Inside Cuba“LOS ALMENDRONES” in Cuba: its Mechanics, the Geniuses of the Century. PHOTOS. * “LOS ALMENDRONES” en Cuba: sus Mecanicos, los Genios del Siglo. PHOTOS.

“LOS ALMENDRONES” EN CUBA: SUS MECANICOS, LOS GENIOS DEL SIGLO. PHOTOS.

En Cuba se conoce como “almendrón” a los coches americanos que ruedan por las calles habaneras desde la década del 50 del pasado siglo.

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Si preguntas por qué fueron bautizados con este nombre tan sui generis, pues la respuesta es simple: porque la forma de estos coches asemeja a la de una almendra gigante.

Estos coches, que ya tienen nacionalidad cubana, son conocidos también como “carros de 10 pesos”, pues la mayoría funcionaba como taxi colectivo de ruta fija, por calles y avenidas principales.

Actualmente, los almendrones siguen funcionando como taxis colectivos, pero ya la tarifa ha aumentado un poco.

Los choferes de estos autos son conocidos como “boteros”, por lo que, en el glosario de frases populares cubanas, alguien que se dedica a “botear” es nada más y nada menos que chofer de un almendrón.

Resulta que, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, para los norteamericanos, que disfrutaban por esa época de una bonanza económica sin precedentes, la posesión de un auto se estableció como uno de los patrones fundamentales de la prosperidad y el estatus social.

Los nuevos coches poseían gran tamaño, elegancia y potencia, por lo que la industria automovilística norteamericana, que había paralizado su producción civil desde 1942 para dedicarse a la fabricación de armamento, retornó con nuevos bríos cuatro años después.

¿COMO LLEGARON LOS AUTOS AMERICANOS A CUBA…?

Miles de estos nuevos autos americanos comenzaron a importarse a Cuba por avispados emprendedores en la década del 50 del pasado siglo.

Diversos modelos de marcas como Chevy, Pontiac, Ford, Cadillac, Buick, Plymouth, Studebaker, Packard, entre otras tantas, se convirtieron en habituales en las calles habaneras. Según las estadísticas, en los años 50 había en La Habana más Cadillac per cápita que en Nueva York.

Estos coches aterrizaron en Cuba durante la época de Fulgencio Batista, quien cedió La Habana para testear y promocionar los coches que, luego, serían comercializados en y desde los EE. UU.

Muchos de ellos permanecieron en Cuba y es así que hoy conforman el parque de autos de lujo que da vida y colorido a las calles habaneras.

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LOS ALMENDRONES: LAS LEYENDAS RODANTES EN CUBA…

En Cuba, los almendrones se han conservado por necesidad, y esto ha ido despertando un gusto e interés cada vez mayores en estos autos de lujo y en su conservación.

Cuba cuenta con más de 75 mil autos clásicos conservados, con fecha de fabricación entre 1920 y 1950. En La Habana solamente circulan más de 10 mil.

Estos autos han promovido la pasión por lo vintage, no solo entre sus propietarios, sino también entre los miles de transeúntes que disfrutan del espectáculo que ofrecen los almendrones en La Habana.

Entre 2016 y 2017 las celebrities y funcionarios de estado norteamericanos paseando por el malecón en almendrón desataron un furor insospechado por estos autos y colocaron el tour en auto clásico por La Habana en el número 1 del podio de las actividades que hacer en La Habana.

Estos coches sin techo, pero cargados de porte y elegancia, son también elemento indispensable en las fotos que se toman las quinceañeras cubanas. Largos vestidos de encajes y tules flotan sobre los asientos de estos autos, para ser inmortalizados en los recuerdos de esa bella edad.

Hace algunos años, también se estila en Cuba que las parejas de novios recorran la ciudad subidos en el asiento trasero de un almendrón, que va abriéndose paso en las calles con bocinazos muy originales.

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MECANICOS DE ALMENDRONES, LOS GENIOS DEL SIGLO…

Entre nacionalizaciones y bloqueo económico, los autos americanos comenzaron a sufrir cada vez más la falta de piezas de repuesto y el mantenimiento necesario para sobrevivir en el clima tropical.

Los dueños de almendrones, aunque no fueran mecánicos, debieron asumir esta como su nueva profesión, para mantener vivos sus coches-reliquias.

