THE GIFTS OF AFRICAN WILD ANIMALS FROM CAYO SAETIA TO CUBA, A PAYMENT WITHOUT PRICE.
During the last five decades Cuba provided aid, personnel, troops and civil services to more than a dozen African nations and played an important role in three insurgencies of that continent, even at times when the island really could not afford it.
In the 1980s, the country spent 11% of its annual budget on maintaining the 65,000 soldiers and civilians it had in Africa, a political move with which The Cuban government tried to forge important friendships both for himself and for the then Soviet Union (an important Cuban ally at the time ).
CAYO SAETIA. PRIVATE PROPERTY.
Cayo Saetía (also spelled Sae-Tía) is a 42 km2 (16 square mile) cay in the province of Holguín, Cuba. It belongs to the municipality of Mayarí. It is located 120 km (75 miles) southeast of Holguin between Nipe Bay and the Atlantic Ocean. The land mass is connected to the mainland by an animal control bridge. Once it became a private gambling reserve of the government, it now houses a resort managed by the Gaviota Tourism Group, S.A., belonging to the Armed Forces of Cuba.
The nearest major city is Mayarí, located 20 km (12 miles) southeast. The environment is mixed open plains and forests with marshes in the northwest sector. Self-exploration is prohibited, but jeep tours through the reserve are available. The island used to be the private vacation home of Fidel Castro and his family until 1994, when they stopped coming. The grassy plain is still visible on the island from where the family would arrive and depart by helicopter.
Many of the exotic animals in Cayo Saetía were given to Cuba by African countries that Cuba helped during different armed conflicts.
The eagles glide through the sky, the wild horses graze peacefully on the plains, and harmless little snakes glide through the trees dotted with gigantic black hives of termites.
From the comfort of Soviet jeep of the 80s with the roof open, without windows and with a roaring engine, you can cross roads of mud, dense forests and hills to observe a variety of animals that normally do not expect to find in Cuba.
As we entered deeper into the key, we found a valley where half a dozen Chinese buffaloes cooled in a muddy lake. They told us that they would soon be joined by rhinoceroses and hippos that will be brought from their temporary home at the Havana Zoo.
Moments later, a white-tailed deer quickly moved away from the jeep, while an antelope was less interested in our visit and calmly continued his step.
For the average salary of Cubans, places and experiences like this are out of reach.
Villa Cayo Saetía is operated by Grupo Gaviota, a tourism conglomerate controlled by the Cuban army. The security is not scarce at the entrance of the Villa. Even drivers who bring hotel guests must leave their ID cards with military officers, and it is difficult to obtain official information about their history.
To some extent, this is what the cayo has become, although it is surprising how it remains so off the radar of most Cubans and visitors to Cuba. It is likely that this has to do with the limited accommodation and the bad roads that connect the place with the rest of the island, which finally gives it an air of remoteness and isolation.
A further 15 minutes by car is another larger beach, populated by tourists who make excursions to the reggaeton rhythm mounted on a catamaran, in the nearby tourist area of Guardalavaca.
They usually leave the water after noon, once lunch is served in the restaurant facing the beach.
Then the area remains quiet and mysterious again.
LOS REGALOS DE ANIMALES AFRICANOS SALVAJES DEL CAYO SAETIA A CUBA, UN PAGO SIN PRECIO.
Durante las últimas cinco décadas Cuba proporcionó ayuda, personal, tropas y servicios civiles a más de una docena de naciones africanas y jugó un papel importante en tres insurgencias de ese continente, incluso en momentos en que la isla realmente no podía darse ese lujo.
En la década de 1980, el país gastaba el 11% de su presupuesto anual en mantener a los 65.000 soldados y civiles que tenía en África, una movida política con la que el gobierno cubano trataba de forjar amistades importantes tanto para sí mismo como para la entonces Unión Soviética (un importante aliado cubano en la época).
CAYO SAETIA. PROPIEDAD PRIVADA.
Cayo Saetía (también deletreado Sae-Tía) es un cayo de 42 km2 (16 millas cuadradas) en la provincia de Holguín, Cuba. Pertenece al municipio de mayarí.Se ubica a 120 km (75 millas) al sureste de Holguín entre la Bahía de Nipe y el Océano Atlántico. La masa de tierra está conectada al continente por un puente de control de animales. Una vez que se convirtió en una reserva de juego privada del gobierno, ahora alberga un centro vacacional gestionado por el Grupo de Turismo Gaviota, S.A., perteneciente a las Fuerzas Armadas de Cuba.
