CANDIDO “THE BILLETERO”, THE GENTLEMAN OF PARIS, BIGOTE E’GATO: CUBAN CHARACTERS. PHOTOS.
Through memories of the Cuban streets, every inhabitant of the old green caiman of our island reaches characters that are never erased, even though many years have passed in which they roamed the streets of our towns, especially in Havana. Those characters like Cándido “El billetero del Treinta y Tres”, La Marquesa del Floridita, El Caballero de París, Professor Collado, and Mustache E ‘Gato, who were not difficult to find on the streets of the capital.
ANY Habanero over sixty years old, it was not difficult to find popular characters from that beautiful past in those streets, who will not return, even if they continue to beat in our memory. Famous town criers such as Cándido, the Billetero del thirty-three, who proclaimed his National Lottery tickets and was accompanied by a clarinet, in which he interpreted a strange musical theme. He’s out of tune melody can be considered the direct antecedent of the radio mentions that received the name “Jingles”, so used later by the soap companies to identify their radio and television programs.
ALSO at the corner of 23 and 12, he offered with a kind of telegraphic proclamation, his merchandise out loud, the most elegant of the tamaleros that the city remembers. Clad in an impeccable white 100 denim suit, this popular tamale vendor would simply repeat rhythmically: “They sting … they do not sting.” His elegant and understated proclamation must have brought her juicy profits.
ON the sidewalk of the Floridita it was frequent to meet La Marquesa, with courtly manners and highly original clothes. La Marquesa did not sell any product. He limited himself to requests from those who passed by: “Don’t you have a pesetica for La Marquesa?” And the Habaneros of the time, with a bow, awarded her with the requested currency.
VERY DIFFERENT was the style of ‘The Knight of Paris’. Of the most rancid nobility, he walked around his black cape and his folder of old papers, offering wildflowers and nineteenth-century compliments to the ladies he passed on his daily path. While his nobility as World Emperor was only a product of his imagination, simplicity, and elegance in saying, it made him a true monarch of the City.
PROFESSOR Collado, the one-man band, filled the streets of Havana with popular melodies. He alone played more than ten musical instruments at a time offering works by the most significant composers of his time. He advertised his services in a very peculiar way. He used to say: “I will dance, if they put the horse I will go to the field.”
But it was the last of our famous Havana characters, that survivor of that rich street tradition who was Bigote E ‘Gato: “a great guy who lives there by the Luyanó”, who even created a’ Club de Noctabulos’ that met at often to divulge his escapades.
But it was of all of them, among hundreds of not so famous town criers, one that received the honors of posterity and was ‘The Knight of Paris’, which today, thanks to the Historian of the City, preserves with a simple and endearing monument in the Avenida de Paula, the work of the sculptor Villa.
There, Havana honors that sane among the madmen, who came from other lands, dedicated his life, amid dreams of greatness, to giving flowers and beautiful phrases of praise to the ladies who today, turned into great-grandmothers, thank him for his true nobility that even today they give him with his image, that of his noble and simple spirit.
CANDIDO “EL BILLETERO”, EL CABALLERO DE PARIS, BIGOTE E’GATO: PERSONAJES CUBANOS
Por memorias de las calles Cubana llegan a todo habitante del viejo caiman verde de nuestra isla personajes que no llegan nunca a borrarse, aun cuando hayan pasado muchos anos en que estos recorrian las calles de nuestros pueblos, especialmente en la Habana. Esos personajes como Cándido “El billetero del Treinta y Tres”, La Marquesa del Floridita, El Caballero de París, el profesor Collado y Bigote E’ Gato, quienes no era difícil encontrar por las calles de la capital.
CUALQUIER habanero de más de sesenta años, no era difícil encontrarse en esas calles personajes populares de aquel hermoso pasado, que no volvera, aun cuando sigan latiendo en nuestra memoria. Pregoneros famosos como Cándido, el Billetero del treinta y tres, que pregonaba sus billetes de la Lotería Nacional haciéndose acompañar de un clarinete, en el que interpretaba un extraño tema musical. Su desafinada melodía puede considerarse el antecedente directo de las menciones radiales que recibieron el nombre de “Jingles”, tan utilizadas después por las empresas jaboneras para identificar sus programas de radio y televisión.
TAMBIEN en la esquina de 23 y 12 ofrecía con una especie de pregón telegráfico, su mercancía a viva voz, el más elegante de los tamaleros que recuerda la ciudad. Enfundado en un impecable traje blanco de dril 100, este popular vendedor de tamales se limitaba a repetir rítmicamente: “Pican … no pican”. Su elegante y discreto pregón debe haberle producido jugosas ganancias.
POR la acera del Floridita era frecuente encontrarse con La Marquesa, de modales cortesanos y vestuario originalísimo. La Marquesa no vendía producto alguno. Se limitaba a solicitar de los que pasaban: “¿No tienes una pesetica para La Marquesa?”. Y los habaneros de la época, con una reverencia, la premiaban con la moneda solicitada.
MUY DISTINTO era el estilo de El Caballero de París. De la más rancia nobleza, paseaba su capa negra y su cartapacio de papeles viejos, ofreciendo flores silvestres y piropos decimonónicos a las damas con las que se cruzaba en su cotidiano camino. Si bien su nobleza como Emperador del Mundo era solo producto de su imaginación, sencillez y elegancia al decir, esta lo convirtió en un verdadero monarca de la Ciudad.
EL PROFESOR Collado, el hombre orquesta, llenó las calles de La Habana con populares melodías. El solo ejecutaba más de diez instrumentos musicales a la vez ofreciendo obras de los más significativos compositores de su época. Anunciaba sus servicios en una forma muy peculiar. Decía: ” Amenizo bailes, si ponen el caballo voy al campo”.
Pero fue el ultimo de nuestros famosos personajes habaneros, aquel superviviente de esa rica tradición callejera el que fue Bigote E’ Gato: “un gran sujeto que vive allá por el Luyanó”, que hasta creo un ‘Club de Noctabulos’ que se reunian a menudo para divulgar sus correrias.
Pero fue de todos ellos, entre cientos de pregoneros no tan famosos, uno que recibio los honores de la posteridad y fue ‘El Caballero de París’, que hoy conserva, gracias al Historiador de la Ciudad, con un sencillo y entrañable monumento en la Avenida de Paula, obra del escultor Villa.
Allí, La Habana homenajea a ese cuerdo entre los locos, quien venido de otras tierras, dedicó su vida, entre sueños de grandeza, a obsequiar flores y bellas frases de elogio a las damas que hoy, convertidas en bisabuelas, le agradecen su verdadera nobleza que aun hoy le entregan con su imagen, la de su noble y sencillo espíritu.
Agencies/ ElPasadoPaso/ Enrique Núñez/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
THE CUBAN HISTORY, HOLLYWOOD.