MARTA FERNANDEZ MIRANDA DE BATISTA AND THE “CHRIST OF HAVANA” STORY.
Marta Fernández Miranda de Batista was First Lady of Cuba from 1952 to 1959. She was the second wife of Cuban President Fulgencio Batista Zaldivar.
The couple met when Marta was 22 years old at the time and was riding a bicycle through Marianao, a Havana neighborhood when a car accident forced her to leave the road when it hit her, the car was that of the President of the Republic, Fulgencio Batista, then twice Marta’s age. The car stopped and its occupants helped her, took her to the hospital and her owner took care of the medical expenses and treatment and was interested daily in her evolution. Batista then married with three children, fell in love with the woman that fate had put in his path, and years later he married her on November 28, 1945.
STORY OF MARTA, WIFE OF FULGENCIO BATISTA.
Batista was of very humble social extraction, a rude and primitive man who had a natural intelligence that he knew how to take advantage of, and through the effort, he was acquiring culture, he had in Marta a person who greatly influenced his development as a person. Marta was a patron of Cuban arts, built the National Gallery, now the National Museum of Fine Arts, and created the National Organization of Children’s Dispensaries (ONDI) and the Organization for the Rehabilitation of Invalids (ORDI), which built hospitals for children and invalids in Havana and Bayamo and promoted the creation of soup kitchens. At the same time, he collaborated in the success of several of the hundred companies that Batista owned.
She became the owner of the Banco de Fomento Comercial at 50% with Batista’s frontman, Pérez Benitoa, who owned 80% of the Banco Hispano Cubano and the majority of the shares of Agrícola Defensa, a sugar company in Las Villas that employed three thousand people. He had ten caballerias of his own land and was milling eighteen million arrobas of cane a year.
However, Marta was not only the wife but also an accomplice and advisor to Batista, to whom she told that the coup d’état of March 10, 1952, had been a mistake.
Marta was very religious and from the attack on the Presidential Palace on March 13, 1957, by the members of the Revolutionary Directorate, simultaneous to that of the Radio Reloj station when they announced the death of the dictator Batista and called for the insurrection, she made a promise to thank God to have saved her husband’s life.
Her religiosity and her love for Batista led her to erect the majestic Christ of Havana that, from the top of Loma de la Cabaña, is visible from anywhere in the city.
https://youtu.be/dCUgE2keluc
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EL CRISTO DE LA HABANA.
THE MAJESTIC CHRIST OF HAVANA.
The sculpture welcomes those who come to the city through the Havana bay and it seems that it blesses the city and has done so for more than half a century. And although many say that it resembles the Christ of Corcovado in Rio de Janeiro in Brazil, it has peculiarities very typical of Cubans.
It was commissioned to the sculptor Jilma Madera. the one that projected it to be twenty meters high, fifteen less than what was desired, but which was not in accordance with the low elevation of the hill where it would settle. The pieces were built in Italy, in Carrara marble, with one hand on the chest and the other held high blessing. It began to be assembled in September 1958 and concluded on December 25, 1958, one week after the triumph of the revolution. With a base of three meters, its height rose to fifty-one meters above sea level and with a weight of six hundred tons, of which sixty-seven pieces of marble weighing three hundred and twenty tons.
The Christ of Havana as conceived by the sculptor, her eyes are empty to give the impression that she is looking at everyone from anywhere, her feet are wearing flip-flops, identical to those worn by Jilma Madera and at the base of the figure,.
But it was not taken into account that the sculpture was in a high and vacant place, at an important height, and in 1961 a lightning struck it and pierced its head, which could be repaired, but years later other discharges reached it, even that they finally located a lightning rod.
Marta Fernandez inaugurated the majestic sculpture on December 25, 1958, six days before being forced to flee Cuba. But regardless of its origin and religious significance, it is undoubtedly one of the most impressive works that we can find in the capital, and as such it has been designated a National Monument.
MARTA FERNANDEZ MIRANDA DE BATISTA Y LA HISTORIA DE EL “CRISTO DE LA HABANA”.
Marta Fernández Miranda de Batista fue Primera Dama de Cuba desde 1952 hasta 1959. Ella fue la segunda esposa del presidente cubano Fulgencio Batista Zaldivar.
