LEONARDO PADURA: Cuba, “El Cascabel y el Gato”.
Hace años los cubanos formularon una máxima para describir su relación laboral con el Estado: tú (el Estado) haces como que me pagas y yo (el ciudadano) hago como que trabajo.
De esa forma tan sintética y precisa se resume la reciprocidad de los trabajadores con los salarios irrisorios, totalmente insuficientes, que reciben por su condición de obreros, técnicos y profesionales dependientes del principal empleador existente en el país, o sea, el Estado.
Pero, además, la sentencia popular refleja algo más profundo y grave que una cuestión de supervivencia o de defensa.
Sus resultados repercuten en asuntos tan vitales para la economía nacional como la baja productividad y la ineficiencia laboral, el éxodo de determinados sectores y del país, la baja calidad de la producción y los servicios y hasta la corrupción y el “desvío” de recursos de muchos de los que pueden llevarse algo (tiempo, dinero, materiales) de sus centros de trabajo y mejorar con ello sus condiciones de vida.
Pero, siguiendo con la lógica de las consecuencias del enunciado, habría incluso que ir un poco más allá, porque las posiciones atribuidas, en la sentencia mentada, a los empleados y al Estado también son el reflejo de una forma de vivir de los primeros y de gobernar del segundo, en las cuales parece haberse impuesto un quiebre de la comunicación en uno y otro sentido. Como si jugaran un partido de fútbol con dos pelotas… o con ninguna.
Esa ruptura de comunicación, o de falta de códigos de entendimiento, no significa, por supuesto, falta de control.
Por el contrario: el Estado sigue siendo todopoderoso en tanto forma una sólida trinidad con el gobierno y el partido único y, por ende, tiene en su arbitrio casi todas las decisiones, no solo macro, sino incluso muchas que afectan la vida personal de los individuos, entre ellas su capacidad económica de consumo y su nivel de vida.
El Estado decide en Cuba qué actividades pueden hacerse al margen de su tutela y, con una ley tributaria de elevados porcientos de pago, casi hasta lo que pueden ganar quienes no laboran directamente para él, o sea, los trabajadores por cuenta propia.
Además, los precios de todos los productos (incluidos los que no se venden en la red comercial oficial, que toman como referencia los precios oficiales) tienen cotas fijadas por la dirección económica del país a los niveles que ellos deciden o necesitan, que en muchas ocasiones (a veces hasta justificadas por precios internacionales de ciertos productos) están divorciados de la realidad económica del ciudadano.
En ese juego extraño, que se convirtió en alarmante y casi que permanente desde los años de la crisis profunda de la década 1990, el nivel de vida de la mayoría de los ciudadanos del país ha caído en picada toda vez que, aun cuando los salarios en ocasiones se han duplicado o triplicado, el costo de la vida se ha multiplicado por 10, 20 y hasta más veces.
Baste como medida de todas las cosas recordar que mientras el salario promedio ronda los 500 pesos, el precio que un trabajador debe pagar por una libra de carne de cerdo –en ocasiones la única proteína animal a la que tiene acceso– subió de los 5 pesos del mercado paralelo de los años 1980 a los 30, 35, 40 en que hoy se cotiza, según su calidad. Algo así como la décima parte de un salario por solo medio kilogramo de carne de cerdo…
Todo lo que el Estado o los mercados alternativos ofertan a la población viene grabado con esas elevadas tarifas.
Por eso, para la mayoría de la gente que depende de salarios estatales la simple subida de los precios de los productos de aseo se puede convertir en una tragedia mensual, mientras que las cifras fijadas para la venta “liberada” de automóviles son como ver una película de “La guerra de las galaxias”, de contra sin subtítulos, en que seres extraños hablan de cosas incomprensibles.
El Estado cubano ha reconocido que los salarios son insuficientes para pagar el costo de la vida. También ha repetido que mientras la productividad y la eficiencia de la economía doméstica no se eleven, es imposible aumentar las cifras salariales para toda la masa de empleados públicos y obreros.
Pero la realidad de ambos reconocimientos va en carros opuestos en la circunferencia de la estrella del parque de diversiones (que para nada resulta divertido): es imposible que uno alcance al otro, a menos que se cambie mucho la estructura fijada.
Y mientras eso no suceda, mientras no haya la correspondencia y el entendimiento necesarios, continuarán manifestándose la ineficiencia, la baja productividad, la chapucería y la indolencia que se advierte en diversas esferas de la actividad laboral estatal cubana.
