Musically, tango is related by genealogy to the Hispano-Cuban habanera and is therefore progeny of trade between the ports of Spanish language in Havana (Cuba) and Buenos Aires (Argentina). However, these origins explain little about his birth. Initially, the tango is played by modest groups consisting only of a violin, flute and guitar or even in the absence thereof, the support of a comb made wind instrument with the mediation of a cigarette paper and marking an experienced blower rhythm.
The Argentine milonga and tango uses the habanera rhythm of a dotted quarter followed by three eighth notes, with an accent on the first and third notes.
In 1883 Ventura Lynch, a student of the dances and folklore of the Province of Buenos Aires, Argentina, said the popularity of the milonga, “Milonga is so universal around the city that is a mandatory piece in the whole lower class dances (bailecitos middling), and that is now heard in the guitars, on paper, combs, and traveling musicians with flutes, harps and violins. also been adopted by the organ-grinders, who have arranged to sound like the habanera dance. danced in clubs around low life … [major] markets, and in the dances and wakes purchase drivers, soldiers, compadres and hoodlums.”
http://youtu.be/J6fwPmLVunk
To some extent, the habanera rhythm is maintained in the first tangos, in particular, ‘The Corn’ and that includes “brunette” (1904). As the rhythm steady bass line in the Argentine tango, habanera lasted for a relatively short time. Gradually, the variation observed by Roberts began to predominate, decorated and distributed throughout the texture, remains an essential part of music. Aníbal Troilo, “The trampera” (Woman Trap), written in 1951, uses the habanera observed in Bizet’s Carmen.
Even today, at the beginning of the millennium, a number of Uruguayans and Argentines are still engaged in an ongoing discussion about the paternity of the tango.
The word “tango” appeared long before it would be a dance known as Esteban Pichardo voices in his Dictionary of Cuba (Matanzas, Printing of the Royal Navy, 1836, p. 242), said, Tango: A gathering of black muzzles dance to the drums, as Gobello, was a word that circulated among the countries referred to slave and place, both in Africa and America, where slaves were concentrated.
In Buenos Aires, in early 1800, was called tango to the houses where blacks performed their dances.
HAVANA, TRAVEL TO RIO DE LA PLATA
Along with the visiting zarzuelas companies to the Rio de la Plata ports reach by the Spanish marine squads, bringing the Cuban musical genre popular at that time, the habanera. By 1865 the city’s theaters have become popular for his paintings incorporating art and music under the name American tango. The contribution of the Hispanic-Cuban habanera the tango is equally important that the African contribution, next to the milonga and candombe the same ancestry Oche Califa.
The tango, a bond sensitive and sentimental, like the bolero and other musical genres born in the brothel areas or marginal environments of the time. The first tangos themselves date from the beginning of 1880, his lyrics are obscene and titles leave no doubt that the first known tango was ‘Give me the beat’: the can was a metal object that the “madam” of a brothel gave to “the girls” for each client to collect their share of the “pimp”, I said give me the can. Other titles such as ‘Two without removing’, ‘Such a hit it does not fit’, ‘Seven Inch’ and even ‘the corn’, but really means that ear of corn, in the figurative sense is equivalent to the Castilian vulgar “pussy” or “pussy” that reveal the origin of these early tangos.
By the early twentieth century are the great creators of tango as the Uruguayan Enrique Saborido, Rosendo Mendizabal, Angel Villoldo, Manuel Eduardo Campoamor and Arolas, among others, who with his compositions created the foundations of the genre, is when you hear ‘The Entre ‘,’ the brunette ‘and’ The porteñito ‘, this was the time of the first revolution of the tango and the emergence of the “Old Guard” River Plate.
In 1907 he produced the internationalization of the tango when brought to Paris by the Uruguayan Enrique Alfredo Gobbi and Saborido. In France gender is sheer madness and thence expands throughout Europe and North America. By 1916 a tango by Samuel Castriota entitled Lita, along with the letter of the composer Pascual Contrusi, give birth to Mi noche triste, a tango-song popularized in 1917’s River Plate a humble singer called Carlos Gardel, the most famous interpreter of tango of all time and become a legend after his death in a tragic plane crash in Colombia in 1935.
