History of CubaLA BODEGA, EL BODEGUERO ANTES DE 1959 Y LA BODEGA SOCIALISTA DE HOY. PHOTOS. * THE BODEGA, the Bodega man before 1959 and the Socialist Bodega of Today. PHOTOS.

LA BODEGA, EL BODEGUERO ANTES 1959 Y LA BODEGA SOCIALISTA DE HOY. PHOTOS.

La bodega era una parte inseparable de la vida y la cultura del cubano. Eran muy pocos y aislados los supermercados, destacando las cadenas Minimax y Ekloh, ubicados más bien en repartos residenciales o barrios de gente pudiente, mientras que en casi cada esquina del resto de la ciudad había, sin falta, una bodega, y en muchos tambien un puesto de chinos que vendia frutas, hortalizas y viandas aparte de frituras y helados y en otras esquinas eran acompañados por una carnicería o una pollería.

Las bodegas, en Cuba, no son el lugar donde se guardan los vinos ni el depósito donde se lleva la carga en los buques, sino una tienda de muchos tipos de mercancías alimenticias, de limpieza y belleza, con estantes que llegaban hasta el techo, siempre bien surtidas y en ninguna faltaba una barra de madera preciosa, donde se consumían bebidas y un saladito, que iba mejorando su calidad en la medida que aumentaba el consumo del parroquiano mientras se jugaba cubilete. Recuerdo una bodega a la que iba bastante a menudo después de almorzar, los días que no iba a mi casa al mediodía, donde compartimos un par de mojitos con unos camaroncitos secos hasta regresar al trabajo.

En la bodega, salvo cárnicos y vegetales, se podía abastecer la familia con casi de todo, y recuerdo que había una práctica casi universal de fiar y cobrar a fin de mes. Para ello había una libreta en la que el bodeguero, con su lápiz en la oreja, apuntabalo consumido. A los muchachos nos gustaba que nos enviaran a buscar los mandados, porque siempre nos ganamos una contra de galleticas, caramelos o bombones. Otras veces, ya junto con mandados de mayor valor, la contra consistía en sal, azúcar y otros insumos que no había necesidad de comprar porque eran “de contra”, aunque fuera muy poco lo que se recibiera.

Pero para los niños, el que nos enviaran a la bodega a buscar algo era comparable con el cuento del Ratoncito Pérez que siempre nos dejaba una moneda, un dulce o un juguete cuando se nos caía un diente de leche

No en balde surgió y se volvió tan popular la melodía de Richard Egues “El Bodeguero”, haciendo alusión a que se liquidara la deuda mensual con el estribillo: “toma chocolate, paga lo que debes…”, aunque lo cierto es que ni el bodeguero apuntaba nada que no se hubiera consumido y la gente tenía como prioridad liquidar su deuda con el gallego o asturiano, que eran los principales propietarios de las bodegas habaneras. Ese era básicamente un juego muy limpio entre el bodeguero y el marchante, que es como se le decía al cliente.



LA BODEGA SOCIALISTA DE HOY

La contra o como le deciamos, la ñapa, murió junto con la llegada de la revolución, pero ni siquiera los estúpidos artífices de la estatalización de todas las propiedades fueron capaces de comprender la magnitud y la gravedad que ese cambio traería para los cubanos.

En Cuba el bodeguero no sucumbió ante el empuje de los nacientes supermercados, por ello se hubieran modernizado sin duda alguna, sino que desaparecieron como institución intrínseca de nuestro modo de vida, gracias al sistema socialista y su naturaleza destructiva.

Con la bodega socialista no solo la contra desapareció, con ella se esfumó el pesaje fiel, el sobrante resultante era apropiado por el bodeguero, que ya no es el dueño, sino un empleado del Estado, y que roba para engrosar su peculio y hasta para vender la mercancía robada como si fuera suya, lo que ha sido medio de vida de muchos durante varias decenas de años.

También desaparecieron los cartuchos y el papel para envolver, así como el papel parafinado para despachar el jamón, el queso, las aceitunas, las pasas, las alcaparras y los chorizos con su mantequita y la manteca de puerco.