Mucha gente seguirá haciendo como que trabaja sin trabajar, robándose lo que pueda o emigrando tras el dinero que le puedan pagar otras tareas… u otros empleadores, dentro o fuera del país. Esa es la única forma que tiene la gente de ponerle el consabido cascabel al gato incapturable del viejo refrán.
Leonardo Padura, escritor y periodista cubano, galardonado con el Premio Nacional de Literatura 2012. Sus obras han sido traducidas a más de 15 idiomas y su más reciente novela, “Herejes”, es una reflexión sobre la libertad individual.
IPS/Agencies/LeonardoPadura/InternetPhotos/www.thecubanhistory.com
LEONARDO PADURA: Cuba “The Bell and the Cat”.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor
En esta foto trata del cine 23 y 12. La Habana, CUba.
Foto por Kelly with Leodan Marrero.
LEONARDO PADURA : Cuba , ” The Bell and the Cat “.
Years ago, Cubans use a maximum to describe their working relationship with the state: you (the state) make like you are paying me and I (the citizen) I’ll do as I am working.
From such a precise synthetic and reciprocity of workers with totally inadequate derisory wages they receive for their status as workers, technicians and professionals dependent existing principal employer in the country , namely the state resume.
But also the popular judgment reflects something deeper and more serious than a matter of survival or defense .
Its results affect such vital matters for the national economy such as low labor productivity and inefficiency , the exodus of certain sectors and the country, the low quality of production and services and to the corruption and ” diversion” of resources many who can take something (time, money , materials) of their workplace and thereby improve their living conditions .
But , you as a logical consequence of the statement, would even go a little further, because assigned positions in the mentioned above, employees and the state are also a reflection of a way of life of the first and to govern the second , in which appears a breakdown of communication have been imposed in both directions . As if they played a soccer match with two balls … or none .
That communication breakdown , or lack of understanding codes does not mean , of course, lack of control.
On the contrary, the state remains as powerful trinity to form a solid government and one-party and therefore has at its discretion almost all decisions , not just macro, but even many that affect the personal lives of individuals , including their economic capacity consumption and living standards .
Cuba The State decides what activities to do outside its protection and tax law with high percentages of payment, almost to what they can earn who do not work directly for him, that is , the self-employed .
Also, the prices of all products ( including those not sold on the official sales network , which refer to the official prices ) have dimensions set by the economic direction of the country to the levels they choose or need, in many occasions (sometimes justified by international prices for certain products ) are divorced from economic reality of the citizen.
In this strange game , which became alarming and almost permanent since the deep crisis in the early 1990s, the standard of living of the majority of the citizens of the country has plummeted since, even when wages sometimes have doubled or tripled , the cost of living has increased by 10, 20 or even more times.
It suffices as a measure of all things, remember that while the average wage is around 500 pesos , the price an employee must pay for a pound of pork – sometimes the only animal protein to which it has access , up from the 5 pesos parallel market of the 1980s at 30, 35, 40 is quoted in today , according to quality. Something like a tenth of a salary for only half a kilogram of pork …
All that the State or alternative markets offer the population is recorded with these high rates.
So for most people who depend on government salaries simple rising prices of cleaning products can be converted to a monthly tragedy , while the figures set for sale ” liberated” cars are like watching a film ” the Wars ” counter without subtitles , strange beings that speak of incomprehensible things .
The Cuban government has recognized that wages are insufficient to pay the cost of life. He also repeated that while the productivity and efficiency of the domestic economy to rise , it is impossible to increase the salary figures for the entire mass of public employees and workers .
But the reality of both awards will on opposing cars in circumference star amusement park (which is funny at all ) : it is impossible to reach one another, unless much change the fixed structure.
And until that happens, until there is correspondence and understanding necessary , they will continue to manifest inefficiency , low productivity , sloppiness and laziness that is evident in various areas of the Cuban state labor activity.
Many people continue to do as working without work , stealing what they could or migrating after the money you can pay other tasks … or other employers within or outside the country. That is the only way for people to put the proverbial bell the cat uncatchable old saying.
Leonardo Padura , Cuban writer and journalist , awarded the National Literature Prize 2012. His works have been translated into more than 15 languages and his latest novel, ” Heretics ” is a reflection on individual freedom.
IPS / Agencies / LeonardoPadura / InternetPhotos / www.thecubanhistory.com
LEONARDO PADURA : Cuba “The Bell and the Cat” .
The Cuban History , Hollywood.
Arnoldo Varona , Editor