÚSICA. LA HABANA DE ENTONCES. PHOTOS

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La victrola fue un símbolo de la cultura popular sin precedentes y que no puede separarse de lo que fue La Habana (y seguramente de muchas otras ciudades, sobre todo latinoamericanas), logrando que dondequiera se escuchara a los intérpretes que más habían pegado en la radio y otros que se hicieron populares por este medio. Se calcula que a finales de la década de 1950, solamente en La Habana había más de diez mil victrolas funcionando a todo tren y a toda hora, aunque otras fuentes duplican esa cantidad. Lo cierto es que era impresionante la cantidad de lugares donde existían victrolas.

Al surgir en 1925 el fonógrafo de motor eléctrico para tocar discos, patentado por la RCA Victor, surgió toda una cultura asociada a esta máquina, capaz de tocar música según la canción seleccionada dentro de la colección disponible en el aparato y que se activaba al introducirse monedas, por lo regular entre cinco (una reproducción) y veinticinco centavos(cinco números musicales o el mismo repetido cinco veces). Y todos consideraban que ese era un dinero bien empleado.

Las victrolas revolucionaron la industria musical de diferentes formas. Con su invención, la gente pudo disfrutar de la música en restaurantes y bares, mientras que los artistas encontraron una nueva forma de que el público conociera su obra sin necesidad de comprar sus grabaciones y que además propiciaron su adquisición y el desarrollo de la industria musical.

La victrola la encontrábamos en todas partes, en bodegas o tiendas de abarrotes, en bares, restaurantes, fondas y hasta en prostíbulos. Los usuarios de las victrolas eran uno de los más importantes determinantes de los indicadores de las preferencias musicales para la industria disquera y había muchos que repetían, según su preferencia o su estado de ánimo, hasta el cansancio su número musical preferido.

Vicentico Valdés, Orlando Contreras, Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, Daniel Santos, Benny Moré, Orlando Vallejo, Rolando Laserie, Tito Gómez, Alberto Beltrán, Celio González, Celia Cruz, Fernando Alvarez, Roberto Faz, José Tejedor, la Orquesta Aragón y muchos otros dominaron el espectro acústico musical de la Habana durante las décadas de 1940 a 1960 y nos rodeaban en todas las esquinas con sus melodías.

La musica de victrolas reflejaba sobre todo tragedias amorosas como traiciones, desengaños, amores imposibles, infidelidades, crímenes pasionales y en otros pocos casos éxitos amorosos, y en la mayoría de las situaciones la mujer era la perjura, la impura, la traicionera que aún asi seguia siendo amada.

EL REAL NOMBRE DE “VICTROLA”

Uno de sus modelos de fonógrafo se denominaba Victrola y por asociación se extendió a las máquinas tragamonedas que reproducían música mediante discos en bares, restaurantes, cafeterías y bodegas, con independencia de su fabricante y marca.

Se afirma que lo correcto para designar estos aparatos es Vitrola, mientras que en otros países como Venezuela se denomina Rockola o Rocola, derivada de la marca Rock-ola; en Estados Unidos se les llama Jukebox (tocadiscos tragamonedas, un poco confuso porque Juke es un establecimiento al borde de la carretera, una cafetería que también tiene estos aparatos reproductores de música); en España se conoce como Gramola, mientras que en Puerto Rico y República Dominicana se les llama Vellonera y su nombre viene del vellón, que es como se le llama a la moneda de cinco centavos de dólar en Puerto Rico y su nombre correcto Vitrola, es empleado en Colombia.

Es por ello que las victrolas fueron esenciales para la difusión de nuevos ritmos y artistas, convirtiéndose en un recurso básico para el desarrollo de la industria discográfica nacional. En 1956 se dice que había más de 10 mil victrolas en toda la isla (otras fuentes estiman hasta el doble) instaladas en bares, bodegones, cafeterías, comercios y locales habilitados en todas las grandes zonas urbanas y hasta en los grandes centros azucareros y las pequeñas comunidades rurales. Y hasta una celebración en un lugar muy remoto, veía aparecer una victrola como símbolo de entretenimiento supremo, acompañada de una planta eléctrica portátil.

