“En mi casa siempre había una, dos y hasta tres guitarras, sin contar las de mamá y papá”, así recordó siempre el trovador Antonio Gumersindo Garay, la génesis musical en su vida.

Sindo Garay para su pueblo, nació el 12 de abril de 1867 en Santiago de Cuba y cantó 89 años para su patria, dejó un importante legado musical que aportó al patrimonio nacional.

En su infancia, paralela a las guerras independentistas en Cuba, sirvió de mensajero a los mambises en más de una ocasión. Siendo adulto, cruzó a nado repetidas veces la bahía de Santiago de Cuba para llevar informaciones a las huestes libertadoras encabezadas por Aniceto Serrano y Agustín Cebreco.

De niño su madre lo dormía cantándole La Bayamesa, de Céspedes, Castillo y Fornaris. Años después, en 1918, Sindo legaría a la historia musical cubana su propia Mujer Bayamesa.

Formó con Villalón, Ruiz y Corona, el grupo de los grandes de la trova. Formó con Villalón, Ruiz y Corona, el grupo de los grandes de la trova.

Cuentan que con solo 13 años ya cantaba composiciones propias que alabó el compositor santiaguero Pepe Sánchez, un asiduo visitante a las reuniones familiares.

La primera guitarra, a los 16 años, fue el regalo de un hermano; mientras tomaba prestada la de los músicos asistentes a las descargas organizadas en su casa.

A esa edad comenzó a auto alfabetizarse al no poder contestar una carta de amor de una muchacha. Las canciones ya había aparecido con solo 12 años, una cuarteta musicalizada para recordar a una mujer.

Desconocedor de las más elementales técnicas de la música supo ingeniárselas para componer títulos antológicos que validó el sitio cimero que ocupa entre los grandes de la Trova

Sus canciones son consideradas casi perfectas y el bolero oriental tuvo en Sindo su mejor exponente. Más de 600 obras quedaron registradas con su nombre entre las que destacan “Perla Marina” ,“La tarde”, “Labios de grana”, “La baracoense”, “Adiós a La Habana”, “Guarina”, “Rayos de oro”, “Tardes grises”.

“La Bayamesa”, su canción más conocida fue concebida luego de una noche de serenata, al despertar en casa de un amigo, asaltado por la inspiración y allí mismo, en un simple papel cartucho anotó los versos de su inmortal obra.

Además compuso criollas, guarachas, sones y montunos, y se le reconocen influencias de la ópera en su música a finales del siglo XIX, traída a Cuba por la emigración francesa, o por las compañías que pasaron por el actual Teatro Oriente, en Santiago de Cuba, cuando era un adolescente.

En 1928 viajó a París, junto a Rita Montaner y otros músicos cubanos, allí permaneció tres meses haciendo programas de habaneras y grabó infinidad de discos.

El célebre poeta español Federico García Lorca lo consideró “El Gran Faraón de Cuba” al conocer “La Bayamesa”, “La Alondra” y “Granos de Oro”. Se cuenta que el maestro Ernesto Lecuona, después de escuchar sus canciones, exclamó: “¿Cómo puedes escribir estas cosas, Sindo, sin haber estudiado música?”

El amor y el respeto de Sindo por sus raíces autóctonas lo llevó a nombrar a los hijos que tuvo con Petronila Reyes Zamora, a quien se unió en 1899 en Santiago de los Caballeros, República Dominicana, de esta curiosa manera: Eladio Guarionéx (1901); María Guarina (1902); Julio Hatuey (1906); Laura Anacaona (1908) y Gumersindo Caonao (1910).

En su larga vida, 101 años, a pesar de su existencia bohemia fue testigo de importantes acontecimientos de la historia cubana, de algunos de ellos fue participe, pero la inmortalidad la alcanzo con su eterna compañera: la guitarra..

Sindo Garay falleció en La Habana el 17 de julio de 1968

Personalidad irrepetible de la cultura cubana, al morir vio cumplido su deseo de ser sepultado en Bayamo, mientras un grupo de trovadores entonaba “La bayamesa”.

UNREPEATABLE PERSONALITY OF THE CUBAN CULTURE: SINDO GARAY.

“In my house there were always one, two and even three guitars, without counting the ones of mom and dad”, always remembered the troubadour Antonio Gumersindo Garay, the musical genesis in his life.

Sindo Garay for his people was born on April 12, 1867, in Santiago de Cuba and sang 89 years for his homeland, left an important musical legacy that contributed to the national heritage.

In his childhood, parallel to the independence wars in Cuba, he served as a messenger to the mambises on more than one occasion. Being an adult, he repeatedly swam the bay of Santiago de Cuba to bring information to the liberating hosts led by Aniceto Serrano and Agustín Cebreco.

As a child, his mother slept him singing La Bayamesa, by Céspedes, Castillo, and Fornaris. Years later, in 1918, Sindo would bequeath to Cuban musical history his own Mujer Bayamesa.

He formed with Villalón, Ruiz and Corona, the group of the greats of the trova. He formed with Villalón, Ruiz and Corona, the group of the greats of the trova.

They say that when he was only 13 years old he already sang his own compositions that praised the Santiago composer Pepe Sánchez, a regular visitor to family gatherings.

The first guitar, at 16, was the gift of a brother; while he borrowed one of the musicians attending the downloads organized in his house.

At that age he began to self-alphabetize by not being able to answer a love letter from a girl. The songs had already appeared with only 12 years, a musicalized quatrain to remember a woman.

Unaware of the most elementary techniques of music he knew how to contrive them to compose anthological titles that validated the top site he occupies among the greats of the Trova

Their songs are considered almost perfect and the oriental bolero had in Sindo its best exponent. More than 600 works were registered with his name among which “Perla Marina”, “La Tarde”, “Lips of grana”, “La baracoense”, “Adiós a La Habana”, “Guarina”, “Rayos de oro” , “Gray afternoons”.

“La Bayamesa”, his best-known song was conceived after a night of serenade, when he woke up in a friend’s house, assaulted by inspiration and right there, in a simple cartridge paper he wrote down the verses of his immortal work.

He also composed criollas, guarachas, sones and montunos, and he is recognized as influenced by opera in his music at the end of the 19th century, brought to Cuba by French emigration, or by companies that passed through the current Teatro Oriente, in Santiago de Chile. Cuba, when I was a teenager.

In 1928 he traveled to Paris, along with Rita Montaner and other Cuban musicians, where he spent three months doing Havana shows and recorded a lot of records.
 
The famous Spanish poet Federico García Lorca considered him “El Gran Pharaoh of Cuba” when he met “La Bayamesa”, “La Alondra” and “Grains of Gold”. It is said that the teacher Ernesto Lecuona, after listening to his songs, exclaimed: “How can you write these things, Sindo, without having studied music?”

Sindo’s love and respect for his autochthonous roots led him to name the children he had with Petronila Reyes Zamora, whom he joined in 1899 in Santiago de los Caballeros, Dominican Republic, in this curious way: Eladio Guarionéx (1901); María Guarina (1902); Julio Hatuey (1906); Laura Anacaona (1908) and Gumersindo Caonao (1910).

In his long life, 101 years, despite his bohemian existence, he witnessed important events in Cuban history, some of them participated, but immortality reached her with her eternal companion: the guitar ..

Sindo Garay died in Havana on July 17, 1968

Unrepeatable personality of the Cuban culture, when dying his desire to be buried in Bayamo was fulfilled, while a group of troubadours sang “La Bayamesa”.

Agencies/ RHC/ Guadalupe Yaujar/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ YouTube/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.