Todos coinciden en que se hace sumamente difícil conseguir las partes y piezas de estos autos, ya que no se comercializan en Cuba desde los 60 y, para obtenerlas habría que comprarlas en EE. UU. u otro país más cercano, lo cual encarece mucho su mantenimiento o reparación.

Aunque hay soñadores tenaces que, con una gran dosis de esfuerzo, han logrado crear empresas como Nostalgicar. Julio y Nidialys tienen una hermosa flotilla de autos clásicos reconocida a nivel mundial.

De hecho, Julio cuenta que fue la afamada actriz americana Susan Sarandon quien bautizó la empresa, confesando que al montar en un almendrón lo que experimentó fue nostalgia. Y sí, los almendrones cargan una gran dosis de nostalgia, pues encarnan el contraste entre lo nuevo y lo viejo, el hoy y el ayer, el gran imperio y la islita del Caribe.

La Habana es un museo vivo por el que circulan estos autos que os llevarán más allá de las murallas de la vieja Habana o de la 5ta avenida en La Habana moderna.

Pasear en coche descapotable en Cuba es más que tomar un simple taxi y pagar por el viaje. Es entrar en contacto con años de historia, es subirse a un auto con pedigree, es dialogar con el chofer quien, seguramente, es un artista de la mecánica.

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“LOS ALMENDRONES” IN CUBA: ITS MECHANICS, THE GENIUSES OF THE CENTURY. PHOTOS.

In Cuba, the American cars that roll through the streets of Havana since the 50s of the last century are known as “almendrón”.

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If you ask why they were baptized with this unique name, the answer is simple: because the shape of these cars resembles that of a giant almond.

These cars, which already have Cuban nationality, are also known as “10-peso cars” since most of them functioned as fixed-route collective taxis on main streets and avenues.

Currently, the almendrones continue to function as collective taxis, but the rate has already increased a bit.

The drivers of these cars are known as “boteros”, so, in the glossary of popular Cuban phrases, someone who is dedicated to “Botero” is nothing more and nothing less than a driver of an almendrón.

It turns out that, at the end of World War II, for Americans, who were enjoying an unprecedented economic boom at that time, owning a car was established as one of the fundamental patterns of prosperity and social status.

The new cars were large, elegant and powerful, which is why the North American automobile industry, which had paralyzed its civilian production since 1942 to devote itself to the manufacture of weapons, returned with new vigor four years later.

HOW DID AMERICAN CARS GET TO CUBA…?

Thousands of these new American cars began to be imported to Cuba by clever entrepreneurs in the 1950s.

Various models of brands such as Chevy, Pontiac, Ford, Cadillac, Buick, Plymouth, Studebaker, and Packard, among many others, became commonplace on the streets of Havana. According to statistics, in the 1950s there were more Cadillacs per capita in Havana than in New York.

These cars landed in Cuba during the time of Fulgencio Batista, who ceded Havana to test and promote the cars that would later be marketed in and from the US.

Many of them remained in Cuba and that is how today they make up the fleet of luxury cars that gives life and color to the streets of Havana.

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ALMENDRONES MECHANICS, THE GENIUS OF THE CENTURY…

Between nationalizations and the economic blockade, American cars began to suffer more and more from a lack of spare parts and the maintenance necessary to survive in the tropical climate.

The owners of alien drones, even if they were not mechanics, had to assume this was their new profession, to keep their relic cars alive.

Everyone agrees that it is extremely difficult to get the parts and pieces of these cars, since they have not been marketed in Cuba since the 1960s and, to obtain them, they would have to be bought in the US or another closer country, which makes their cost much more expensive. maintenance or repair.

Although there are tenacious dreamers who, with a great deal of effort, have managed to create companies like Nostalgicar. Julio and Nidialys have a beautiful fleet of classic cars recognized worldwide.

In fact, Julio says that it was the famous American actress Susan Sarandon who baptized the company, confessing that when riding in an almendrón what she experienced was nostalgia. And yes, the almendrones carry a large dose of nostalgia, as they embody the contrast between the new and the old, today and yesterday, the great empire and the little Caribbean island.

Havana is a living museum through which these cars circulate that will take you beyond the walls of old Havana or 5th avenue in modern Havana.

Driving in a convertible car in Cuba is more than taking a simple taxi and paying for the trip. It is coming into contact with years of history, it is getting into a car with a pedigree, it is conversing with the driver who, surely, is a mechanical artist.

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