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LA HABANA DE ENTONCES, LA VIDA NOCTURNA

En La Habana de los años cincuenta había cerca de 400 cines, cifra con la que no contaban ni París ni New York. El América, Radiocentro, Fausto, Payret, Rodi, Atlantic, Riviera, Mónaco o el Teatro Blanquita (actual teatro Karl Marx) eran los más conocidos, éste último con más de 6 mil 600 butacas. El Radiocentro era de los pocos en el mundo que exhibía Cinerama y los estrenos se realizaban a la par que en Estados Unidos.

Expertos en la vida cultural habanera, afirman que en 1958 existían casi mil 200 bares o locales nocturnos musicales; 250 clubes sociales con actividad musical; 50 orquestas que habitualmente tocaban en salones para bailar; 100 tiendas de venta de discos de grabaciones musicales y 150 comercios donde se podían adquirir instrumentos musicales, grabaciones en diferentes formateos y partituras. Aparte de los grandes cabarés, como el Tropicana, Montmartre, Sans Souci, El Salón Rojo del Capri, el Copa Room del Habana Riviera. El Sugar Bar del Habana Hilton y el Parisién del Hotel Nacional, también había muchos clubes famosos como el Sherezade, el Pico Blanco del Hotel St John`s, Imágenes y El Gato Tuerto estaban entre los más visitados.

También había otros de gran aceptación, como el Palermo Club, Alloy, Pennsylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchín, Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana-Madrid Night Club, Habana 1900, La Red y el Alí Bar. Sin mencionar los emblemáticos y reconocidos internacionalmente El Floridita y el Sloppy Joe’s que aunque no tenían música contaban con alguna que otra actuación de tríos o dúos.

El Alí Bar, un poco alejado del centro de La Habana, tenía una característica; en él actuaba Benny Moré, uno de los más grandes artistas de la música cubana y universal, acompañado por artistas de la talla de Fernando Álvarez, Celeste Mendoza, Orlando Vallejo, y otros de renombre. No importaba que el Benny con su acostumbrada informalidad un día no se apareciera por allí o lo hiciera tarde, la gente igualmente iba con la esperanza de verlo actuar y cantar y si no, se conformaban con esas otras grandes figuras.

En los jardines de las cervecerías La Polar y La Tropical, en la barriada de Puentes Grandes, eran habituales sesiones bailables de varias horas de duración. En los Centros Gallego, Asturiano, Deportivo La Estrella o en el Club Candado y muchos otros se realizaban funciones musicales privadas para sus socios.

Mientras tanto, la industria discográfica cubana era muy poderosa. Discuba, Gema, Kubaney, Meca, Montilla, Neptuno, Panart, Puchito, y otras como RCA-Víctor, Sonotone y Velvet grababan principalmente con los artistas cubanos. Algunos lo hacían también en disqueras de Nueva York, como la Sonora Matancera, Celia Cruz o Vicentico Valdés.

Publicaciones como Bohemia, Carteles, Confidencial y Show, reflejaban toda la actualidad artística y musical desarrollada en tiempos pre-revolucionarios; informaciones que también eran cubridas por los 58 periódicos diarios o las 126 revistas de información general semanalmente editadas. Debe recordarse también la numerosa prensa cubana en idioma inglés.

En fin, La Habana era un multifacético abanico de lugares de entretenimiento y diversión, con una amplia difusión y que movía impresionantes cantidades de dinero, y no hemos hablado de los casinos, salones de juego y de la vida licenciosa, que también se nutrían de ello.

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LA VICTROLA NO OLVIDADA

En 2017 se declaró al día anterior a Thanksgiving, o Día de Acción de Gracias, como el Día Nacional del Jukebox o el Día Nacional de la Victrola, Rockola, Vellonera, o como quieran llamarla.

La victrola está muy lejos de ser olvidada, la imagen de un jukebox prevalece en los accesos virtuales a la música.

