MUCHOS COINCIDEN en afirmar que Malanga fue el más brillante de los bailadores de rumba hasta ahora conocidos. Nadie lo llamaba por su nombre, José Rosario Oviedo, sino por el apodo de “Malanga”. Había nacido el 5 de octubre de 1885 en el Ingenio “La Esperanza”, del municipio de Alacranes, su madre la esclava Funciana Oviedo era propiedad de los herederos de Esteban Santa Cruz de Oviedo, fue bautizado como hijo de padre desconocido y apadrinado por su abuelo materno el esclavo de nación conga José Quintero y la morena Saturtina Oviedo, madrina católica que se desempeñaría como su madre de crianza.
En Cuba la Columbia, variante de la rumba, tuvo su génesis en los suburbios de los pueblos de Matanzas, sobre todo en los caseríos alrededor de los ingenios azucareros. No se puede precisar el lugar exacto donde nació, aunque es probable que haya sido en las llanuras de Colón, por lo que algunos musicólogos afirman que de ahí proviene su nombre. Cuando comienza la Columbia se canta algo parecido a un lamento, o “llorao” al estilo de los cantaores del flamenco andaluz. Esto nos hace pensar que esta rumba tiene su origen en el sur de España, dominada por los moros durante más de seis siglos, y que dejó profunda huella en la cultura hispana. Luego se mezcló con un ritmo africano y dio lugar a este tipo de baile.
La rumba Columbia se baila por hombres solos que danzan frente a los tambores demostrando su pericia. Esta variante de la rumba no es propia para que la bailen las mujeres, aunque ha pasado a la historia una famosa bailadora de Columbia llamada Andrea Baró, mencionada en algunas improvisaciones de rumba, en particular en canciones de Abelardo Barroso, como es el caso en “La Reina del Guaguancó”, de Alfredo Boloña, donde dice: “Los timberos están llorando la muerte de Andrea Baró…”
Malanga era un bailador muy respetado y querido en Unión de Reyes, siendo uno de los que introdujo la rumba en la parte central de la Isla. En La Habana dejó bien sentada su fama de bailador entre los rumberos de los barrios de Jesús María y Los Sitios. Según testimonios de los que tuvieron la suerte de ver bailar a Malanga, los pasillos y peripecias que realizaba eran sorprendentes. Creó un estilo que sobrepasó al repertorio de otros bailadores. Fue el primero que bailó con cuchillos afilados en las manos, realizando difíciles filigranas sin dejar de bailar. También se subía sobre una mesa con un vaso de agua en la cabeza haciendo todo tipo de evoluciones y no se derramaba ni una sola gota. Otra de sus ocurrencias era bailar con la punta de los pies, tal como lo hacen los bailarines de ballet.
Un amigo de Malanga conocido por “Chencho”, cuenta que en 1927 lo acompañó a una fiesta en Ceballos, actual provincia de Ciego de Avila, en cuyo lugar se daba una gran fiesta religiosa típica de las religiones yorubas para los santos y Malanga se destacó en una competencia de rumba con los bailadores reconocidos de la zona y éstos al verse aventajados por el matancero le lanzaron un maleficio.
En el banquete le sirvieron arroz con quimbombó y carne de puerco y según se asume, en esa comida se ocultó el vidrio molido con que mataron a Malanga pues este se fue de la fiesta doblándose de los dolores en el vientre.
El final es un misterio, los resultados de la búsqueda de su acta de defunción en los registros civiles de la región no han ofrecido información. En esos tiempos la violencia, los homicidios, las agresiones físicas y la criminalidad social eran alarmantes ya que las estadísticas muestran una de las mayores tasas de homicidios de la historia.
Su desaparición física fue recogida en una rumba de la variante Columbia que se ha convertido en un verdadero clásico del género. Es la que dice así:
Siento una voz que me dice,
Siento una voz que me dice:
Malanga murió.
Unión de Reyes llora,
porque Malanga murió
Unión de Reyes llora
a su timbero mayor
Que vino regando flores,
desde Matanzas a Morón.
La popular rumba la compuso uno de los tamboreros de Malanga llamado José Drake y otro bailador de Cárdenas de nombre Félix Chapé. Fue compuesta cuatro años después de la muerte de Malanga, durante un velorio simbólico y homenaje póstumo al más popular de todos los rumberos. Su muerte ocurrió en el apogeo de su gloria. Su extraña muerte, y la popularidad de la rumba creada en su memoria, hicieron que su fama como rumbero excepcional perdure hasta nuestros días.
La rumba en cuestión fue popularizada por Chano Pozo, Arsenio Rodríguez, Carlos Embale y Miguelito Valdés, entre otros.
AQUELLOS QUE OLVIDAN DE SU HISTORIA, ESTAN CONDENADOS A REPETIRLA.
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CUBAN CHARACTERS OF ALL TIMES. THE POPULAR RUMBERO “MALANGA”.
Many agree that Malanga was the most brilliant of the rumba dancers known so far. No one called him by his name, José Rosario Oviedo, but by his nickname “Malanga.” He was born on October 5, 1885 in the “La Esperanza” sugar mill, in the municipality of Alacranes. His mother, the slave Funciana Oviedo, was the property of the heirs of Esteban Santa Cruz de Oviedo. He was baptized as the son of an unknown father and sponsored by his maternal grandfather, the conga nation slave José Quintero and the dark-skinned Saturtina Oviedo, a Catholic godmother who would serve as his foster mother.
In Cuba, Columbia, a variant of rumba, had its genesis in the suburbs of the towns of Matanzas, especially in the hamlets around the sugar mills. The exact place where he was born cannot be specified, although it is likely that it was in the plains of Colón, which is why some musicologists affirm that that is where his name comes from. When the Columbia begins, something similar to a lament, or “llorao” is sung in the style of Andalusian flamenco singers. This makes us think that this rumba has its origins in southern Spain, dominated by the Moors for more than six centuries, and that it left a deep mark on Hispanic culture. Then it was mixed with an African rhythm and gave rise to this type of dance.
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