– DESENTIERRAN ARQUEOLOGOS CANADIENSES LOS MISTERIOS DE LOS TAINOS CUBANOS. PHOTOS. * CANADIAN ARCHAEOLOGISTS UNCOVER THE MYSTERIES OF THE CUBAN TAINOS. PHOTOS.

Los Buchillones también es el yacimiento arqueológico más significativo de arte indocubano. / Patrimonio Ciego de Avila)

DESENTIERRAN ARQUEOLOGOS CANADIENSES LOS MISTERIOS DE LOS TAINOS CUBANOS. PHOTOS.

Los arqueólogos canadienses desentrañan los misterios de los taínos de Los Buchillones. Las figuras, labradas en madera de guayacán y ébano, fueron creadas entre los siglos XIII y XVII (1220-1690).

LA HABANA/SALAMANCA.- Han tenido que pasar casi 30 años para que más de 150 piezas de arte aborigen del yacimiento de Los Buchillones, en Ciego de Ávila, fueran descritas y datadas correctamente por los arqueólogos. El mérito, sin embargo, no es tanto de los historiadores de la Isla como de la Universidad de Toronto, en Canadá, y del Museo Real de Ontario, que tuvieron a su cargo el estudio científico de las figuras.

Pese a la importancia del descubrimiento, que enriquece notablemente la visión que se tiene de la Cuba precolombina, la prensa oficial apenas se ha hecho eco del suceso. El pasado jueves, no obstante, Invasor explicó los avatares de las piezas encontradas en 1995 en Los Buchillones, que se habían atribuido incorrectamente a “grupos aruacos agricultores y ceramistas”.

Gracias a los científicos del laboratorio universitario Isotrace se sabe ahora que las figuras, labradas en madera de guayacán y ébano, fueron creadas entre los siglos XIII y XVII de nuestra era, más precisamente entre el año 1220 y 1690 –la comunidad permaneció allí tras la Conquista–. Ese, añaden los especialistas, es el “momento de auge de los agricultores ceramistas”.

Tampoco fueron creadas, como se pensaba, en Los Buchillones, sino que pertenecen a otro asentamiento ubicado a 500 metros de allí, en una antigua salina conocida como La Laguna. Este dato era sospechado por estudiosos cubanos y aficionados a la arqueología, explica Invasor, pues muchas de las piezas tenían marcas que evidenciaban haber sido sacadas del fondo del mar o de un río.

En cuanto a la tipología de las figuras, corresponde a las formas artísticas que se conocen de los aborígenes cubanos. Se trata de cemíes –dioses–, los asientos denominados dujos, espátulas y bandejas. Pocas de las Antillas Mayores cuentan con tantas piezas representativas del arte aborigen y, en el contexto cubano, también marca un hito: Los Buchillones también es el yacimiento arqueológico más significativo de arte indocubano.

Cuenco de ébano encontrado en el yacimiento. / Patrimonio Ciego de Ávila/Facebook

De las esculturas, destacan ocho cuyas características ayudan a comprender mejor el imaginario y la cotidianidad de los aborígenes. Son de color oscuro, talladas en madera de guayacán y ébano, cuya altura oscila entre los 10,5 y los 34 centímetros. Se nota en algunas de ellas la cabeza y las extremidades –con énfasis en los genitales masculinos y femeninos– de una divinidad, y otras tienen forma de animales sin sexo.

Son, a juzgar por su forma y cuidadosa simetría, ídolos vinculados a la fertilidad y ese es el nombre que ha recibido la escultura más notable, de 18 centímetros de altura, y de la cual Invasor facilitó un boceto. Además del simbolismo sexual, contiene elementos –la representación de un esqueleto y una especie de aureola, a la manera de los santos católicos– que remiten al paso de la vida a la muerte y a la noción del tiempo que poseían los taínos.

Se cree que las vasijas y cuencos también tienen un carácter ritual y fueron utilizados por los taínos en sus ceremonias religiosas. Según Invasor, Canadá recomendó “desarrollar un estudio estilístico de estos objetos” y continuar la investigación, que encabeza el arqueólogo cubano Jorge A. Calavera Rosés.

Del pasado aborigen de Cuba no quedan sino fragmentos. Los pocos estudios arqueológicos que se han realizado en el país han dado pocas claridades sobre los diferentes grupos que formaban el ámbito indocubano, y la mayoría de los cubanos tiene nociones erróneas o anticuadas sobre su vida, costumbres y rituales.

