Jose Agustín Hernandez is a 53-year-old local government official in Cuba— who is transgender, sports a flamboyant pink wig and goes by the name Adela. Hernandez works in Caibarien, a town close to Santa Clara—a city synonymous with revolutionary icon Che Guevara but also Cuba’s most LGBT-friendly town.

“I’m more revolutionary than gay,” says Hernandez, who has photos of both her boyfriend and the famous Argentine guerrilla on the wall behind her. “And look, no one is more gay than me, because I was born gay.”

Sixty years ago, Santa Clara is where Guevara derailed one of US-backed Cuban dictator Fulgencio Batista’s military trains during the guerrilla resistance, and the city adopted him as one of its own. His remains and those of some of his Bolivian comrades in arms are buried there.

Santa Clara is located just 30 km from Placetas, the birthplace of current Cuban President Miguel Diaz-Canel, who took over from Raul Castro in April.

Over the last few decades, the surrounding Villa Clara province has developed into a haven for the LGBT community.

Santa Clara is home to a gay friendly hotel and the El Menjuje cultural centre, which has put on drag queen shows since 1984, when homophobia was rampant in the Caribbean island nation.

Dayan Marín a 31 years old Cuban transformist.

The public packed this place built on the ruins of a hotel and that for more than three decades has hosted cultural expressions in Santa Clara. This is Menjuje today.

“El Mejunje was the cradle of transformism as art (in Cuba), it opened the doors to all the marginalized of the Santa Clara society, where I was born,” says Charlimar, artistic name of Dayán Marín, 31 years old.

The city of 200,000 people has been at the forefront of the push to legalise gay marriage in Cuba, something that will be put to a referendum in February as part of a new constitution.

“Santa Clara is something else—nothing is strange or surprising here because anything can happen,” said Ramon Silverio, the 69-year-old founder of El Mejunje.

Built on the ruins of a hotel, El Mejunje offers young artists a theatre, concert hall and dance space where they can show off their talents. The entrance fee is five pesos ($0.20).

“My idea was to have a space for everyone and everything, regardless of who they were or what their preferences were,” Silverio told AFP.

“During the first years, El Mejunje was seen as hell, this place that brought together those people who, stereotypically, weren’t accepted by society.” That was during a time when homosexuals faced hostility and marginalisation.

But little by little, “the image changed and people realised it was something they couldn’t deny”, Silverio explained.

SANTA CLARA, UNA CIUDAD ALBERGUE DEL MOVIMIENTO GAY EN CUBA CERCA DE UN MONUMENTO AL CHE.

José Agustín Hernández es un funcionario del gobierno local de 53 años de Cuba, quien es transgénero, luce una extravagante peluca rosa y se llama Adela. Hernández trabaja en Caibarien, una ciudad cercana a Santa Clara, una ciudad sinónima del ícono revolucionario Che Guevara, pero también la ciudad más amigable para LGBT de Cuba.

“Soy más revolucionario que gay”, dice Hernández, quien tiene fotos de su novio y del famoso guerrillero argentino en la pared detrás de ella. “Y mira, nadie es más gay que yo, porque nací gay”.

Hace sesenta años, Santa Clara es donde Guevara descarriló uno de los trenes militares del dictador cubano Fulgencio Batista respaldado por Estados Unidos durante la resistencia guerrillera, y la ciudad lo adoptó como uno de los suyos. Sus restos y los de algunos de sus compañeros de armas bolivianos están enterrados allí.

Santa Clara se encuentra a solo 30 km de Placetas, el lugar de nacimiento del actual presidente cubano Miguel Díaz-Canel, quien reemplazó a Raúl Castro en abril.

Durante las últimas décadas, la provincia circundante de Villa Clara se ha convertido en un refugio para la comunidad LGBT.

Santa Clara es el hogar de un hotel gay friendly y el centro cultural El Menjuje, que ha presentado shows de drag queen desde 1984, cuando la homofobia era desenfrenada en la nación caribeña.

El público abarrota este inmueble edificado sobre las ruinas de un hotel y que tiene más de tres estrellas en cultura contemporánea en Santa Clara. Asi es el Menjuje hoy.

“El Mejunje fue la cuna del transformamismo como arte (en Cuba). Abrió las puertas a todos los marginados de la sociedad santaclareña. Aquí yo nací”, cuenta Charlimar, nombre artístico de Dayán Marín, de 31 años.

La ciudad de 200,000 personas ha estado a la vanguardia de la iniciativa para legalizar el matrimonio gay en Cuba, algo que se someterá a un referéndum en febrero como parte de una nueva constitución.

“Santa Clara es otra cosa; aquí nada es extraño ni sorprendente porque puede pasar cualquier cosa”, dijo Ramón Silverio, fundador de El Mejunje, de 69 años.

Construido sobre las ruinas de un hotel, El Mejunje ofrece a los jóvenes artistas un teatro, una sala de conciertos y un espacio de baile donde pueden mostrar su talento. El precio de la entrada es de cinco pesos ($ 0.20).

“Mi idea era tener un espacio para todos y todo, independientemente de quiénes eran o cuáles eran sus preferencias”, dijo Silverio a la AFP.

“Durante los primeros años, El Mejunje fue visto como un infierno, este lugar que reunió a aquellas personas que, estereotípicamente, no fueron aceptadas por la sociedad”. Eso fue durante un tiempo cuando los homosexuales enfrentaron hostilidad y marginación.

Pero poco a poco, “la imagen cambió y la gente se dio cuenta de que era algo que no podían negar”, explicó Silverio.

Agencies/Economy Times/ AFP/ Internet Photos/ Various/ Arnoldo Varona/ TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.