Enamorados, solteros y casados, jóvenes y no tan jóvenes. preferían escuchar boleros compartiendo una bebida en un lugar acogedor e íntimo y el mejor acompañante era la música de una victrola.

Y estaban los borrachos que preferían ahogar sus penas de amor oyendo boleros…
Por uno u otro motivo, gran parte de cubanos y mexicanos ha escuchado o bailado un bolero, quizás con una victrola.

Nada, que el cuartico está igualito, la victrola parece tener vida ilimitada, aunque supongo que con el avance de la tecnología, nada de lo que existe hoy será eterno.

MIAMI, LOS ANGELES, CHICAGO

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VICTROLAS, A HISTORICAL CULTURAL SYMBOL IN VIRTUAL ACCESS TO MUSIC. HAVANA AT THAT TIME. PHOTOS

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The Victrola was an unprecedented symbol of popular culture that cannot be separated from what Havana was like that many Cubans and foreigners remember. Sometimes I felt sad to continue on my way and not stop to listen to a melody that was playing on the Victrola, but I knew that on the next corner there was another one with some other melody of my choice.

When the electric motor phonograph for playing records emerged in 1925, patented by RCA Victor, an entire culture arose associated with this machine, capable of playing music according to the song selected within the collection available on the device and which was activated when introduced. coins, usually between five (one reproduction) and twenty-five cents (five musical numbers or the same one repeated five times). And everyone considered that this was money well spent.

Victor’s Talking Machines, that is, the Victrolas, took over the Havana landscape (and surely many other cities, especially Latin American ones), ensuring that the performers who had hit the radio the most and others who became popular could be heard everywhere. hereby. It is estimated that at the end of the 1950s, in Havana alone there were more than ten thousand Victrolas operating at all times and at all times, although other sources double that number. The truth is that the number of places where Victrolas existed was impressive.

Victrolas revolutionized the music industry in different ways. With his invention, people were able to enjoy music in restaurants and bars, while artists found a new way for the public to know their work without having to buy their recordings and which also led to their acquisition and the development of the music industry. .

We found the Victrola everywhere, in bodegas or grocery stores, in bars, restaurants, inns and even in brothels. Victrola users were one of the most important determinants of musical preference indicators for the record industry and there were many who repeated, according to their preference or their mood, their favorite musical number ad nauseam.

Vicentico Valdés, Orlando Contreras, Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, Daniel Santos, Benny Moré, Orlando Vallejo, Rolando Laserie, Tito Gómez, Alberto Beltrán, Celio González, Celia Cruz, Fernando Alvarez, Roberto Faz, José Tejedor, the Aragón Orchestra and Many others dominated the acoustic musical spectrum of Havana during the decades from 1940 to 1960 and surrounded us on every corner with their melodies.

Victrola music reflected above all love tragedies such as betrayals, disappointments, impossible loves, infidelities, crimes of passion and in a few other cases love successes, and in most situations the woman was the perjured one, the impure one, the treacherous one who still I was still loved.

THE REAL NAME OF “VICTROLA”

One of its phonograph models was called Victrola and by association it was extended to slot machines that played music through records in bars, restaurants, cafes and wineries, regardless of their manufacturer and brand.

It is stated that the correct way to designate these devices is Vitrola, while in other countries such as Venezuela it is called Rockola or Rocola, derived from the Rock-ola brand; in the United States they are called Jukebox (a bit confusing because Juke is a roadside establishment, a coffee shop that also has these music playing devices); In Spain it is known as Gramola, while in Puerto Rico and the Dominican Republic they are called Vellonera and its name comes from the vellón, which is what the five-cent coin is called in Puerto Rico and its correct name Vitrola, is employed in Colombia.

That is why Victrolas were essential for the dissemination of new rhythms and artists, becoming a basic resource for the development of the national recording industry. In 1956 it is said that there were more than 10 thousand Victrolas throughout the island (other sources estimate up to double that) installed in bars, taverns, cafes, shops and establishments in all the large urban areas and even in the large sugar centers and the small rural communities. And even a celebration in a very remote place saw a Victrola appear as a symbol of supreme entertainment, accompanied by a portable power plant.

