EL CRISTO DE LA HABANA, UN COLOSAL MONUMENTO NACIONAL. VIDEOS.
Una Majestuosa y colosal estatua que se encuentra a la entrada del puerto de La Habana, a la izquierda, entre la vetusta fortaleza de San Carlos de la Cabaña y el pueblo de Casablanca. Los valores del monumento, icono de La Habana, lo convierten en patrimonio de obligada conservación y cuidado.
Fue declarado Monumento Nacional el 6 de noviembre de 2017.
Una curiosa promesa promovió la creación y emplazamiento del Cristo en una colina en La Cabaña: luego del asalto al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 para ajusticiar al dictador Fulgencio Batista, la primera dama, en un acto de desesperación, prometió erigir una imagen de Cristo que pudiera ser divisada desde cualquier rincón de la ciudad si su esposo escapaba con vida.
Entonces fue lanzada la convocatoria al concurso El Cristo de La Habana, y en la capital se creó un Patronato con el propósito de recaudar fondos para sufragar la ejecución del proyecto que resultara ganador. La entonces Primera Dama, Martha Fernández Miranda, encabezó la colecta que finalmente pudo reunir 200 000 pesos.
Jilma Madera, escultora cubana, presentó su boceto al certamen y, sin esperarlo, triunfó. Para esculpirlo no empleó ningún modelo, sino que se inspiró en su ideal de belleza masculina: ojos oblicuos, labios pulpusos, en sintonía con el mestizaje racial en este pedazo del mundo.
Existe la creencia, de que la escultora, más que en su prototipo de hombre, se inspiró en aquel con quien estuvo ligada sentimentalmente y que dejó una huella.
Jilma marchó a Italia, donde permaneció cerca de dos años, para atender cada detalle del proceso de construcción. Pero bastó un año de trabajo intensivo, en el que Jilma dirigió a los obreros «técnica y artísticamente», para que la obra quedara terminada. Después de que recibiera la bendición del Papa Pío XII, comenzó la travesía. El barco que condujo las piezas, debidamente ordenadas y acomodadas, zarpó del puerto de Marina, en Carrara, a mediados de 1958.
Tiene una altura de veinte metros sobre la base de tres metros, tomando en consideración la explanada sobre la colina donde está situada, su altura se eleva a 51 metros sobre el nivel del mar. Fueron utilizadas 600 toneladas de mármol blanco de Carrara. La estatua está formada por 12 estratos horizontales con 67 piezas que se imbrican en el interior. Una vez concluido, su peso se calculó en unas 320 toneladas.
El montaje se inició a principios de septiembre de 1958, y para ello se necesitó la fuerza de trabajo de 17 hombres, auxiliados por una grúa.
La estatua se montó sobre una base de tres metros de profundidad, en cuyo centro se le construyó una armazón de cabillas que van afinando en el torso, donde se le insertó una viga de acero que llega hasta la cabeza. Cada fracción de mármol fue atada con tensores de acero a la estructura central, y luego, a ese espacio vacío, se le echó concreto tras haber sido chequeado el nivel y ajuste de cada estrato horizontal.
Resultó curioso que en momentos de colocar la obra en la loma, no se le instaló un pararrayos, puesto que su tamaño, y la armazón ferrosa del centro, hacían de la figura un punto extremadamente vulnerable.
En 1961, se anunciaba en el noticiero de televisión, que, como consecuencia de las prolongadas tormentas eléctricas de esa tarde, un rayo había impactado y perforado la cabeza del Cristo. El impacto ocurrió en la pieza número 67, exactamente en la parte posterior de la cabeza. Jilma, conjuntamente con los bomberos de la calle Corrales, quienes le facilitaron un carro con escalera alta, subió y reconstruyó el segmento dañado, temiendo que la lluvia penetrara y oxidara la armazón interior de hierro. Aunque trabajó con premura, la reparación tardó unos cinco meses.
Al año siguiente, una segunda descarga estremeció nuevamente la cabeza, y luego, en 1986, sobrevino la tercera. Fue reparado y ubicado un pararrayos.
La figura de Jesús aparece de pie, mirando hacia la ciudad, con una mano en el pecho y la otra en alto, en actitud de bendecir.
Por su altura, el Cristo puede ser visto desde diferentes puntos de la ciudad. Desde allí se puede disfrutar de una de las más hermosas e imponentes vistas La Habana, sobre todo de su parte más vieja, así como el paso de buques de gran porte pero también de las pequeñas lanchas de pasajeros que transportan a los vecinos a ambos lados de la bahía.
