(OPINIÓN) Cuba Tira la Tarjeta del Exodo para Empujar a Norteamerica a la Mesa de Negociación. * (OPINION) Cuba Pulls the Exodus Card to Push North America to the Bargaining Table. PHOTOS.(OPINIÓN) CUBA TIRA LA TARJETA DEL ÉXODO PARA EMPUJAR A NORTEAMERICA A LA MESA DE NEGOCIACIÓN. FOTOS
Por Fabiola Santiago
Cuba saca la carta del éxodo para empujar a Biden a la mesa de negociaciones. No se deje engañar. Por tierra y mar, el régimen cubano está desenterrando su libro de jugadas sobre el éxodo y abriendo espacios para que los cubanos descontentos abandonen la isla de olla a presión, ahora bajo una represión más brutal de lo habitual luego de protestas históricas.
La última táctica es un acuerdo con el gobierno de Nicaragua, amistoso con Cuba y liderado por un hombre fuerte, que ha eliminado los requisitos de visa para los cubanos. El régimen anunció la relajación en los medios nacionales por efecto viral, y los resultados son miles de cubanos con destino a Estados Unidos que caminan por Centroamérica sin un pasaje legal en su camino hacia la frontera sur de Estados Unidos. Un flujo constante de cubanos también ha estado llegando al sur de la Florida en embarcaciones destartaladas, en su mayoría hombres solteros hasta ahora y de provincias del interior, una indicación de que la orden de salir libremente ha llegado a todos los rincones de Cuba.
Y escucha esto: Al Jazeera informa que un gran número de cubanos están buscando refugio en Grecia e Italia, volando hasta Rusia para luego encontrar un camino hacia Europa. “El tema salió a la luz el 28 de octubre cuando unos 130 cubanos intentaron volar desde la isla de Zakynthos, en el mar Jónico, a Milán, en el norte de Italia”, y las autoridades comenzaron a ver “un pasaporte cubano tras otro”, la noticia informó la agencia el martes. Por lo tanto, el régimen no solo ofrece a los líderes de la oposición el acuerdo del siglo: abandonar el país o cumplir una condena considerable en prisión. Ahora, todo el país puede irse, y no solo hacia la frontera de Estados Unidos.
¿Quizás esa “revisión” de la política entre Estados Unidos y Cuba que la administración Biden sigue prometiendo se elevará ahora en la escala de prioridades en el Departamento de Estado? Porque eso es otra cosa que Cuba quiere: empujar a Biden a la mesa de negociaciones, detener los esfuerzos de su administración para llamar la atención sobre los implacables abusos de los derechos de Cuba e involucrar a la comunidad internacional, y detener los llamados de Biden al cambio y la democracia.
En español, se llama chantaje. En cualquier idioma, es un chantaje.
Biden y el secretario de Estado Antony Blinken, cuyo tweet anclado termina con “apoyamos al pueblo cubano en su lucha por las libertades fundamentales”, están de camino. Su compromiso con una Cuba libre se pondrá a prueba. LA AMENAZA DEL ÉXODO, UNA VIEJA ARGUMENTO Vale la pena recordar que la medida de Cuba es un viejo ardid para librar a la isla de disidentes y poner de rodillas al gobierno estadounidense del día. Si la situación actual fuera un libro, las páginas estarían amarillentas, el lomo deshilachado y gastado de tanto uso:
▪ Camarioca Boatlift, 1965, bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, que condujo a los Freedom Flights que trajeron 250.000 cubanos, incluido yo mismo.
▪ El Mariel Boatlift, 1980, bajo el presidente Jimmy Carter, trajo a 125.000 cubanos en cuestión de cinco meses, incluidos criminales y enfermos mentales que Fidel Castro colocó entre los refugiados.
▪ El éxodo de los balseros, los llamados balseros de 1994, bajo el presidente Bill Clinton, que atrajo a 35.000 personas.
▪ El viaje de varios países a la frontera sur que comenzó bajo el presidente Barack Obama, se ralentizó solo un poco bajo Donald Trump y continúa hasta el día de hoy. ¿Ves un patrón?
Todas las administraciones demócratas, la mayoría comprometidas en ese momento en negociaciones para acercarse a los hermanos Castro para lograr una reforma y un cambio en la dictadura de Cuba antes de que se abriera la válvula de alivio de la inmigración. Todos los éxodos también se produjeron en un momento crucial de la historia de la dictadura y durante períodos de graves conflictos económicos, como ahora, junto con la represión política del pueblo. Todos refrenaron diferentes oleadas de creciente disensión dentro de Cuba y la migración proporcionó un estímulo económico adicional a través de las crecientes remesas de los nuevos exiliados.
MANTÉNGASE EN EL CAMBIO, PRESIDENTE BIDEN
A menudo, el desencadenamiento de un éxodo en Cuba coincide con la contienda política en Estados Unidos, como fue el caso del Mariel, cuando Carter se encontraba en medio de la crisis de rehenes de Irán, la más profunda de su administración, aunque el caos que rodeaba al Mariel parecía estar cerca. segundo.
Y ahora, políticamente hablando, ¿qué mejor arma que la amenaza de una migración masiva a Estados Unidos para alimentar la ira estadounidense, especialmente útil en la atmósfera del hiperpartidismo actual?
No se deje engañar por nada de eso, presidente Biden. Mantener el rumbo del cambio de régimen alimentado por la voluntad de los cubanos, sea ese deseo que representan los líderes disidentes forzados al exilio temporal o los que con valentía hablan desde adentro.
