On the occasion of the International Book Fair 2013, it was launched the book “Myth, Truth and Altarpiece: The Puppet of the Camejo brothers and Pepe Carríl” (Rine-Leal Teatrología Award 2009) de Norge Espinosa and Rubén Darío Salazar .
With this magnificent book and With this article we would like to serve tribute to the brothers Pepe and Carucha Camejo (recently died in New York) and the great Pepe Carríl.
Pepe Carríl, one of the most important puppet masters in the history of Cuban theater, would be 83 years in 2013. His career ahead of Puppet Theater of Mayari, in 1952, and along with brothers Pepe and Carucha Camejo in 1956, when he founded the National Puppet Cuba in Havana, and then the National Theatre Guignol, in 1963, would be of an eternal reference figure of this scenic art.
His life and work deserve a deeper study, since not only wrote, acted and directed theater, but is devoted to research, design, magazine publishing and music composition. He was primarily responsible Titeretada, a publication of the National Theatre craft Guiñol containing news, theoretical articles and texts for puppets.
Carucha, Bertica, Camejo and Pepe Pepe Carril (below), 50. Photo courtesy of Gallery The Altarpiece.
The National Puppet Theatre (TNG), created by Carucha Camejo and Camejo Pepe Pepe del Carril, was a company libertarian, a must in the Cuban theater that made him a larger company. They are the protagonists of the myth largest altarpiece art in Cuba.
They cheered the lives of several generations of children and adults, are the creators of characters and idols of young audiences, as Kiki Televiqui, Mr. Mascuello, grandmother Pirula, Bebita Turulata, Tontolina, Perendengue, dragonfly, butterfly and Florinda could not Mount Pelusín miss the blonde Guajirito intense green eyes, literally created by Dora Alonso and image by Camejo.
Just the nascent revolution directed his course and was defined as a matter of men and no feathers, temblequera courage and not, as liked to say the poet Samuel Feijoo, the proposal the National Puppet Theatre (TNG) was reviewed with zeal and envy. The universe of Cuban culture of African origin had room under his roof. They are pioneers in having incorporated stories as La Loma de Mambiala, Shango de Ima and chichereku, Tales from Negros de Cuba, Lydia Cabrera. All elements incorporated religious, mystical, handcrafted African statuary many of their proposals, and this was not welcomed by employers National Cultural Council.
The fairies were represented by orishas, so these creators not stopped being accused of promoting witchcraft and Santeria. The TNG refused to join a combat theater, his only trench could be puppets. Never joined their proposals moralizing fables, as indicated revolutionary parameters or assumed the intention of political indoctrination.
Immediately, the National Cultural Council imposed a doctrinal leanings theater, fairies, giants, witches, wizards and princes would be replaced by workers, farmers, teachers, pioneers and fighters. The Adventures of Pelusín del Monte, which was all a celebration of Cuban and joy, were censured and suspended from television, because Camejo Carucha refused to wear militia uniform, for her vocation were the puppets and not military.
For the playwright Abelardo Estorino, “envy, intolerance of mediocrity and many opportunists managed to fell a highlight artistic whole, the truth always prevails when freedom takes handheld, or otherwise of freedom always carries hand truth. The movement of the puppeteers is not dead despite the long night of the murderers “.
The puppets battle enabled the viewer seeking signals that protect children from religious indoctrination or counter. Hatred and intolerance that allowed innocent of papier mache dolls were destroyed materially TNG and some burned. The actions against them was an act of castration with the participation of infamous characters like Edith Buchaca García, José Llanusa, Jorge Serguera, Nora Badia, Mirta Aguirre, Jesus Orta Ruiz and Spanish actress Ana Lasalle Stalinist trend, among others.
Beyond its mythical piece Shango de Ima, Yoruba mystery that should return to the stage with the imprint of the times, his rescue of peasant fables, the charm that had to represent the classic tales tinged with inescapable cubanía, Lane worship was a puppeteer and restless. He said goodbye forever in 1992, far from his native Holguin and Havana that saw him become a major artist.
At age 62 Pepe was too young to die. I try to validate their expertise in creating the Guignol Theatre of Miami, but the group did not test what should prosper. Let us read thus his literary tribute to a man with brilliant story, as bright as Pepe Carril itself. Let this then taxed tribute, evoking memories coming back, timeless nostalgia.
Norge Espinosa, who along with Ruben Dario Salazar have written “Myth, Truth and altarpiece: The Puppet of Camejo and Pepe Carril brothers’ ends:
“The current Puppet Theater is more than Camejo and Carril brothers, but they left work. The debt is a debt history that touches us all, both victims and perpetrators, both guilty as the heroes. They are heroes of our culture and do not need a medal to be reminded. ”
Sources: Wiki/Madrazo/DÁcevedo/Various/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
The return of “Los Camejos” y Pepe Carríl
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor
El regreso de “Los Camejos” y Pepe Carríl.
Con motivo de la Feria Internacional del Libro 2013, fue lanzado el libro “Mito, verdad y retablo: El Guiñol de los hermanos Camejo y Pepe Carril”, Premio de Teatrología Rine Leal 2009 de Tablas-Alarcos, de Norge Espinosa y Rubén Darío Salazar.
Sirva este espacio, junto al magnifico libro, como homenaje a los hermanos Pepe y Carucha Camejo (recientemente fallecida en Nueva York) y a Pepe Carril.