From the first tango and revolution through the Old Guard, the tango-song orchestral tango Julio de Caro that joins the River Plate music resources of musical technique, the famous letters of Celedonio Esteban Flores embody same evolution of society and successfully added gender slang, the slang, and make it popular, Enrique Santos Discípolo, Catulo Castillo, Eduardo Rivero, Alberto Castillo, Piazzola, Pugliese, Uruguayan Canaro, Roberto Goyeneche and many others we make it impossible to concentrate on so few lines, his triumphs; ‘El día que me quieras, ‘Madame Ivonne’, ‘Garúa’, ‘Por una cabeza, ‘Mano a mano’ y ‘Caminito’, del argentino Juan de Dios Filiberto, all, along with the stories of the reconstructed Old Store today in the neighborhood of San Telmo, Buenos Aires, and the Café La Giralda in Montevideo, Uruguay, where it premiered ‘The cumparcita’, the “hymn of the tangos” memories are not only more than a century of tango are reminiscent of a genre that will live and endure forever as a heritage of America.
Sources: Wiki/LaHabaneraStory/InternetPhotos/youtube/TheCubanHistory.com
La Habanera va de viaje; Tango America’s Heritage.
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor
LA HABANERA SE VA DE VIAJE; TANGO, PATRIMONIO AMERICANO
Musicalmente, el tango entronca en su genealogía con la habanera hispano-cubana y es por tanto hijo del trasiego mercantil entre los puertos de lengua española de La Habana (Cuba) y Buenos Aires (Argentina). Sin embargo, estos orígenes explican poco sobre su nacimiento. Inicialmente, el tango es interpretado por modestos grupos que cuentan sólo con violín, flauta y guitarra o incluso, en ausencia de ésta, el acompañamiento de un peine convertido en instrumento de viento con la mediación de un papel de fumar y un avezado soplador que marca el ritmo.
El argentino milonga y el tango hace uso del ritmo de habanera de una negra con puntillo seguido de tres corcheas, con un acento en las notas de primero y tercero.
En 1883 Ventura Lynch, un estudiante de las danzas y el folklore de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, señaló que la popularidad de la milonga: “La milonga es tan universal en los alrededores de la ciudad que es una pieza obligatoria en toda la clase baja danzas (bailecitos de medio pelo), y que se escucha ahora en las guitarras, sobre el papel, peines, y de los músicos ambulantes con sus flautas, arpas y violines. también ha sido adoptada por el órgano-molinos, que lo han dispuestos con el fin de sonar como la danza habanera. se baila en los clubes de vida bajos en torno a … [principales] los mercados, y también en los bailes y se despierta de la compra de los conductores, soldados, compadres y compadritos”.
http://youtu.be/J6fwPmLVunk
En cierta medida, el ritmo de habanera se mantiene en los primeros tangos, en particular, ‘El Choclo’ y que incluye “La morocha” (1904). Como la base rítmica constante de la línea de bajo en el Tango Argentino, la habanera se prolongó durante un tiempo relativamente corto. Poco a poco, la variación observada por Roberts comenzó a predominar, adornado y se distribuye a lo largo de la textura, sigue siendo una parte esencial de la música. Aníbal Troilo, “La trampera” (Mujer Trampa), por escrito en 1951, utiliza la habanera que se observa en la Carmen de Bizet.
Todavía hoy, a principios del milenio, un buen número de uruguayos y argentinos continúan enfrascados en una permanente discusión sobre la paternidad del tango.
La palabra “tango” apareció mucho antes de la que sería una conocida danza, según Esteban Pichardo en su Diccionario de voces cubanas (Matanzas, Imprenta de la Real Marina, 1836, p. 242), decía, Tango: reunión de negros bozales para bailar al son de los tambores; según Gobello, era una palabra que circulaba entre los paises esclavistas y se refería al lugar, tanto en África como en América, donde se concentraba a los esclavos.