Mantenga el rumbo de una política de inmigración justa y humana que respete el derecho a solicitar asilo político, pero que no haga una farsa de la seguridad fronteriza. Mantenga el rumbo para dotar de personal adecuado a la Embajada de los Estados Unidos en La Habana para facilitar el compromiso con la sociedad civil y, finalmente, reanudar los servicios consulares.
La diplomacia, y en particular ese punto de apoyo en Cuba, nunca debe abandonarse. Porque eso es lo que quiere el régimen cubano: oscuridad para operar, aplastando los estándares internacionales de derechos humanos. Es triste ver a los cubanos una vez más votar con los pies y abandonar la isla.
Irse es un regalo para el régimen aborrecido. Asegura la permanencia de la dictadura.
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(OPINION) CUBA PULLS THE EXODUS CARD TO PUSH BIDEN TO THE BARGAINING TABLE. PHOTOS.
By Fabiola Santiago
Cuba pulls the exodus card to push Biden to the bargaining table. Don’t fall for it. By land and sea, the Cuban regime is unearthing its exodus playbook and opening venues for discontented Cubans to leave the pressure-cooker island, now under more brutal repression than usual following historic protests.
The latest ploy is an arrangement with the Cuba-friendly, strongman-led government of Nicaragua, which has lifted visa requirements for Cubans. The regime announced the relaxation on national media for viral effect — and the results are thousands of U.S.-bound Cubans trekking through Central America without legal passage on their way to the U.S. southern border. A steady stream of Cubans also has been arriving in South Florida on rickety vessels, mostly single men so far and from interior provinces, an indication that the free-to-leave order has reached all corners of Cuba.
And get this: Al Jazeera reports that large numbers of Cubans are seeking shelter in Greece and Italy, flying as far as Russia to then find a way into Europe. “The issue came to light on October 28 when some 130 Cubans tried to fly from the island of Zakynthos, in the Ionian Sea, to Milan, in northern Italy,” and authorities began to see “one Cuban passport after another,” the news agency reported Tuesday. So it’s not just opposition leaders being offered by the regime the deal of the century — leave the country or serve substantial prison time. Now, the entire country can leave, and not only for the U.S. border.
Maybe that “review” of U.S-Cuba policy the Biden administration keeps promising will be pushed up the ladder of priorities at the State Department now? Because that’s another thing Cuba wants: to push Biden to the negotiation table, to stop his administration’s efforts to call attention to Cuba’s unrelenting rights abuses and engage the international community, and to stop Biden’s calls for change and democracy.
In Spanish, it’s called chantaje. In any language, it’s blackmail.
Biden and Secretary of State Antony Blinken — whose pinned tweet ends with “we stand with the Cuban people in their fight for fundamental freedoms” — are in for a ride. Their commitment to a free Cuba will be tested. THREAT OF EXODUS AN OLD RUSE It’s well worth remembering that Cuba’s move is an old ruse to rid the island of dissidents and bring the American government du jour to its knees. If the current situation were a book, the pages would be yellowed, the spine frayed and worn from so much use:
▪ Camarioca Boatlift, 1965, under President Lyndon B. Johnson, which led to the Freedom Flights that brought 250,000 Cubans, myself included.
▪ The Mariel Boatlift, 1980, under President Jimmy Carter, brought 125,000 Cubans in a matter of five months, including criminals and mental patients Fidel Castro placed among the refugees.
▪ The rafters exodus, the so-called balseros of 1994, under President Bill Clinton, which brought 35,000 people.
▪ The multi-country trek to the southern border that began under President Barack Obama, slowed only somewhat under Donald Trump and continues to this day. See a pattern?
All Democratic administrations, most engaged at the time in negotiations to reach out to the Castro brothers to bring about reform and change to Cuba’s dictatorship before the relief valve of immigration was opened. All of the exoduses also came at a crucial moment in the history of the dictatorship and during periods of dire economic strife, as now, coupled with political crackdowns on the people. All reined in different waves of growing dissent inside Cuba and the migration provided additional economic stimulus by way of growing remittances from the new exiles.
STAY COURSE ON CHANGE, PRESIDENT BIDEN
Oftentimes, Cuba’s unleashing of an exodus coincides with political strife in the United States, as was the case with Mariel, when Carter was in the midst of the Iran hostage crisis, the most profound of his administration, although the chaos surrounding Mariel seemed a close second.
And now, politically speaking, what better weapon than the threat of mass migration to the United States to fuel American anger, especially useful in the atmosphere of today’s hyper-partisanship?
Don’t fall for any of it, President Biden. Stay the course on regime change fueled by the will of Cubans, be that desire represented by dissident leaders forced into temporary exile or those bravely speaking from inside.
Stay the course on fair, humane immigration policy that respects the right to request political asylum, but doesn’t make a sham of border security. Stay the course to properly staff the U.S. Embassy in Havana to facilitate engagement with civil society and eventually resume consular services.
Diplomacy, and in particular that foothold in Cuba, should never be abandoned. Because that’s what the Cuban regime wants — darkness to operate, crushing international human rights standards. It’s sad to see Cubans once more voting with their feet and abandoning the island.
Leaving is a gift to the loathed regime. It ensures the dictatorship’s permanence.
Agencies/ New Herald/ (OPINIÓN) Fabiola Santiago/ Extractos/ Excerpts/ Internet Photos/ Arnoldo Varona/ www.TheCubanHistory.com
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