Cuba in the U.S. Political Scene< OPINION: Cuba, Rusia, United States, and Venezuela, Scenario of Mixed Interests.

imagesOPINION: CUBA, RUSIA, UNITED STATES Y VENEZUELA, UN ESCENARIO DE INTERESES MEZCLADOS.

La historia más reciente de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba podría narrarse con las técnicas alucinatorias de escritores como Philip K. Dick o Mo Yan. Donald Trump, que llegó a la presidencia con la ayuda de Vladimir Putin, está llevando la política hacia la isla a su nivel más bajo en décadas. No sólo redujo la embajada en La Habana a mínimos trámites consulares, sino que ha rebajado los nexos comerciales y financieros con ese país a peores condiciones que en tiempos de George W. Bush.

Ahora la administración Trump va contra la logística de cualquier intercambio, económico o cultural, que es el transporte aéreo a la isla. Luego de reducir remesas y créditos, y de restringir el ingreso a Estados Unidos de viajeros o migrantes, la Casa Blanca decreta la prohibición de vuelos comerciales a varias ciudades de Cuba. Una medida que ni siquiera se aplicó contra la Unión Soviética y los regímenes del socialismo real, en los tiempos más bien calientes de la Guerra Fría, se pone en práctica ahora con ese país del Caribe.

“Lo curioso es que esa intransigencia se aplica a Cuba a la vez que Washington favorece cierta flexibilización con Venezuela, que supuestamente es el objetivo prioritario de su política en la región. Hace unos días, mientras se anunciaban las nuevas medidas contra la isla, Estados Unidos extendía, una vez más, la licencia de Chevron para operar en Venezuela”

¿Qué busca, realmente, ese escalamiento del conflicto con La Habana, en este momento? Las hipótesis son muchas y contradictorias. En primer lugar, está la vieja costumbre de utilizar el tema cubano con fines electorales dentro de Estados Unidos, especialmente dentro de la Florida, el estado que Trump considera su verdadera casa. Con el proceso electoral del próximo año en puerta y la impugnación en curso del titular del poder ejecutivo, la nueva ofensiva contra Cuba gana simpatías en sectores del exilio tradicional, que cuentan con apoyo también dentro de la creciente inmigración venezolana en Estados Unidos.

Lo original de esta regresión de la política de Washington hacia Cuba es su inusitada radicalidad y, también, su justificación a costa del apoyo del gobierno cubano a la Venezuela madurista. En los anuncios oficiales de cada medida de reforzamiento del embargo, se reitera el argumento de que el objetivo es castigar a Raúl Castro y a Miguel Díaz Canel por su respaldo a Venezuela. Quiere esto decir que la vieja política del embargo adquiere ahora una dimensión triangular, que ni siquiera tuvo en la época soviética. En los años 70 y 80 nunca supimos de sanciones a la Unión Soviética por apoyar a Cuba o viceversa.

La otra hipótesis tiene que ver con el control de daños internos, de cara a los sectores más conservadores de Estados Unidos, en medio del impeachment a Trump. La cancelación de vuelos podría trasmitir la imagen de un gobierno intransigente en política exterior cuando el presidente es acusado, justamente, de utilizar las relaciones internacionales para fines domésticos, en el caso de Ucrania, y, a la vez, de haberse beneficiado de la intervención a su favor de Vladimir Putin en las elecciones de 2016.

“Lo original de esta regresión de la política de Washington hacia Cuba es su inusitada radicalidad y, también, su justificación a costa del apoyo del gobierno cubano a la Venezuela madurista. En los anuncios oficiales de cada medida de reforzamiento del embargo, se reitera el argumento de que el objetivo es castigar a Raúl Castro y a Miguel Díaz Canel por su respaldo a Venezuela”

Lo curioso es que esa intransigencia se aplica a Cuba a la vez que Washington favorece cierta flexibilización con Venezuela, que supuestamente es el objetivo prioritario de su política en la región. Hace unos días, mientras se anunciaban las nuevas medidas contra la isla, Estados Unidos extendía, una vez más, la licencia de Chevron para operar en Venezuela. Al final, la esencia corporativa de la política exterior de la Casa Blanca se impone. Si hubiera algún interés poderoso en Cuba, como durante mucho tiempo fue el azúcar, el embargo no tendría sentido.