En Buenos Aires, a comienzos de los años 1800, se le llamó tango a las casas donde los negros realizaban sus bailes.
LA HABANERA DE VIAJE AL RIO LA PLATA
Junto a las compañías de zarzuelas que visitaban los puertos del Plata llegan los marinos de las escuadras españolas, que traen el género musical cubano de moda en aquel entonces, la habanera. Para 1865 los teatros porteños la han hecho popular incorporándola a sus cuadros artísticos y musicales con el nombre de tango americano. El aporte de la habanera hispano-cubana al tango es de igual importancia que el aporte africano, junto a la milonga y el candombe de igual ascendencia Oche Califa.
El tango, un lazo sensible y sentimental, al igual que el bolero y otros géneros musicales, nació en las esferas de prostíbulos o ambientes marginales de la época. Los primeros tangos propiamente dichos datan de comienzos de 1880, sus letras son obscenas y sus títulos no dejan lugar a dudas, el primer tango conocido fue ‘Dame la lata’: la lata era un objeto metálico que la “madama” de un lupanar entregaba a “las chicas” por cada cliente; para cobrar su parte del “macró”, les decía dame la lata. Otros títulos como ‘Dos sin sacarla’, ‘Con qué tropieza que no dentra’, ‘Siete pulgadas’ e incluso ‘El choclo’, que aunque realmente significa mazorca de maíz, en el sentido figurado y vulgar equivale al castellano “chocho” o “coño” que revelan la procedencia de estos primeros tangos.
Ya a comienzos del siglo XX aparecen los grandes creadores del tango como el uruguayo Enrique Saborido, Rosendo Mendizábal, Ángel Villoldo, Manuel Campoamor y Eduardo Arolas, entre otros, quienes crearon con sus composiciones las bases del género musical; es cuando se escuchan ‘El entrerriano’, ‘La morocha’ y ‘El porteñito’; esta fue la época de la primera revolución del tango y el surgir de la “Vieja Guardia” rioplatense.
En 1907 se produce la internacionalización del tango cuando es llevado a París por los uruguayos Alfredo Gobbi y Enrique Saborido. En Francia el género produce una verdadera locura y desde allí se expande a toda Europa y Norteamérica. Hacia 1916 un tango de Samuel Castriota titulado Lita, unido a la letra del compositor Pascual Contrusi, hacen nacer a Mi noche triste, un tango-canción que en 1917 es popularizado por un humilde cantor rioplatense llamado Carlos Gardel, el más conocido intérprete de tango de todos los tiempos y convertido en leyenda después de su muerte en un trágico accidente aéreo en Colombia en 1935.
Desde el primer tango y pasando por la revolución de la Vieja Guardia, el tango-canción; el tango orquestral de Julio de Caro que incorpora a la música rioplatense los recursos de la técnica musical; las famosas letras de Celedonio Esteban Flores que encarnan a la misma evolución de la sociedad y añaden con éxito la jerga vulgar al género, el lunfardo, y lo hacen popular; Enrique Santos Discípolo, Catulo Castillo, Eduardo Rivero, Alberto Castillo, Piazzola, Pugliese, el uruguayo Canaro, Roberto Goyeneche y muchos otros que nos hacen imposible concentrar en tan pocas lineas, sus triunfos como ‘El día que me quieras, ‘Madame Ivonne’, ‘Garúa’, ‘Por una cabeza, ‘Mano a mano’ y ‘Caminito’, del argentino Juan de Dios Filiberto, todos, junto a las historias del hoy reconstruido Viejo Almacén en el barrio de San Telmo, Buenos Aires, así como el Café La Giralda, en Montevideo, Uruguay, donde se estrenó ‘La cumparcita’, el llamado “himno de los tangos”, no son sólo recuerdos de mas de un siglo de tango; son reminiscencias de un género que vivirá y perdurará para siempre como patrimonio de América.
Sources: Wiki/LaHabaneraStory/InternetPhotos/youtube/TheCubanHistory.com
La Habanera va de viaje; Tango America’s Heritage.
The Cuban History, Arnoldo Varona, Editor