La pareja se conoció cuando Marta tenía 22 años entonces y andaba en bicicleta por Marianao, un barrio de La Habana cuando un auto la obligó accidentalmente a salir de la carretera al impactarla, el automóvil era el del Presidente de la República, Fulgencio Batista, entonces del doble de la edad de Marta. El carro se detuvo y sus ocupantes la auxiliaron, la llevaron al hospital y su propietario se encargó de los gastos médicos y tratamiento y se interesó a diario por su evolución. Batista, entonces casado y con tres hijos, se enamoró de la mujer que el destino había puesto en su camino y años más tarde se casó con ella el 28 de noviembre de 1945.
HISTORIA DE MARTA, ESPOSA DE FULGENCIO BATISTA.
Batista era de extracción social muy humilde, un hombre rudo y primitivo que tenía una inteligencia natural que supo aprovechar y a base de esfuerzo fue adquiriendo cultura, tuvo en Marta una persona que influyó mucho en su desarrollo como persona. Marta fue mecenas de las artes cubanas, construyó la Galería Nacional, ahora Museo Nacional de Bellas Artes y creó la Organización Nacional de Dispensarios Infantiles (ONDI) y la de Rehabilitación de Inválidos (ORDI) que erigieron hospitales infantiles y para inválidos de La Habana y Bayamo y promovió la creación de los comedores populares. A su vez colaboró en el éxito en varias del centenar de empresas que poseía Batista.
Se hizo propietaria del Banco de Fomento Comercial al 50% con el testaferro de Batista, Pérez Benitoa, poseía el 80% del Banco Hispano Cubano y la mayoría de las acciones de Agrícola Defensa, una compañía azucarera de Las Villas que empleaba a tres mil personas, tenía diez caballerías de tierras propias y molía dieciocho millones de arrobas de caña al año.
No obstante, Marta era no solo esposa, sino cómplice y consejera de Batista, al cual le dijo que el golpe de Estado del diez de marzo de 1952 había sido un error.
Marta era muy religiosa y a partir del ataque al Palacio Presidencial el 13 de marzo de 1957 por los integrantes del Directorio Revolucionario, simultáneo al de la emisora Radio Reloj en que anunciaron la muerte del dictador Batista y llamar a la insurrección, hizo una promesa para agradecer a Dios haber salvado la vida de su esposo.
Su religiosidad y su amor por Batista la llevaron a erigir el majestuoso Cristo de La Habana que, desde la cima de la Loma de la Cabaña, es visible desde cualquier punto de la ciudad.
https://youtu.be/dCUgE2keluc
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EL CRISTO DE LA HABANA.
EL MAJESTUOSO CRISTO DE LA HABANA.
La escultura da la bienvenida a quienes llegan a la ciudad por la bahía habanera y parece que bendice a la ciudad y lo ha hecho por más de medio siglo. Y aunque muchos dicen que se parece al Cristo del Corcovado en Río de Janeiro en Brasil, este tiene peculiaridades muy propias de los cubanos.
Se le encargó a la escultora Jilma Madera. la que la proyectó de veinte metros de alto, quince menos que lo que se deseaba, pero que no estaba acorde con la poca elevación de la colina donde se asentaría. Se construyeron las piezas en Italia, en mármol de Carrara, con una mano en el pecho y la otra en alto bendiciendo. Comenzó a montarse en septiembre de 1958 y concluyeron el 25 de diciembre de 1958. a una semana del triunfo de la revolución. Con una base de tres metros, su altura se elevó a cincuenta y un metros sobre el nivel del mar y con un peso de seiscientas toneladas, de ellas sesenta y siete piezas de mármol con un peso de trescientas veinte tonelada.
El Cristo de La Habana según lo concibió la escultora, tiene los ojos vacíos para dar la impresión de que mira a todos desde cualquier lugar, sus pies llevan unas chancletas, idénticas a las que calzaba Jilma Madera y en la base de la figura, la escultora enterró objetos de la época como periódicos y monedas.
Pero no se tuvo en cuenta que la escultura estaba en un lugar elevado y descampado, a una altura importante, y en 1961 un rayo la impactó y perforó su cabez, lo que pudo ser reparado, pero años más tarde otras descargas la alcanzaron, hasta que finalmente le ubicaron un pararrayos.
Marta Fernandez inauguró la majestuosa escultura el 25 de diciembre de 1958, seis días antes de verse obligada a huir de Cuba. Pero al margen de su origen y significado religioso, es sin duda una de las obras más impactantes que podemos encontrar en la capital, y como tal ha sido designada Monumento Nacional.
Agencies/ Wiki/ MemoriasCubanas/ Carlos Rodriguez/ Internet Photos/ YouTube/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.