Bartolomé Maximiliano Moré, conocido como Benny Moré, apodado El ‘Bárbaro del Ritmo’ y ‘El Sonero Mayor de Cuba’ nació en Santa Isabel de las Lajas, en la central provincia cubana de Cienfuegos, el 24 de agosto de 1919. Pero ya cumple 56 años de cuando nos dejo en 1963.

Dotado de una fluida voz de tenor, que coloreaba y fraseaba con gran expresividad, poseía un innato sentido musical. Maestro en todos los géneros de la música cubana, destacó particularmente en el Son Montuno, el Mambo, y el Bolero.

Le bastaron menos de 30 años de actividad artística para transitar los géneros musicales cubanos, y le sobró versatilidad para interpretar aires de otras latitudes latinoamericanas.

Músico de forma autodidacta, Benny, era capaz de dictar a sus arreglistas lo que concebía gracias a su sentido de la armonía, la rítmica y los timbres.

BENNY EN LA HABANA.

Después de cuatro duros años en La Habana, donde fue limpiabotas, mensajero, vendedor en plazas de mercado y boxeador novato, logró afincarse. Dejó escuchar su afinada voz lacónica o alegre en bares, restaurantes, malecones y balcones de serenata. Pero estaba en La Habana. Yo tenía una fe tremenda en mi voz y mis canciones”, relataba.

Pisó firme cuando fue invitado al Septeto Cauto, que dirigía el tresero Manuel “Mozo” Borgellá, que a su vez lo presentó, con el apoyo de Siro Rodríguez -del Conjunto Matamoros, con Cueto y Miguel-, a Miguel Matamoros, que necesitaba una primera voz que le aligerara la tarea.
Con el Conjunto Matamoros marchó a México en 1945 y en seis años de permanencia, después de superar líos de visa, le surgieron ofertas en cabarés, teatros y en la RCA Victor.

Allí conoció y grabó con Rafael de Paz, Chucho Rodríguez y Memo Salamanca, pero también con cubanos afincados en ese país que tenían excelentes grupos, como Arturo Núñez, Mariano Mercerón y en especial con Dámaso Pérez Prado.

DE REGRESO A CUBA.

Desde su regreso en 1951 a Cuba, se dedicó a preparar sus propias agrupaciones y para ello se consolidó en las escuelas de consagrados maestros, tales como Ernesto Duarte y Bebo Valdés.

Formó su orquesta, su Tribu, fundada en abril de 1953, con diestros músicos y los cantantes Miguelito Cuní, Fernando Álvarez, Rolando Laserie y Pacho Alonso. Tuvo media docena de arreglistas, pero la orquesta sonó con unidad de estilo y el sello personal que le imprimió.

En 1955 viajó a Panamá, de allí hizo un periplo por Colombia, Perú, Venezuela, Haití y Colombia. En 1956 y 1957 viajó a Puerto Rico y alternó en Nueva York con las orquestas de Machito y Tito Puente. Y con la orquesta mexicana de Luis Arcaraz estuvo en la entrega de los premios Óscar, en Los Ángeles, con gran éxito.

Su privilegiada voz y finísimo estilo paseó la música de nuestro país y reverenció la cultura cubana. Baste escuchar “Hoy como ayer, Bonito y sabroso, Santa Isabel de las Lajas, Qué bueno baila usted, Cienfuegos, Conocí la paz, Dolor y perdón o Mi amor fugaz” entre otras canciones.

A raíz del descubrimiento de la cirrosis hepática que lo mató, en febrero de 1963, no volvió a viajar sino dentro de Cuba. Falleció en La Habana, tres días después de su última presentación en el pueblo de Palmira, muy próximo a Cienfuegos.

Con su desaparición física el 19 de febrero de 1963 Cuba perdió el cantante más completo, fascinante y carismático del siglo XX.

Sus restos reposan en el cementerio de Santa Isabel de Las Lajas, donde es recordado cada año por sus coterráneos y el corazón de pueblo que amó.

THE “BARBARO DEL RITMO”. EL BENNY. REMEMBERING ANNIVERSARY WHEN HE LEFT US.

Bartolomé Maximiliano Moré, known as Benny Moré, nicknamed El ‘Bárbaro del Ritmo’ and ‘El Sonero Mayor de Cuba’ was born in Santa Isabel de las Lajas, in the central Cuban province of Cienfuegos, on August 24, 1919. But he has already 56 years of when he left us in 1963.

Endowed with a fluid tenor voice, which colored and phrased with great expressiveness, he had an innate musical sense. Master in all genres of Cuban music, he particularly stood out in Son Montuno, Mambo, and Bolero.

He spent less than 30 years of artistic activity to travel the Cuban musical genres, and he had plenty of versatility to interpret airs from other Latin American latitudes.

A self-taught musician, Benny was able to dictate to his arrangers what he conceived thanks to his sense of harmony, rhythm and timbres.

BENNY IN HAVANA.

After four hard years in Havana, where he was a bootblack, messenger, salesman in marketplaces and a novice boxer, he managed to settle down. He let his thin, laconic or happy voice be heard in bars, restaurants, embankments and serenaded balconies. But I was in Havana. I had a tremendous faith in my voice and my songs, “he said.

He stepped firmly when he was invited to the Septeto Cauto, led by the tresero Manuel “Mozo” Borgellá, who in turn presented him, with the support of Siro Rodríguez -of the Matamoros Group, with Cueto and Miguel-, to Miguel Matamoros, who needed a first voice that will lighten the task.
With the Conjunto Matamoros he marched to Mexico in 1945 and in six years of permanence, after overcoming visa problems, he found offers in cabarets, theaters and the RCA Victor.

There he met and recorded with Rafael de Paz, Chucho Rodríguez and Memo Salamanca, but also with Cubans living in that country who had excellent groups, such as Arturo Núñez, Mariano Mercerón and especially with Dámaso Pérez Prado.

RETURN TO CUBA.

https://youtu.be/0FRNUA0uFRQ

Since his return in 1951 to Cuba, he dedicated himself to preparing his own groups and for this he consolidated in the schools of consecrated teachers, such as Ernesto Duarte and Bebo Valdés.

He formed his orchestra, his Tribe, founded in April 1953, with skilled musicians and singers Miguelito Cuní, Fernando Álvarez, Rolando Laserie and Pacho Alonso. He had half a dozen arrangers, but the orchestra rang with unity of style and the personal stamp he printed on it.

In 1955 he traveled to Panama, from there he toured Colombia, Peru, Venezuela, Haiti and Colombia. In 1956 and 1957 he traveled to Puerto Rico and alternated in New York with the Machito and Tito Puente orchestras. And with the Mexican orchestra of Luis Arcaraz was in the delivery of the Oscar prizes, in Los Angeles, with great success.

His privileged voice and fine style took the music of our country and reverenced Cuban culture. Just listen “Today as yesterday, Beautiful and tasty, Santa Isabel de las Lajas, How good you dance, Cienfuegos, I knew peace, Pain and forgiveness or My fleeting love” among other songs.

As a result of the discovery of the liver cirrhosis that killed him, in February 1963, he did not travel again but within Cuba. He died in Havana, three days after his last presentation in the town of Palmira, very close to Cienfuegos.

With his physical disappearance on February 19, 1963, Cuba lost the most complete, fascinating and charismatic singer of the 20th century.

His remains rest in the cemetery of Santa Isabel de Las Lajas, where he is remembered each year by his countrymen and the heart of the people he loved.