Por último, está el elemento más alucinante del conflicto que tiene que ver con el reforzamiento de las relaciones entre Cuba y Rusia. Al suspender vuelos y multiplicar sanciones contra la isla, Trump no sólo consolida los vínculos entre La Habana y Caracas, que supuestamente quiere combatir, sino que facilita la legitimación del nuevo acercamiento de Rusia a Cuba. Reiteremos: Putin ayudó a Trump a llegar a la presidencia. Ahora parece que Trump devuelve el favor a Putin, ayudando a Raúl a recuperar los vínculos con aquella potencia que lo abandonó tras la caída del Muro de Berlín.

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yy1OPINION: CUBA, RUSSIA, U.S., AND VENEZUELA, SCENARIO OF MIXED INTERESTS.  

The most recent history of relations between the United States and Cuba could be told with the hallucinatory techniques of writers such as Philip K. Dick or Mo Yan. Donald Trump, who came to the presidency with the help of Vladimir Putin, is taking politics to the island to its lowest level in decades. Not only has it reduced the embassy in Havana to minimal consular procedures, but it has reduced trade and financial ties with that country to worse conditions than in the time of George W. Bush.

Now the Trump administration is against the logistics of any exchange, economic or cultural, which is air transport to the island. After reducing remittances and credits, and restricting the entry to the United States of travelers or migrants, the White House decrees the ban on commercial flights to several cities in Cuba. A measure that was not even applied against the Soviet Union and the regimes of real socialism, in the rather hot times of the Cold War, is now implemented with that Caribbean country.

“The funny thing is that this intransigence applies to Cuba while Washington favors some flexibility with Venezuela, which is supposedly the priority objective of its policy in the region. A few days ago, while announcing the new measures against the island, the United States extended, once again, Chevron’s license to
operate in Venezuela ”

What is really looking for this escalation of the conflict with Havana, right now? The hypotheses are many and contradictory. First, there is the old custom of using the Cuban theme for electoral purposes within the United States, especially within Florida, the state that Trump considers his true home. With the electoral process next year at the door and the ongoing challenge of the head of the executive branch, the new offensive against Cuba gains sympathies in sectors of traditional exile, which also have support within the growing Venezuelan immigration in the United States.

The original of this regression of Washington’s policy towards Cuba is its unusual radicality and, also, its justification at the expense of the Cuban government’s support for mature Venezuela. In the official announcements of each measure to reinforce the embargo, the argument is reiterated that the objective is to punish Raúl Castro and Miguel Díaz Canel for their support of Venezuela. This means that the old policy of the embargo now acquires a triangular dimension, which it did not even have in Soviet times. In the 70s and 80s, we never heard of sanctions against the Soviet Union for supporting Cuba or vice versa.

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The other hypothesis has to do with internal damage control, facing the most conservative sectors of the United States, amid Trump’s impeachment. The cancellation of flights could convey the image of an uncompromising government in foreign policy when the president is accused, precisely, of using international relations for domestic purposes, in the case of Ukraine, and, at the same time, of having benefited from the intervention in his favor of Vladimir Putin in the 2016 elections.

“The original of this regression of Washington’s policy towards Cuba is its unusual radicality and, also, its justification at the expense of the Cuban government’s support for mature Venezuela. In the official announcements of each measure to reinforce the embargo, the argument is reiterated that the objective is to punish Raúl Castro and Miguel Díaz Canel for their support of Venezuela ”

The funny thing is that this intransigence applies to Cuba while Washington favors some flexibility with Venezuela, which is supposedly the priority objective of its policy in the region. A few days ago, while announcing the new measures against the island, the United States extended, once again, Chevron’s license to operate in Venezuela. In the end, the corporate essence of the White House’s foreign policy prevails. If there were any powerful interests in Cuba, such as sugar for a long time, the embargo would be meaningless.

Finally, there is the most amazing element of the conflict that has to do with the strengthening of relations between Cuba and Russia. By suspending flights and multiplying sanctions against the island, Trump not only consolidates ties between Havana and Caracas, which he supposedly wants to fight but also facilitates the legitimization of Russia’s new approach to Cuba. We will repeat: Putin helped Trump to reach the presidency. Now it seems that Trump returns the favor to Putin, helping Raul recover ties with that power that abandoned him after the fall of the Berlin Wall.

Agencies/ La Razon/ Rafael Rojas/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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