LOS GALLOS CUBANOS Y SUS POPULARES DICHOS. LOS DE ERNEST HEMINGWAY EN CUBA. PHOTOS.
En su acepción más elemental, el gallo es el macho de las gallinas, y cuya principal tarea es cantar al salir el sol cumpliendo un doble objetivo, despertar a los que habitan en el campo y también servir de unidad de medida (al cantío de un gallo), y además es algo corriente en algunos cantantes (se le fue un gallo).
En Cuba hay una vieja costumbre de comparar las cualidades o defectos de las personas con el de ciertos animales. Una tortuga es sinónimo de lentitud, el burro denota brutalidad (a,e, i, o, u, más sabe el burro que tú); el cerdo es alguien cochino; una jutía, gallina o ratón equivale a cobardía; un caballo o mulo es sinónimo de fortaleza; un gato es alguien con habilidad para moverse sigilosamente; un conejo equivale a alguien veloz; un majá representa la vagancia (tirar majá) y así hay muchos otros ejemplos.
Pero nosotros al gallo lo hemos elevado a un estadío superior, porque tiene muchas representaciones que van desde el dinero (suelta el gallo, significa dame el dinero), es equivalente a amigo o compañero y también es símbolo de masculinidad. De ahi que por estar presente no solo en el campo sino también en las ciudades, con sus llamativos colores y su utilidad como despertador (a veces indeseable), el gallo tiene una gran presencia en nuestros dichos populares.
– “Este es como el gallo: ni canta ni come frutas” –es la versión cubana del refrán del perro del hortelano.
– Saca la mano que te pica el gallo” –nos lo decían cada vez que trataba de robarle una papita o una mariquita acabada de freír y hasta sirvió de eslogan de una firma jabonera para una rifa (el gallo de oro dentro del jabón Hiel de Vaca era el ganador de una casa).
– “Se cuida como gallo fino” –se refiere a alguien que cuida mucho de su salud y da mucha importancia a su aspecto personal.
– “Ese se cree un gallo fino”, se refiere a alguien arrogante.
– “Un gallo tapa’o” se emplea cuando no hay certeza de lo que puede pasar con algo que hemos decidido hacer. Se supone que provenga de cuando antes de una pelea, se tapaba u ocultaba al gallo para que los contrarios no supieran a que se iban a enfrentar.
– “Es un gallito” se usa para denominar a la persona que siempre busca pelea y se altera ante cualquier situación.
– ”Quedó como el gallo de Morón, sin plumas y cacareando” es uno de los refranes más usados por los cubanos y aunque muchos lo atribuyen a la ciudad de Morón en la provincia de Ciego de Ávila, tiene su origen en el pueblo de Morón, en Andalucía, hecho que hemos narrado con profundidad en otro artículo de este blog y donde un alcalde equivocado dijo que “donde canta este gallo no canta otro”, lo que hizo que lo dejaran (simbólicamente) desplumado por la paliza que le dieron.
– Sacarse la rifa del guanajo o del gallo es tener buena suerte.
– ”Ese es mi Gallo”, atañe a tu candidato favorito y no sólo en la política.
– ”En menos de lo que canta un gallo” es algo que ocurre muy rápidamente.
Y otros que se explican por sí solos como:
– “El que es buen gallo, dondequiera canta”.
– “Gallo, caballo y mujer hay que saber escoger”.
– “Ese gallo que no canta, algo tiene en la garganta.”
– “Los gallos finos nunca abandonan el ruedo”
Pero personalmente la más simpática de las frases atribuidas al gallo es la siguiente:
– “Eso está ahí mismo, al cantío de un gallo”.
¿A qué distancia puede escucharse el canto de un gallo?, pues en el imaginario popular campesino cubano los guajiros usan este dicho para indicar que lo que usted busca o el lugar al que quiere llegar no está muy lejos de donde se encuentra. Pero no se deje engañar, el concepto de distancia empleado en el campo y el que usamos en las ciudades son muy diferentes, por eso usamos esta frase como una burla y que la distancia a recorrer es muy larga, mucho más larga que a la que se escucha el canto del gallo.
EL NORTEAMERICANO ERNEST HEMINGWAY Y LOS GALLOS
Este hombre que vivio y amo a nuestro pais hasta su tragica muerte, inquieto y arrojado, amante de las corridas de toros, no podía serlo menos de las peleas de gallos.
En su finca Vigía, en San Francisco de Paula, nos cuenta Norberto Fuentes que Hemingway mandó a construir una pequeña valla y se asoció a José Herrera, alias Pichilo, quien cuidaba sus ejemplares, unos 20 gallos para llevarlos a las peleas..
Hemingway apostaba mucho, pero su fin no era ganar, sino disfrutar la pelea. Si ganaba, invitaba a todos los presentes a la cantina, los que podían consumir todo lo que quisieran, pero advertía: “Yo tomo y me emborracho todos los días, pero no molesto a nadie”. Era el sermón de un verdadero gallo como era Hemingway.
La pasión por las peleas de gallo, tan enraizada en el cubano de todas las épocas, contagió también a Hemingway, hasta el punto de reconocer que fue una de las razones por la que escogió a Cuba como su hogar por muchos años, casi hasta su muerte.
THE CUBAN ROOSTERS AND THEIR POPULAR SAYINGS. THOSE OF ERNEST HEMINGWAY IN CUBA. PHOTOS.
In its most basic meaning, the rooster is the male of the hens, and whose main task is to sing when the sun rises, fulfilling a double objective: to wake up those who live in the countryside and also to serve as a unit of measurement (to the number of a rooster), and it is also something common in some singers (a rooster went away).
In Cuba there is an old custom of comparing the qualities or defects of people with those of certain animals. A turtle is synonymous with slowness, the donkey denotes brutality (a,e, i, o, u, the donkey knows more than you); the pig is someone dirty; a hutía, chicken or mouse is equivalent to cowardice; a horse or mule is synonymous with strength; a cat is someone with the ability to move stealthily; a rabbit is equivalent to someone fast; A majá represents laziness (throwing majá) and so there are many other examples.
But we have elevated the rooster to a higher stage, because it has many representations ranging from money (release the rooster, it means give me the money), it is equivalent to friend or companion and is also a symbol of masculinity. Hence, because it is present not only in the countryside but also in the cities, with its striking colors and its usefulness as an alarm clock (sometimes undesirable), the rooster has a great presence in our popular sayings.
– “This is like the rooster: it neither sings nor eats fruit” – is the Cuban version of the saying about the dog in the manger.
AMERICAN ERNEST HEMINGWAY AND THE ROOSTERS
This man who lived and loved our country until his tragic death, restless and bold, a lover of bullfights, could not be less of a lover of cockfights.
On his Vigía farm, in San Francisco de Paula, Norberto Fuentes tells us that Hemingway had a small fence built and partnered with José Herrera, alias Pichilo, who took care of his birds, about 20 roosters to take them to the fights ..
Hemingway bet a lot, but his goal was not to win, but to enjoy the fight. If he won, he invited everyone present to the canteen, who could consume as much as they wanted, but he warned: “I drink and get drunk every day, but I don’t bother anyone.” It was the sermon of a true rooster like Hemingway.
The passion for cockfighting, so deeply rooted in the Cuban of all times, also infected Hemingway, to the point of recognizing that it was one of the reasons why he chose Cuba as his home for many years, almost until his death.
Agencies/ Nostalgia Cubana/ Carlos RodriguezBua/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
LA HISTORIA DE CUBA/THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.