UN SALTO CON SUERTE DE UN BAILARÍN CUBANO.
El artista cubano Jaime Reytor llega a Estados Unidos en solitario, tras ser desechado para la gira oficial a Puerto Rico, burlando la norma oficial.Es el noveno miembro de la compañía nacional caribeña que ha huido.
Cuando a la cruda realidad le da por imitar al cine (de acción o de aventuras), la cosa puede entrañar riesgos y ponerse tensa. Lo que ha hecho el bailarín cubano de 23 años Jaime Reytor (Playa Girón, Matanzas, 1991) tiene tintes heroicos, de esas cosas que si las piensas dos veces, no las haces; lo que hizo, en Cuba, es un delito: huyó tranquilamente por un error burocrático y ya suman 9 los bailarines que han desertado esta semana de las filas de la compañía cubana. También parece un trepidante capítulo de desenlace de John Le Carré, cuando, contra todo pronóstico, alguien se salva de la quema o del desastre, aunque esto más que tintes de desenlace es un principio, pues Jaime Reytor, en solitario, ha abierto la puerta de su libertad y su destino; él era uno de los bailarines que debía viajar a Puerto Rico, pero 48 horas antes, recibió la más terrible de las noticias: estaba fuera de la lista de la compañía, se quedaba en tierra.
Reytor era suplente, por si alguien se accidentaba: “Pero ya se sabe, por una gira al extranjero, los bailarines cubanos van cojeando, nadie reconoce una lesión si la puede disimular para no perder el viaje”, dice el bailarín por teléfono desde Phoenix (Arizona), adonde fue a parar el pasado martes después de 72 agitadas horas entre La Habana y Miami. El relato cronológico, de su propia voz, con todo el acuarelado de apariencia fantástica, sucedió así: “He aguantado en la compañía [Ballet Nacional de Cuba] cuatro años, desde mi graduación, pero siempre he tenido en mente la idea de marcharme, de buscar nuevos horizontes, de realización tanto en lo personal como en lo artístico”. Jaime Reytor vio en este viaje la realización de su viejo plan, pero el día que le dijeron “No vas a Puerto Rico”, se hundió, lloró, deambuló por esa maravillosa ciudad en ruinas que es La Habana sin saber qué hacer: “Traté de hablar con Alicia Alonso, que me escuchara, pero se me negó acceder a ella”. Entonces sonó su teléfono móvil: “Era de la oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, y una funcionaria me dijo que debía ir a recoger mi pasaporte con el visado puesto que, se había retrasado, pero que ya estaba listo”. Jaime no se lo creía: “Ingenuamente, le dije que yo ya no iba a viajar, que me habían apeado de la lista de Puerto Rico, pero la funcionaria insistió en que fuera a recoger mi pasaporte”.
ALGUNOS DE LOS BAILARINES DE BALLET QUE DEJARON EL EQUIPO NACIONAL EN PUERTO RICO.
A partir de allí, todo en cámara rápida: “Cuando salí de allí con mi visado, no me lo pensé, pero no se lo podía decir a nadie, ni a mi madre. Sabía a lo que me exponía. Fui a una agencia de viajes y me dijeron que, para viajar ese mismo día, debía ir directamente y comprar el billete en el aeropuerto”, continúa Reytor. Pero la vigencia del visado era hasta el día 12 de junio: no había tiempo que perder. “Me fui a ver un amigo, que hizo una colecta en secreto entre otros colegas de confianza, eché unas cosas imprescindibles en una bolsa y me fui con los dólares en la mano al aeropuerto”. Pero antes, quiso dar una imagen de normalidad: pasó por su sede del ballet cubano, dijo que estaba malo y que no podía tomar la clase. Su amigo le había contratado un taxi que lo esperaba cerca.
“Llegué al aeropuerto y no me pusieron dificultades, pues el visado estaba en regla, compré el billete y me quedaron 20 dólares que me salvaron la vida, porque para subir al avión debía pagar un impuesto de uso del aeropuerto de 25 CUC (moneda convertible cubana equivalente a 20 dólares), de modo que me monté en el avión sin nada y hacia lo desconocido”. En Miami el bailarín cubano no conoce a nadie ni tiene familiares. En el avión, ante su nerviosismo, un pasajero le preguntó qué le pasaba. Al estar ya en el aire, se lo dijo: “Es que me estoy escapando”, y le contó su peripecia. A ese hombre anónimo lo esperaba en Miami una hija, que acogió a Jaime Reytor y le facilitó llamar desde su casa a otros bailarines que habían desertado antes que él y que le enviaron el dinero para volar hasta Phoenix, donde otro artista cubano lo acoge en su apartamento.