Pepe Carril, uno de los maestros titiriteros más importantes en la historia del teatro cubano, cumpliría 83 años en 2013. Su trayectoria artística al frente del Teatro de Muñecos de Mayarí, en 1952, y junto con los hermanos Pepe y Carucha Camejo en 1956, al fundar el Guiñol Nacional de Cuba en La Habana, y luego el Teatro Nacional de Guiñol, en 1963, lo convierten en figura de referencia si del arte de los retablos se habla.
Su vida y obra merecen un estudio profundo, pues no solo escribió, actuó y dirigió teatro, sino que se dedicó a la investigación, el diseño, la edición de revistas y la composición musical. Fue el responsable principal de Titeretada, una publicación artesanal del Teatro Nacional de Guiñol que contenía noticias, artículos teóricos y textos para títeres.
Carucha, Bertica, Pepe Camejo y Pepe Carril (debajo), años 50. Foto cortesía de Galería El Retablo.
El Teatro Nacional de Guiñol(TNG), creado por Carucha Camejo, Pepe Camejo y Pepe del Carril, fue una empresa libertaria, un lugar obligado dentro del teatro cubano que lo hacia una empresa mayor. Ellos son los protagonistas del mito mayor del arte del retablo en Cuba.
Ellos alegraron las vidas de varias generaciones de niños y adultos, son los creadores de personajes e ídolos del público infantil, como Kiki Televiqui, el señor Mascuello, la abuela Pirula, Bebita Turulata, Tontolina, Perendengue, Libélula, la mariposa Florinda y no podía faltar Pelusín del Monte, el guajirito rubio de intensos ojos verdes, creado literariamente por Dora Alonso y en la imagen por los Camejo.
Apenas la naciente revolución orientó su rumbo y se definió como un asunto de varones y no de plumas, de coraje y no de temblequera, como le gustaba decir al poeta Samuel Feijóo, cada propuesta del Teatro Nacional de Guiñol (TNG) se revisaba con celo. El universo de la cultura cubana de origen africano tuvo espacio bajo su techo. Son pioneros en haber incorporado historias como La Loma de Mambiala, Shangó de Ima y Chichereku, a partir de los Cuentos Negros de Cuba, de Lydia Cabrera. Incorporaron todos los elementos religiosos, místicos, artesanales de la estatuaria africana a muchas de sus propuestas, y esto no fue bien visto por los patrones del Consejo Nacional de Cultura.
Las hadas madrinas fueron representadas por orishas, por lo cual estos creadores no dejaron de ser acusados de promover la santería y la brujería. El TNG se resistió a incorporarse a un teatro de combate, su única trinchera podían ser los títeres. Nunca incorporaron a sus propuestas fábulas moralizantes, según indicaban los parámetros revolucionarios, ni asumieron la intención de adoctrinamiento político.
De inmediato, el Consejo Nacional de Cultura impuso un teatro de tendencia doctrinaria; hadas, gigantes, hechiceras, magos y príncipes serían sustituidos por obreros, campesinos, maestros, pioneros y guerrilleros. Las aventuras de Pelusín del Monte, que fue toda una fiesta de cubanía y alegría, eran censuradas y suspendidas de la televisión, debido a que Carucha Camejo se negó a vestirse de miliciana, pues su vocación eran los títeres y no lo militar.
Para el dramaturgo Abelardo Estorino, “la envidia, la mediocridad y la intolerancia de muchos oportunistas lograron echar abajo un conjunto artístico de relieve; la verdad se impone siempre cuando lleva de mano la libertad, o de otra forma la libertad siempre lleva de mano la verdad. El movimiento de los titiriteros no ha muerto a pesar de la larga noche de los asesinos”.
Los títeres de combate buscaban activar en el espectador infantil señales que los protegiera de adoctrinamiento religioso o contrarrevolucionario. El odio y la intolerancia permitieron que los inocentes muñecos de papier maché del TNG fueran destruidos materialmente y algunos quemados. Las acciones contra ellos fue un gesto de castración en la cual participaron personajes tristemente célebres, como Edith García Buchaca, José Llanusa, Jorge Serguera, Nora Badia, Mirta Aguirre, Jesús Orta Ruiz y la actriz española de tendencia estalinista Ana Lasalle, entre otros.
Más allá de su mítica pieza Shangó de Ima, misterio yoruba que debería volver a los escenarios con la impronta de los nuevos tiempos, de su rescate de las fábulas campesinas, del encanto que poseía para representar los cuentos clásicos con tintes de ineludible cubanía, Carril fue un titiritero culto e inquieto. Dijo adiós para siempre en 1992, lejos de su Holguín natal y de La Habana que lo vio convertirse en un artista mayor.
A los 62 años Pepe era demasiado joven para morir. Intento revalidar su maestría al crear el Teatro Guiñol de Miami, pero el ensayo de grupo no llegó a prosperar lo que debía. Leamos, pues, su tributo literario a un hombre con historia brillante, tan brillante como la del propio Pepe Carril. Sea este entonces tributo que tributa, recuerdo que se vuelve evocación, nostalgia eterna.
Norge Espinosa, que junto a Ruben Dario Salazar han escrito “Mito, verdad y retablo: El Guiñol de los hermanos Camejo y Pepe Carril” termina:
“El Teatro Guiñol actual es algo más que los hermanos Camejo y Carril, pero es la obra que ellos dejaron. La deuda con la historia es una deuda que nos toca a todos, tanto a víctimas como victimarios, tanto a culpables como a los héroes. Ellos son héroes de nuestra cultura y no necesitan una medalla para que se les recuerde”.
Sources: Wiki/Madrazo/DÁcevedo/IntrnetPhotos/www.thecubanhistory.com
The return of “Los Camejos” y Pepe Carríl
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor