There is an old axiom that “where there are pitchers is not hitters,” and in recent times has been a proliferation of sluggers in Cuban National Series, making it clear that what is missing is, without doubt, quality pitching . This is even more evident when we note that our hitters are practically unproductive in international events of any level, where launchers are “closer to the truth” than those normally faced here.
No matter which team Cuba in question: the A team or “large”, the B or “second” team, H, Z and the Alpha, the sets are victims of Cuban pitching opponent, either a pitching trade, slower pitchers and mixers, or young pitchers, supersonic and impetuous.
In 26 innings against two sets in Haarlem baseball week the Cuban team has managed to make just six runs with two homers, which undoubtedly shows that serious problems with the offense. They have won only one game, with two losses, ranking in fourth place at the moment.
Now we also have the problem of pitchers: required not to allow career because teammates suffer from collective ineptitude at producing.
Normally those who truly stand up for Cuba in international events, the Cuban pitching has faltered in recent days, and many pitchers have been the victim of a lack of control a bit unusual in the national assemblies of the island
However much we try to find a solution to the matter, the first thing we ask is if you really expected a different result after the last National would be the number of teams has risen from 16 to 17. As much as we try not to see relationship between the two phenomena, we can not skip it under any circumstances, much less can we expect the height of the box has no effect on the low performance of Cuban pitchers, although in other places technicians say no.
Undoubtedly, massive brings mediocrity. The number of casts of the series itself has had its influence on the performance of Cuban baseball players off the island: the quality of pitching in general decreases, and so the batting, so that the number of outstanding figures was more inflamed than usual.
It imposes no doubt improve the work on the basis of Cuban baseball in the higher classes. We see a Veteran Cuban players who spend a hundred runs and deficiencies that have not seen in the American players, despite his young age. In addition, Cuba has the highest per capita amount of equipment for people, and that is the country’s top tournament, while other nations with more people have less teams (South Korea and Japan, for example) in addition to with the possibility of having the services of foreign players, while Cuba has to make do sometimes see some of his players leave the country in search of million-dollar deals (or not so millions) of others.
The integration team has always been one of the most contentious issues, it would not be whether it was totally fair-sometimes showing preference for certain players for friendship, sympathy, or history. This form of decision seriously undermines the trust and confidence of the younger generation in the system integration, providing irrefutable evidence of lack of seriousness, ethics and leadership, and educating young people with the idea that doing everything right, the correctly and have good behavior are the keys to success, if there is no certain influences or does not grow sympathies.
The absence of a second natural base, a position he now holds in the team a player who went from 20 errors and did not play a single entry in that position, is one of the elements, but you can not lay all the blame . NO BATS Cuba team, period. Does anyone think that forming a team based on performance with some players in a championship more than 90 games to average over .300 collectively will bring good results? Were you expecting someone something different after the championship down in quality?
Look culprits Higinio Velez, Victor Mesa, Jorge Fuentes … all are condemned due to immobility, but the structure of the national championship, how to constitute the Cuba team, the players stay completely immobile inside the selection and alignment, lack of confidence in certain athletes, the use of criteria totally unrelated to sports to make up the whole … and many, many more.
Maybe shorten the national championship tournament and develop a more demanding at the end of this is one of the most logical variants, but certainly something must be done. Too bad it has not been done before, because with the World Baseball Classic on the horizon visible, any measures implemented will not be enough, or simply will not yield fruit in the required time.
Sources:DesdeMiPalco/RogerioManzano/ReynaldoCruz/UniversoBeisbol/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
MonstersthatNoLongerScare/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor
LOS “MONSTRUOS” QUE YA NO ASUSTAN
Hay un viejo axioma que dice que “donde hay pitchers no hay bateadores”, y en los últimos tiempos ha habido una proliferación de toleteros en la Serie Nacional cubana, dejando bien claro que lo que está faltando es, sin duda alguna, pitcheo de calidad. Esto se evidencia aún más cuando podemos constatar que nuestros bateadores son prácticamente improductivos en eventos internacionales de cualquier nivel, donde se encuentran con lanzadores “más cercanos a la verdad” que los que normalmente enfrentan acá.
No importa de qué equipo Cuba se trate: el A o equipo “grande”, el B o “segundo” equipo, el H, el Z o el Alfa; los conjuntos cubanos son víctimas del pitcheo oponente, ya sea un pitcheo de oficio, lanzadores lentos y mezcladores, o serpentineros jóvenes, supersónicos e impetuosos.
En 26 entradas ante dos conjuntos en la Semana Beisbolera de Haarlem el equipo cubano ha logrado fabricar apenas seis anotaciones, con dos vuelacercas, lo cual sin dudas demuestra que tiene problemas serios con la ofensiva. Han ganado solamente un partido, con dos derrotas, ubicándose en el cuarto puesto, por el momento.
Ahora tenemos también el problema de los lanzadores: obligados a no permitir carreras porque sus compañeros de equipo sufren de ineptitud colectiva a la hora de producir.
Normalmente los que de verdad sacan la cara por Cuba en eventos internacionales, el pitcheo cubano ha flaqueado en las últimas fechas, y muchos lanzadores han sido víctima de un descontrol un poco inusual en los conjuntos nacionales de la Isla.
Por mucho que intentemos hallarle una solución al asunto, lo primero que debemos preguntarnos es si de verdad se esperaba un resultado diferente luego de que en la pasada Seria Nacional la cantidad de equipos haya ascendido de 16 a 17. Por mucho que tratemos de no ver relación entre los dos fenómenos, no podemos bajo ningún concepto obviarla; y mucho menos podemos pretender que la altura del box no tiene algún efecto en la baja en el rendimiento de los serpentineros cubanos, en otros lares aunque los técnicos digan que no.
Indudablemente, la masividad acarrea mediocridad. La cantidad de elencos de la Serie sí ha tenido su influencia en el rendimiento de los peloteros cubanos fuera de la isla: la calidad del pitcheo en sentido general desciende, y así también la del bateo, por lo que el número de figuras descollantes estuvo más inflamado que de costumbre.
Se impone sin dudas perfeccionar el trabajo en la base de la pelota cubana, en las categorías superiores. Vemos a peloteros cubanos veteranos que pasan de un centenar de cuadrangulares y que tienen deficiencias que no se ven en los peloteros norteamericanos, a pesar de su corta edad. Pero además, Cuba tiene el per cápita más alto de equipos por cantidad de habitantes, y ese es el torneo superior del país, mientras que otras naciones con mayor cantidad de habitantes tienen menos equipos (Corea del Sur y Japón, por ejemplo) además de que tienen la posibilidad de contar con los servicios de peloteros foráneos, mientras que Cuba tiene que conformarse a veces con ver como algunos de sus peloteros abandonan el país en busca de las ofertas millonarias (o no tan millonarias) de otros.
La integración del equipo siempre ha sido uno de los temas más polémicos —que no lo sería tanto si se fuera totalmente justos—, mostrando en ocasiones preferencia hacia ciertos jugadores por amistad, simpatías, o historia. Esta forma de decidir afecta seriamente la fe y la confianza de las nuevas generaciones en el sistema de integración, dando una muestra fehaciente de falta de seriedad, ética y liderazgo, y educando a los jóvenes con la idea de que hacerlo todo bien, de la manera correcta y tener un buen comportamiento no serán las claves de lograr el éxito, si no se cuenta con ciertas influencias o no se logra sembrar simpatías.
La ausencia de un segunda base natural, posición que en estos momentos ocupa en el equipo un jugador que pasó de 20 errores y que no jugó una sola entrada en esa posición, es uno de los elementos, pero no se le puede echar toda la culpa. El equipo Cuba NO BATEA y punto. ¿Piensa alguien que conformar un equipo basándose en el rendimiento que tengan algunos jugadores en un campeonato de más de 90 juegos que promedie colectivamente para más de .300 va a traer buenos resultados? ¿Esperaba alguien algo diferente luego de que el campeonato bajara de calidad?
Busquen culpables: Higinio Vélez, Víctor Mesa, Jorge Fuentes… todos son condenables debido a la inmovilidad; pero la estructura del campeonato nacional, la forma de constituir el equipo Cuba, la permanencia de jugadores totalmente inamovibles dentro de la selección y la alineación, la falta de confianza en ciertos atletas, el uso de criterios totalmente ajenos a los deportivo para conformar el conjunto… y muchas, muchas más.
Tal vez acortar el campeonato nacional y desarrollar un torneo más exigente al término de éste sea una de las variantes más lógicas, pero sin dudas algo debe hacerse. Lástima que no se haya hecho antes, pues con el Clásico Mundial de Béisbol ya en el horizonte visible, cualquier medida que se aplique no será suficiente, o simplemente no rendirá los frutos en el tiempo requerido.
Sources:DesdeMiPalco/RogerioManzano/ReynaldoCruz/UniversoBeisbol/InternetPhotos/TheCubanHistory.com
MonstersthatNoLongerScare/The Cuban History/ Arnoldo Varona, Editor