Un paso decisivo para comprender la religión de los taínos lo dio, en 1947, el etnólogo y polígrafo cubano Fernando Ortiz con su libro El huracán, su mitología y sus símbolos. Publicado por el Fondo de Cultura Económica e imposible de conseguir en las librerías de la Isla –es raro, incluso, en sus bibliotecas–, el meticuloso estudio de Ortiz sobre varias piezas similares a las encontradas en Los Buchillones permitió entender el universo sagrado de los taínos.

El meticuloso estudio de Ortiz sobre varias piezas similares permitió entender el universo sagrado de los taínos. / Patrimonio Ciego de Ávila/Facebook

Ortiz centró su investigación en un conjunto de esculturas enigmáticas, formadas por un tronco humano con su cabeza, en cuyo pecho había otra criatura, con los brazos en aspa. Aunque las formas de las “curiosas figurillas” era variable, estos elementos eran el factor común y apuntaban a una concepción sagrada del ciclón, Padre de los Vientos para los aborígenes.

Su conclusión fue que el ídolo del huracán era “la figura más típica de Cuba”, pues no había encontrado ejemplares en ninguna otra isla caribeña. Para explicarlo, compuso una obra que busca las huellas del culto al huracán desde las esvásticas hindúes hasta las danzas andaluzas, describiendo un itinerario mítico prácticamente virgen en los estudios históricos cubanos.

Pese a las carencias, el campo de los estudios indocubanos ofrece al investigador un terreno lleno de novedades y toda una bibliografía de pioneros como Ortiz, que en su época llegó a estar a la altura de clásicos de los estudios mitológicos como James Frazer o Joseph Campbell. Su colección personal, absorbida –con poco cuidado– por la Biblioteca Nacional y otras instituciones estatales, es un buen punto de partida para el investigador.

“Todo objeto arqueológico es por sí un conjunto en busca de una expresión inteligible. Es como un ente muerto y desenterrado al cual hay que devolverle el nombre y la vida”, dijo entonces Ortiz antes de, efectivamente, dotar de sentido a su descubrimiento. Las más de 150 piezas de Los Buchillones siguen, como hace 100 años predijo el autor del Contrapunteo, en busca de quien sepa hablar en su “lenguaje propio”.

CANADIAN ARCHAEOLOGISTS UNCOVER THE MYSTERIES OF THE CUBAN TAINOS. PHOTOS.

Canadian archaeologists unravel the mysteries of the Tainos of Los Buchillones. The figures, carved in guayacan wood and ebony, were created between the 13th and 17th centuries (1220-1690).

Los Buchillones is also the most significant archaeological site of Indo-Cuban art. / Ciego de Ávila Heritage

HAVANA/SALAMANCA.- It has taken almost 30 years for more than 150 pieces of aboriginal art from the Los Buchillones site in Ciego de Ávila to be correctly described and dated by archaeologists. The merit, however, is not so much that of the island’s historians as that of the University of Toronto, in Canada, and the Royal Ontario Museum, which were in charge of the scientific study of the figures.

Despite the importance of the discovery, which greatly enriches the vision of pre-Columbian Cuba, the official press has barely echoed the event. Last Thursday, however, Invasor explained the vicissitudes of the pieces found in 1995 in Los Buchillones, which had been incorrectly attributed to “Arawak groups of farmers and potters.”

Thanks to the scientists of the university laboratory Isotrace, it is now known that the figures, carved in guayacan wood and ebony, were created between the 13th and 17th centuries of our era, more precisely between the years 1220 and 1690 – the community remained there after the Conquest. That, the specialists add, is the “heyday of the farmers and potters.”

They were not created, as was thought, in Los Buchillones, but belong to another settlement located 500 meters away, in an old salt mine known as La Laguna. This fact was suspected by Cuban scholars and archaeology enthusiasts, explains Invasor, since many of the pieces had marks that showed they had been taken from the bottom of the sea or a river.

As for the typology of the figures, it corresponds to the artistic forms known from Cuban aborigines. They are cemíes –gods–, the seats called dujos, spatulas and trays. Few of the Greater Antilles have so many representative pieces of aboriginal art and, in the Cuban context, it also marks a milestone: Los Buchillones is also the most significant archaeological site of Indo-Cuban art.

(READ MORE IN THE SPANISH SECTION ABOVE)

Agencies/ 14yMedio/ Xavier Carbonell/ TainosCubanos/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona.

www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.

TheCubanHistory.com Comments

comments