La ciudad principal más cercana es Mayarí, ubicada a 20 km (12 millas) al sureste. El ambiente es mixto de llanuras abiertas y bosques con pantanos en el sector noroeste. La autoexploración está prohibida, pero los recorridos en jeep por la reserva están disponibles La isla solía ser la casa de vacaciones privada de Fidel Castro y su familia hasta 1994, cuando dejaron de venir. La llanura de hierba todavía es visible en la isla desde donde la familia llegaría y saldría en helicóptero.
Muchos de los animales exóticos en Cayo Saetía fueron regalados a Cuba por países africanos a los que Cuba ayudó durante diferentes conflictos armados. La Unión Soviética, por su parte, también proporcionó armas para ayudar a los africanos, un gesto motivado por su particular interés en impedir que países como Angola adoptaran una política exterior pro-occidental.Hoy en día, los restos de esos lazos con África viven en Saetía, un cayo de 42 kilómetros cuadrados escasamente poblado en la cayería norte del archipiélago cubano.
Cayo Saetía está rodeado por un espeso bosque, donde en la década de 1970 los funcionarios del Partido Comunista de Cuba (PCC) solían cazar cerdos y ciervos. Sin embargo, desde los años 80 el cayo se ha convertido en el hogar de una población de animales mucho más exótica, muchos de ellos enviados precisamente desde países africanos como Etiopía, Namibia, Angola y Mozambique, y también desde naciones como India y China, en gratitud por el apoyo de Cuba durante tiempos difíciles.
El lugar ostenta maravillosas vistas: aguas cerúleas y majestuosos valles repletos de exuberante vegetación y suficientes palmeras y árboles de mango como para sentirse tropical. Iguanas de todos los tamaños -algunas tan grandes como un triciclo- corren por el terreno, de vez en cuando en compañía de pavos reales y jutías (pequeños roedores que los cubanos comen a menudo).
Las águilas se deslizan por el cielo, los caballos salvajes pastan pacíficamente en las llanuras y pequeñas serpientes inofensivas se deslizan entre los árboles salpicados de gigantes colmenas negras de termitas.
Desde la comodidad de jeep soviético de los años 80 con el techo abierto, sin ventanillas y con un motor rugiente, se puede atravesar carreteras de barro, bosques densos y colinas para observar una gran variedad de animales que normalmente no esperas encontrar en Cuba.
Al adentrarnos más en el cayo, encontramos un valle donde media docena de búfalos de China se refrescaban en un lago fangoso. Nos dijeron que pronto se les unirían rinocerontes e hipopótamos que serán traídos desde su hogar temporal en el zoológico de La Habana.
Momentos después, un ciervo de cola blanca se alejó rápidamente del jeep, mientras que un antílope se mostró menos interesado en nuestra visita y continuó tranquilamente su paso.
Para el salario promedio de los cubanos, lugares y experiencias como esta quedan fuera del alcance.
Villa Cayo Saetía es operado por el Grupo Gaviota, un conglomerado de turismo controlado por el ejército cubano. La seguridad no es escasa a la entrada de la Villa. Incluso los conductores que traen a los huéspedes del hotel deben dejar sus tarjetas de identidad con oficiales militares, y es difícil obtener información oficial sobre su historia.
Hasta cierto punto, esto es en lo que se ha convertido el cayo, aunque es sorprendente cómo permanece tan fuera del radar de la mayoría de los cubanos y visitantes de Cuba. Es probable que esto tenga que ver con el alojamiento limitado y las malas carreteras que conectan el lugar con el resto de la isla, lo que finalmente le da un aire de lejanía y aislamiento.
A unos 15 minutos en auto se encuentra otra playa más grande, poblada de turistas que hacen excursiones al ritmo del reguetón montados en un catamarán, en la cercana zona turística de Guardalavaca.
Por lo general salen del agua luego del mediodía, una vez que se sirve el almuerzo en el restaurante frente a la playa.
Entonces el área queda tranquila y misteriosa otra vez.
Agencies/BBC Mundo/ Roseanne Lake/ Wiki/ Excerpts/ Extractos/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.