Inside CubaSON EL BANQUERO, el Listero y el Apuntador: Esa es la (BOLITA), la Lotería de Cuba. * THEY ARE the Banker, the Listero and the Pointer: That is the (BOLITA) the Cuban Loteria. PHOTOS.

SON EL BANQUERO, EL LISTERO Y EL APUNTADOR: ESA ES LA (BOLITA), LA LOTERÍA DE CUBA. PHOTOS

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En febrero de 1959, a un mes y medio del triunfo de la Revolución, Fidel Castro anunció la supresión de la próspera Lotería Nacional, a la cual consideraba una fuente de corrupción, inmoralidad y manejos políticos de toda índole. Durante muchos años la bolita, su variante clandestina, fue perseguida con saña. Sin embargo, hoy es tolerada como un vicio tan nacional como orinar en las calles, gritar por cualquier razón o propalar noticias falsas, las famosas “bolas”.

La lotería se inició en Cuba a principios del siglo XIX, durante el mandato español sobre la isla. Los inmigrantes chinos popularizaron la primera charada o chifá, en la cual los números se representaban con animales o cosas. Debido a esto la lotería comenzó a ser llamada “el juego del bicho”, vocablo con el cual todavía se le conoce en algunos países de América Latina.

COMO COMENZARON CON LOS PREMIOS…

El nombre por el que se conoce en Cuba a la lotería ilegal, “bolita”, es un término de invención bastante moderna. Tiene que ver con las pequeñas bolas numeradas que se colocaban en una tómbola y luego, en presencia de público, eran extraídas por niños provenientes de las instituciones de caridad. Estas esferas determinaban no solo los premiados, sino también la cuantía del premio.

El número premiado tiene tres cifras. Si acierta las dos últimas, por cada peso que apostó le pagarán 60. Si acierta las tres cifras, como se dice en buen cubano: “Lo coge con centena”, entonces cada peso se multiplicará por 400.

El juego de la bolita lo controlan los banqueros; pero a ellos nadie los conoce. Son perseguidos por la ley y, si los capturan, les pueden expropiar todo el dinero que han amasado y, además, aplicarle el artículo 219.1 del Código Penal: “El banquero, colector, apuntador o promotor de juegos ilícitos es sancionado con privación de libertad de 1 a 3 años o multa de 300 a 1000 cuotas o ambas”.

Por eso existe un intermediario entre los banqueros y sus colectores, el llamado cabeza de banco o mensajero. Este es responsable de pagar a los listeros, repartir los premios, así como atender cualquier reclamación o problema que surja en el ámbito del juego.

Los listeros le pagan 25% de lo que recojen. O sea, “si entrego 300 pesos al cabeza de banco, él me da 75. Hay días malos, que solo le llevo 80 pesos, y tengo que conformarme con 20” dice una de las participantes del socorrido en Cuba juego de la Bolita.

En Oriente los banqueros ponen límites a las listas. Por ejemplo, dicen que a ningún número se le puede apostar más de 30 pesos y eso frena la cantidad de dinero. En La Habana, no hay ese problema. Se entiende porque si alguien apuesta 30 pesos a un número y lo coge con centena haya que pagarle 12 mil. “Lo malo es que nos afectan a nosotros” nos dice.

Los jugadores de bolita se conocen todos entre sí. Hablan sobre los números bonitos, esos que salen con mayor frecuencia: el 33, 54, 37, 90, 82 y el 12. También hay números malos —me explica—. Nosotros los llamamos «bola de banco» porque casi nunca salen: el 26, 92, 76 y el 72.

José Antonio Saco y José Martí satanizaron los juegos de azar. Este último, Héroe Nacional de Cuba, afirmó que la lotería era incompatible con el ideal de Cuba libre porque: “en nuestra patria organizada rechazaremos sin duda por la debilidad que produce en el carácter del hombre la esperanza en otra fuente de bienestar que no sea el esfuerzo de su persona”.

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COMO ES LA BOLITA DE CUBA..

—¿Y cómo se enteran qué número salió?

