BASEBALL: Code of the Past * Codigo del Pasado en Baseball.

By Rogério MANZANO

For sure no one has been able to secure when the baseball came to Cuba.

Its introduction was so slight and imperceptible, that there are sufficient documents to record at least a date or place of beginning.

Some memorialists indicate that he arrived in Cuban soil could occur 20 or 25 years after the creation of the end of the 30s of the nineteenth century in the United States, although not everyone agrees on one point infiltration route.

The first hypothesis is that, back in the years 1865 or 1866, the “American ball” may have washed up on the island through the port of Matanzas, in the footsteps of American sailors by the time they increased the business with the Cubans. At that time, the Athens of Cuba was a port city in growing economic rise. It is estimated that the butchers have been among the first to receive new entertainment influences.

Similarly, has outlined other compelling reasons for considering that the game came packed in the luggage of those young affluent marching towards studying American universities. They were sent by their parents to make a successful career and, incidentally, were removed from the convulsive political storms that tempted the rebellious and independent spirit of youth.

When you return home, these students brought with them several implements the innovative entertainment which taught the rudiments of their relatives and friends. This was perhaps the most important way of familiarizing the northern Cuban sport.

So who, whether one way or another, and of spontaneous and incoherent baseball began to acclimate to the Big Island in the Caribbean in the mid-sixties of the nineteenth century.

In its early days, it can be said that the pastime of balls and strikes had many followers. The natives preferred cockfights and bullfights, above the year abroad and also the lack of proper marketing limited their popularity.

But baseball survived. The charm of its originality and beauty of his art, took root so deep then settled as one of the main elements that forged Cuban nationals at the end of the nineteenth century.

Already in full effervescence baseball roots, founded a youth group in the capital Havana Base Ball Club, and decided to try his hand, first to compete among themselves and then, shortly after the establishment of another team in the city of Matanzas , resolved to conclude a challenge exhibition.

To celebrate the party chose a plain land near Matanzas known as Palmar de Junco, which was situated on the edge of the New Town neighborhood of San Juan, and registered in the records of the Land Registry under the name Stay Blanca. The day chosen was December 27, 1874.

Today, the date is at the story as the true starting point for baseball practice in Cuba for two specific reasons. One, because it was the first time the two clubs clashed organized and over, because they appeared in a journal outlined the details of a ball game.

That chronicle was published four days later in the newspaper habanero The Artist. In its lines, the author recounted the main events of grief and offered a summary statistic that can ponder as the first to be compiled in a newspaper of the Island

Sources:DesdeMiPalco/RogerioManzano/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
Baseball: Codigo del Pasado/ Arnoldo Varona, Editor
www.TheCubanHistory.com

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Por ROGERIO MANZANO

BASEBALL: CODIGO DEL PASADO

En verdad nadie ha logrado asegurar como llegó el béisbol a Cuba.

Su introducción fue tan ligera e imperceptible, que no existen documentos suficientes para registrar, cuando menos, una fecha o lugar de inicio.

Algunos memorialistas indican que su arribo a suelo cubano pudo ocurrir unos 20 o 25 años después de haberse creado hacia finales de la década del 30 del siglo XIX en los Estados Unidos, aunque no todos concuerdan en señalar una misma ruta de infiltración.

La primera hipótesis plantea que, allá por los años 1865 o 1866, la “pelota americana” pudo haber recalado en la Isla por el puerto de Matanzas, tras las huellas de los marinos norteamericanos que por esa época incrementaban la actividad comercial con los cubanos. Por aquel entonces, la Atenas de Cuba era una ciudad portuaria en creciente ascenso económico. Se estima que los matanceros hayan estado entre los primeros en recibir las influencias del nuevo entretenimiento.

Del mismo modo, se han esbozado otras razones convincentes para considerar que el juego apareció embalado en los equipajes de aquellos jóvenes acomodados que marchaban a estudiar hacia las universidades estadounidenses. Ellos eran enviados por sus padres para que hicieran una exitosa carrera y, de paso, estuvieran alejados de las convulsas tormentas políticas que tentaban el espíritu rebelde e independiente de la juventud.

Al regresar a la patria, estos estudiantes traían consigo varios implementos del novedoso entretenimiento con los cuales enseñaban los rudimentos básicos a sus parientes y amigos. Esta fue quizás, la vía más importante de familiarización de los cubanos con el deporte norteño.

De manera que, ya fuere de una forma o de otra, así de espontáneo e incoherente comenzó a aclimatarse el béisbol en la Isla Grande del Caribe a mediados de los años sesenta del siglo XIX.

En su época primitiva, no puede afirmarse que el pasatiempo de las bolas y los strikes tuviera numerosos adeptos. Los nativos preferían las lidias de gallos y las corridas de toros, por encima del ejercicio extranjero y, además, la inexistencia de una promoción apropiada limitaba su popularidad.

Pero el béisbol sobrevivió. El encanto de su originalidad y la belleza de su arte, echaron raíces tan profundas que luego se afincaron como uno de los principales elementos que forjaron la nacionalidad cubana al concluir el siglo XIX.

Ya en pleno arraigo la efervescencia beisbolera, un grupo de jóvenes fundaron en la capital el Habana Base Ball Club, y decidieron probar suerte, primero al rivalizar entre ellos mismos y, luego, a poco de la constitución de otro equipo en la ciudad de Matanzas, resolvieron pactar un desafío de exhibición.

Para celebrar el partido se escogieron los terrenos de una llanura cerca de Matanzas conocida como Palmar de Junco, la cual estaba situada en los límites del barrio Pueblo Nuevo de San Juan, e inscripta en las anotaciones del Registro de la Propiedad con el nombre de Estancia Blanca. El día seleccionado fue el 27 de Diciembre de 1874.

Hoy, la fecha se ubica en la historia como el verdadero punto de partida de la práctica del béisbol en Cuba por dos razones concretas. Una, porque resultó la primera ocasión en que se enfrentaron dos clubes organizados y otra, porque aparecieron reseñados en una publicación periódica los detalles de un partido de pelota.

Aquella crónica fue publicada cuatro días más tarde en el diario habanero El Artista. En sus líneas, el autor relataba los principales acontecimientos del duelo y ofrecía un resumen estadístico que, puede considerares como el primero que se compiló en un periódico de la Isla.

Sources:DesdeMiPalco/RogerioManzano/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
Baseball: Codigo del Pasado/ Arnoldo Varona, Editor
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