Se suspendió la venta de algunos alimentos y bebidas alcohólicas, que junto con los productos de aseo y de quincalla y el acortamiento de los horarios de venta, hicieron que la gestión comercial cayera vertiginosamente.

Las grandes neveras comerciales se deterioraron y los estantes cada vez están más vacíos o cogieron comején. Las pesas sofisticadas desaparecieron y las de plato o de mostrador están todas arregladas para robar.

Una de las instituciones más representativas del país no es más que un reflejo de lo que ha ido sucediendo con la nación. Las bodegas cubanas han visto que su papel de repartir los productos normados, que cada día son menos, hace que estas solo tengan público el día que se abastecen determinados productos, mientras que el resto del tiempo parecen estar llenas de telarañas.

Por eso ya al bodeguero no se le puede cantar la canción de Richard Egues cuando decía: “Bodeguero, ¿por qué tan contento está?, porque ahora se han convertido en un lugar donde para nada están contentos, y los más viejos pueden ver que el ocaso no solo ha llegado para ellos, para la bodega ha aparecido mucho antes.

Pero sin embargo, el bodeguero sigue siendo uno de los personajes de nuestros primeros años de vida que simple vamos a reivindicar en los recuerdos. Por eso me parece estar escuchando sonar la victrola, mientras el bodeguero abre la gran nevera y saca una cerveza, la abre y mientras la chapa cae al suelo y le pone un saladito al marchante, oigo la música de fondo que dice:

“Vete a la esquina y lo verás,
que atento siempre, te servirá;
anda enseguida, córrete allá,
que con la plata lo encontrarás,
del otro lado del mostrador,
muy complaciente y servidor…”

THE BODEGA, THE BODEGA MAN BEFORE 1959 AND THE SOCIALIST BODEGA OF TODAY. PHOTOS.

The Bodega was an inseparable part of Cuban life and culture. Supermarkets were very few and isolated, highlighting the Minimax and Ekloh chains, located more in residential areas or neighborhoods of wealthy people, while in almost every corner of the rest of the city there was, without fail, a warehouse, and in many as well. a Chinese stand that sold fruits, vegetables and food in addition to fried foods and ice cream and on other corners they were accompanied by a butcher shop or a chicken shop.



The Bodega, in Cuba, are not the place where the wines are kept or the warehouse where the cargo is carried on the ships, but rather a store of many types of food, cleaning and beauty merchandise, with shelves that reached to the ceiling, always well stocked and none of them lacked a beautiful wooden bar, where drinks and a snack were consumed, which improved in quality as the customer’s consumption increased while playing cup. I remember a winery I went to quite often after lunch, on the days I didn’t go home at noon, where we shared a couple of mojitos with some dried shrimp until we returned to work.

In the warehouse, except for meat and vegetables, the family could supply almost everything, and I remember that there was an almost universal practice of trusting and getting paid at the end of the month. For this there was a notebook in which the winemaker, with his pencil in his ear, wrote down what was consumed. We boys liked to be sent to pick up our errands, because we always earned a counter of cookies, candy or chocolates. Other times, along with higher value errands, the contra consisted of salt, sugar and other supplies that there was no need to buy because they were “contra”, even though very little was received.

But for the children, being sent to the warehouse to look for something was comparable to the story of the Tooth Fairy who always left us a coin, a candy or a toy when we lost a baby tooth.

Not in vain did Richard Egues’ melody “El Bodeguero” emerge and become so popular, alluding to the monthly debt being settled with the refrain: “have chocolate, pay what you owe…”, although the truth is that not even the The winemaker pointed out nothing that had not been consumed and the people’s priority was to settle their debt with the Galician or Asturian, who were the main owners of the Havana wineries. That was basically a very fair game between the winemaker and the dealer, which is how the customer was called.

READ TODAY’S SOCIALIST BODEGA IN THE SPANISH SECTION ABOVE.

Agencies/ Nostalgia Cubana/ Carlos RodriguezBua/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
LA HISTORIA DE CUBA/THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

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