“En La Habana se enteran por el radio, Internet o la gente que tiene televisión por cable. Ellos llaman para acá y lo dicen. A las ocho de la noche ya se sabe, pero yo demoro en enterarme. A veces son las ocho y media y todavía no sé qué número salió, nos dice uno de los banqueros de la Bolita. Y nos dice:

Este sistema, bastante rudimentario, tiene sus fallas. “Hace un tiempo en la televisión de Miami premiaron el 33, pero en la página de Internet salió el 83. El 83 era el correcto. Algunos bancos habían mandado a pagar el otro número y se embarcaron. El banco mío, por ejemplo, pagó los dos porque la gente que cobró el 33 no quiso devolver el dinero. Aquí no hay nada más en qué entretenerse: la televisión está en candela, no se puede ir a ningún lado. La bolita es la única esperanza que uno tiene para conseguir dinero y vivir desahogado un tiempo”, nos dice Pedro otro jugador empedernido de la celebre Bolita Cubana.

“Dicen que la gente oye el número por la radio y yo no encuentro un radio que coja esas emisoras de afuera. ¡Y mira que lo he buscado!, pero aquí no venden ese tipo de radio” nos dice. Los buenos son los radios antiguos, marca VEF —asegura Mario, un mulato gordo y socarrón. Ellos sintonizan Radio Martí, La Poderosa, las emisoras que dicen el número premiado.

“En realidad, los americanos hacen cuatro tiros de lotería: uno a las seis de la mañana, otro a las ocho, está el de las dos de la tarde y el de la noche. Yo nada más juego por la noche, los demás no. Imagínese usted, sería demasiado”. Mario sigue la bolita hace más de 30 años, desde que volvió de la Unión Soviética, donde estudiaba una especialidad relacionada con la mecanización agrícola.—Yo juego por cábalas. No sé si usted sabe que es una palabra hebrea, significa “recibir”.

LA BOLITA CUBANA…

“Los jóvenes de hoy no juegan mucho a la bolita, por lo menos no como en mis tiempos. Están para otra cosa, se lo digo yo. En esta ciudad las cábalas se dan bien. Cada vez que hay un ahorcado en los alrededores, sale el 92. Si vienen los huevos tienes el 75 % de probabilidades de que tiren el 60. Eso es un buen average”. Otro de los jugadores nos dice..”Los jóvenes sí juegan, verdad que son los menos. Más del 70% son mayores. La bolita se ha convertido en un juego de viejos”.

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“Lo del banco es que entre su dinero. Además, uno da un golpe grande una vez cada cien años. Por eso no se puede jugar bolita con miseria. Para ganar hay que tener entrada, que te manden dinero de afuera o un trabajo como el mío, que dé resultado. El que juega para comer —prende los ojos como dos faros— siempre pierde”. termina diciendo.

Después que cesó el mandato español sobre la isla el presidente Estrada Palma se negó a legalizarla nuevamente. Los fanáticos de la lotería tuvieron que esperar que José Miguel Gómez, apasionado de las apuestas, la trajera de vuelta cuando llegó a la presidencia en 1909. En la República la bolita llegó a ser tan estimada que sus billetes se imprimían en Cultural S.A., la misma empresa que editaba los libros escolares, los sellos de correo y los papeles del gobierno.

MIAMI, LOS ANGELES, CHICAGO.

MIAMI, LOS ANGELES, CHICAGO.

THEY ARE THE BANKER, THE LISTERO AND THE POINTER: THAT IS THE (BALL), THE CUBA LOTTERY. PHOTOS

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In February 1959, a month and a half after the triumph of the Revolution, Fidel Castro announced the suppression of the prosperous National Lottery, which he considered a source of corruption, immorality and political manipulation of all kinds. For many years the bolita, its clandestine variant, was viciously persecuted. However, today it is tolerated as a vice as national as urinating in the streets, shouting for any reason or spreading false news, the famous “balls.”

The lottery began in Cuba at the beginning of the 19th century, during the Spanish mandate on the island. Chinese immigrants popularized the first charade or chifá, in which numbers were represented with animals or things. Because of this, the lottery began to be called “the game of the bug,” a word by which it is still known in some Latin American countries.

HOW THEY STARTED WITH THE AWARDS…

The name by which the illegal lottery is known in Cuba, “bolita”, is a term of quite modern invention. It has to do with the small numbered balls that were placed in a raffle and then, in the presence of the public, they were drawn by children from charitable institutions. These spheres determined not only the winners, but also the amount of the prize.

The winning number has three digits. If you get the last two right, for each peso you bet you will be paid 60. If you get the three figures right, as they say in good Cuban: “Lo ge con centena”, then each peso will be multiplied by 400.