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THE HAVANA OF THEN, THE NIGHTLIFE

In Havana in the 1950s there were nearly 400 cinemas, a figure that neither Paris nor New York had. The América, Radiocentro, Fausto, Payret, Rodi, Atlantic, Riviera, Mónaco or the Teatro Blanquita (current Karl Marx Theater) were the best known, the latter with more than 6,600 seats. The Radiocentro was one of the few in the world that exhibited Cinerama and the premieres were held at the same time as in the United States.

Experts in Havana cultural life affirm that in 1958 there were almost 1,200 bars or musical nightclubs; 250 social clubs with musical activity; 50 orchestras that usually played in dance halls; 100 stores selling musical recordings and 150 stores where you could buy musical instruments, recordings in different formats and sheet music. Apart from the great cabarets, such as the Tropicana, Montmartre, Sans Souci, El Salón Rojo del Capri, the Copa Room at the Habana Riviera. The Sugar Bar of the Habana Hilton and the Parisién of the Hotel Nacional, there were also many famous clubs such as the Scheherazade, the Pico Blanco of the St John`s Hotel, Imagens and El Gato Tuerto were among the most visited.

There were also others that were very popular, such as the Palermo Club, Alloy, Pennsylvania, Sierra, La Campana, Night and Day, Las Vegas, Panchín, Rumba Palace, Bolero Bar, Topeka, La Rue 19, Habana-Madrid Night Club, Habana 1900 , La Red and Alí Bar. Not to mention the emblematic and internationally recognized El Floridita and Sloppy Joe’s which, although they did not have music, had occasional performances by trios or duos.

The Alí Bar, a little far from the center of Havana, had a characteristic; Benny Moré, one of the greatest artists of Cuban and universal music, performed there, accompanied by artists of the stature of Fernando Álvarez, Celeste Mendoza, Orlando Vallejo, and other renowned artists. It didn’t matter that Benny, with his usual informality, didn’t show up one day or showed up late, people still went with the hope of seeing him act and sing and if not, they settled for those other great figures.

In the gardens of the La Polar and La Tropical breweries, in the Puentes Grandes neighborhood, dance sessions lasting several hours were common. In the Galician, Asturian, Deportivo La Estrella Centers or the Candado Club and many others, private musical functions were held for their members.

Meanwhile, the Cuban recording industry was very powerful. Discuba, Gema, Kubaney, Meca, Montilla, Neptuno, Panart, Puchito, and others like RCA-Víctor, Sonotone and Velvet recorded mainly with Cuban artists. Some also did it on record labels in New York, such as Sonora Matancera, Celia Cruz or Vicentico Valdés.

Publications such as Bohemia, Carteles, Confidencial and Show, reflected all the artistic and musical news developed in pre-revolutionary times; information that was also covered by the 58 daily newspapers or the 126 weekly general information magazines published. The numerous Cuban press in English should also be remembered.

In short, Havana was a multifaceted range of entertainment and fun places, with a wide diffusion and that moved impressive amounts of money, and we have not talked about the casinos, gambling halls and licentious life, which were also nourished by it.

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THE NOT FORGOTTEN VICTROLA

In 2017, the day before Thanksgiving, or Thanksgiving Day, was declared National Jukebox Day or National Victrola, Rockola, Vellonera Day, or whatever you want to call it.

The Victrola is far from being forgotten, the image of a jukebox prevails in virtual access to music.

Lovers, single and married, young and not so young. They preferred to listen to boleros sharing a drink in a cozy and intimate place and the best companion was the music of a Victrola.

And there were the drunks who preferred to drown their love sorrows listening to boleros…
For one reason or another, many Cubans and Mexicans have heard or danced a bolero, perhaps with a Victrola.

Nothing, the room is the same, the Victrola seems to have unlimited life, although I suppose that with the advancement of technology, nothing that exists today will be eternal.

Agencies/ Wiki/ NostalgiaCubana/ Carlos Rodriguez Bua/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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