Fue inaugurado el 25 de diciembre de 1958, con la presencia del entonces mandatario Fulgencio Batista.
Teniendo en cuenta los excepcionales valores artísticos, y que la pieza devino en un hito del paisaje de la bahía e icono de alto arraigo popular en la identidad capitalina, fue declarado el 6 de noviembre de 2017 Monumento Nacional.
En la base del monumento la autora enterró diversos objetos de la época, como periódicos y monedas.
A la majestuosa escultura le dejó los ojos vacíos, para que diera la impresión de mirar a todos desde cualquier lugar.
Los pies de la figura calzan unas chancletas de meter el dedo pues Jilma usó las que calzaba ella como modelo.
THE CHRIST OF HAVANA, A COLOSSAL NATIONAL MONUMENT. VIDEOS.
A majestic and colossal statue that is located at the entrance to the port of Havana, on the left, between the ancient fortress of San Carlos de la Cabaña and the town of Casablanca. The values of the monument, icon of Havana, make it a heritage of obligatory conservation and care.
It was declared a National Monument on November 6, 2017.
A curious promise promoted the creation and location of Christ on a hill in La Cabaña: after the assault on the Presidential Palace on March 13, 1957, to execute the dictator Fulgencio Batista, the first lady, in an act of desperation, promised to erect an image Christ who could be spotted from any corner of the city if her husband escaped alive.
Then the call to the El Cristo de La Habana contest was launched, and a Board of Trustees was created in the capital with the purpose of raising funds to defray the execution of the winning project. The then First Lady, Martha Fernández Miranda, led the collection that was finally able to raise 200,000 pesos.
Jilma Madera, a Cuban sculptor, presented her sketch to the contest and, without waiting for it, she triumphed. To sculpt it, she did not use any model but was inspired by her ideal of masculine beauty: oblique eyes, pulpy lips, in tune with racial miscegenation in this piece of the world.
There is a belief that the sculptor, rather than her prototype man, was inspired by the one with whom she was romantically linked and who left a mark.
Jilma went to Italy, where she stayed for about two years, to attend to every detail of the construction process. But a year of intensive work, in which Jilma directed the workers “technically and artistically”, was enough for the work to be finished. After she received the blessing from Pope Pius XII, the journey began. The ship that drove the pieces, duly ordered and accommodated, set sail from the port of Marina, in Carrara, in mid-1958.
It has a height of twenty meters on the basis of three meters, taking into account the esplanade on the hill where it is located, its height rises to 51 meters above sea level. 600 tons of white Carrara marble was used. The statue is made up of 12 horizontal strata with 67 pieces that overlap inside. Once completed, its weight was calculated at about 320 tons.
Assembly began in early September 1958, and it required the workforce of 17 men, assisted by a crane.
The statue was mounted on a three-meter-deep base, in the center of which a framework of rods was refined, which are sharpened in the torso, where a steel beam was inserted that reaches to the head. Each fraction of marble was tied with steel turnbuckles to the central structure, and then concrete was added to that empty space after the level and adjustment of each horizontal layer had been checked.
It was curious that at the time of placing the work on the hill, a lightning rod was not installed, since its size, and the ferrous frame in the center made the figure extremely vulnerable.
In 1961, it was announced in the television newscast that, as a consequence of the prolonged electrical storms that afternoon, a lightning strike had struck and pierced the head of the Christ. The impact occurred in piece number 67, exactly on the back of the head. Jilma, together with the firefighters from Corrales Street, who provided him with a car with a high ladder, went up and rebuilt the damaged segment, fearing that the rain would penetrate and rust the interior iron frame. Although it worked quickly, the repair took about five months.
The following year, a second shock shook the head again, and then, in 1986, the third came. A lightning rod was repaired and located.
The figure of Jesus appears standing, looking towards the city, with one hand on his chest and the other on high, in an attitude of blessing.
Due to its height, the Christ can be seen from different points of the city. From there you can enjoy one of the most beautiful and imposing views of Havana, especially its oldest part, as well as the passage of large ships but also the small passenger boats that transport neighbors on both sides. of the Bay.
It was inaugurated on December 25, 1958, with the presence of the then President Fulgencio Batista.
Taking into account the exceptional artistic values, and that the piece became a landmark in the landscape of the bay and an icon of high popular roots in the capital’s identity, it was declared a National Monument on November 6, 2017.
At the base of the monument, the author buried various objects from the period, such as newspapers and coins.
She left the majestic sculpture empty eyes, to give the impression of looking at everyone.
Agencies/ Wiki/ EcuRed/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.thecubanhistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.