The game of the little ball is controlled by the bankers; but no one knows them. They are persecuted by the law and, if they are captured, they can expropriate all the money they have amassed and, in addition, apply article 219.1 of the Penal Code: “The banker, collector, scorer or promoter of illicit games is punished with deprivation of liberty. from 1 to 3 years or a fine of 300 to 1,000 installments or both.”

That is why there is an intermediary between the bankers and their collectors, the so-called bank head or messenger. This is responsible for paying the listers, distributing the prizes, as well as addressing any claim or problem that arises in the field of the game.

The listeros pay him 25% of what they collect. In other words, “if I give 300 pesos to the head of the bank, he gives me 75. There are bad days, when I only bring him 80 pesos, and I have to settle for 20,” says one of the participants in the Bolita game in Cuba.

In the East the bankers put limits on the lists. For example, they say that no number can be bet more than 30 pesos and that slows down the amount of money. In Havana, there is no such problem. It is understandable because if someone bets 30 pesos on a number and wins it with a hundred, you have to pay them 12 thousand. “The bad thing is that they affect us,” she tells us.

The bowlers all know each other. They talk about the nice numbers, those that come up most frequently: 33, 54, 37, 90, 82 and 12. There are also bad numbers, he explains to me. We call them “bank ball” because they almost never come out: 26, 92, 76 and 72.

José Antonio Saco and José Martí demonized games of chance. The latter, National Hero of Cuba, stated that the lottery was incompatible with the ideal of a free Cuba because: “in our organized country we will undoubtedly reject, due to the weakness that it produces in man’s character, the hope in another source of well-being that is not the effort of his person.”

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WHAT THE CUBA BOLITA IS LIKE..

—And how do you find out what number came out?

“In Havana they find out from the radio, the Internet or from people who have cable television. They call here and say it. At eight at night we already know, but it took me a while to find out. Sometimes it’s half past eight and I still don’t know what number came up, one of the Bolita bankers tells us. And he tells us:

This fairly rudimentary system has its flaws. “A while ago on Miami television they awarded 33, but on the Internet page it was 83. 83 was the correct one. Some banks had ordered the other number to be paid and they embarked. My bank, for example, paid both because the people who collected the 33rd did not want to return the money. There is nothing else to entertain yourself here: the television is on, you can’t go anywhere. The bolita is the only hope one has to get money and live comfortably for a while,” Pedro, another inveterate player of the famous Bolita Cubana, tells us.

“They say that people hear the number on the radio and I can’t find a radio that picks up those outside stations. And look, I’ve looked for it! But they don’t sell that type of radio here,” he tells us. The good ones are the old radios, VEF brand,” says Mario, a fat and snide mulatto. They tune in to Radio Martí, La Poderosa, the stations that say the winning number.

“Actually, Americans make four lottery shots: one at six in the morning, another at eight, there is the one at two in the afternoon and the one at night. I only play at night, the others don’t. Imagine, it would be too much.” Mario has been following the game for more than 30 years, since he returned from the Soviet Union, where he was studying a specialty related to agricultural mechanization.—I play for cabals. I don’t know if you know it’s a Hebrew word, it means “to receive.”

THE CUBAN BOLITA…

“Today’s young people don’t play much ball, at least not like in my time. They are for something else, I tell you. In this city, cabals are good. Every time there is a hanged man in the vicinity, the 92 is rolled. If the eggs come, you have a 75% chance that they will roll the 60. That is a good average.” Another of the players tells us. “The young people do play, it’s true that they are the least. More than 70% are older. The ball has become an old man’s game.”

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“The bank’s thing is to let your money come in. Besides, one deals a big blow once every hundred years. That’s why you can’t play ball with misery. To win you have to have an income, have money sent to you from outside or a job like mine that pays off. “He who plays to eat – lights up his eyes like two headlights – always loses.” he ends up saying.

After the Spanish mandate on the island ceased, President Estrada Palma refused to legalize it again. Lottery fans had to wait for José Miguel Gómez, a gambling enthusiast, to bring it back when he became president in 1909. In the Republic the little ball became so esteemed that its tickets were printed in Cultural S.A., the same company that published school books, postage stamps and government papers.

Agencies/ El Toque/ Yandrey Lay/ Wiki/ Extractos/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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MIAMI, LOS ANGELES, CHICAGO.

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