Jaime Reytor no solo baila: pinta zapatillas, es su pasión y ha sido su sostén y lo quiere seguir haciendo: “Con el sueldo de un bailarín en Cuba ni se come. Yo recogía las zapatillas usadas y desechadas por las bailarinas, las manipulaba y las pintaba con efectos tridimensionales ¡hasta les ponía un tutú! Y un amigo me las vendía en una galería de arte. A los turistas les encantan y volaban enseguida. Con esos dólares comía y vivía. Esa es la verdad”.
Ya antes el bailarín había salido de Cuba una vez: “Había ido a China, pero allí no me iba a quedar. Uno es joven, tiene metas y aspiraciones, pero en la compañía cubana o eres del grupo privilegiado o no puedes hacer nada. Así perdí el interés que quiero ahora recuperar, quiero respirar aire y vida, bailar y pintar muchas zapatillas viejas, convertirlas en mis pequeñas obras de arte”. Cuando ya el avión volaba, su amigo llamó a su madre.
El Pais,Spain/Roger Salas/InternetPhotos/www.TheCubanHistory.com
THE LUCKY JUMP OF A CUBAN DANCER.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.
Antiguo cementerio Chino de la Habana, Cuba. Cuba en Fotos.
Foto de Roberto Suarez (Master Photographer).
THE LUCKY JUMP OF A CUBAN DANCER.
Cuban artist Jaime reytor comes to America alone, after being rejected for the official visit to Puerto Rico, evading the standard oficial.Es the ninth member of the Caribbean national company that has fled.
When the stark reality gives imitate the movies (action or adventure), things may involve risks and tensed. What has made the Cuban dancer Jaime reytor 23 (Playa Giron, Matanzas, 1991) has dyes heroic of those things that if you think twice, do not; what he did in Cuba, is a crime: fled quietly for a bureaucratic error and already added nine dancers who have dropped this week from the ranks of the Cuban company. It also seems an exciting chapter of John Le Carré outcome of when, against all odds, someone is saved from burning or disaster, although this outcome rather than dyes is a principle because Jaime reytor, alone, has opened the door their freedom and destiny; he was one of the dancers who had to travel to Puerto Rico, but 48 hours before, received the terrible news: he was off the list of the company remained on land.
Reytor was alternate, in case anyone accidentaba: “But you know, for a tour abroad, Cuban dancers go limp, nobody recognizes if an injury can disguise to keep the trip,” says the dancer by phone from Phoenix (Arizona), where he ended last Tuesday after 72 hectic hours between Havana and Miami. The chronological narrative of his own voice, with all the watercolored look fantastic, happened like this: “I have endured in the company [National Ballet of Cuba] four years since my graduation, but I always had in mind the idea of leaving, to seek new horizons, performing both personally and artistically. ” Jaime reytor saw on this trip performing his old plan, but the day he was told “not going to Puerto Rico”, collapsed and wept, he wandered through this wonderful civilization that is Havana helplessly: “I tried speaking with Alicia Alonso, listen to me, but I was denied access to it. ” Then his cell phone rang: “It was the office of Interests of the United States in Havana, and an official there told me to go pick up my passport with the visa since, had been delayed, but he was ready.” Jaime did not believe: “Naively, I told him I was not going to travel that had felled me to the list of Puerto Rico, but the officer insisted that I go to pick up my passport.”
From there, all in fast motion: “When I left there with my visa, I did not think, but I could not tell anyone, not even my mother. I knew what I was exposing myself. I went to a travel agency and they said, to fly that day, had to go and buy the ticket directly at the airport, “continues reytor. But the visa was valid until June 12: there was no time to lose. “I went to see a friend, who secretly took up a collection among other trusted colleagues, I took a few essential things in a bag and went with dollars in hand to the airport.” But first, I wanted to give an image of normalcy went through headquarters of the Cuban ballet, said he was sick and could not take the class. His friend had hired him a taxi who was waiting nearby.
SOME OF THE DANCERS WHO LEFT THE NATIONAL BALLET CO. IN PUERTO RICO.
“I arrived at the airport and did not put me difficulties because the visa was in order, bought a ticket and I left $ 20 that saved my life, because to get on the plane had to pay a use tax from 25 CUC airport (convertible currency Cuban equivalent of $ 20), so I rode on the plane with nothing and into the unknown. ” In Miami Cuban dancer does not know anyone or have a family. On the plane, to his nervousness, a passenger asked him what was wrong. Being already in the air, I said, “Is that I’m running away,” and told her vicissitudes. In this anonymous man in Miami expecting a daughter, who welcomed Jaime reytor and provided it calling from your home to other dancers who had deserted before him and sent him the money to fly to Phoenix, where another Cuban artist welcomes you to his apartment.
Jaime reytor not only dances: painted shoes, is his passion and has been its support and want to keep doing, “With the salary of a dancer in Cuba nor eat. I picked up the shoes used and discarded by the dancers, the manipulated and painted with three-dimensional effects to put them a tutu! And a friend sold me in an art gallery. Tourists love them and flew away. With those dollars ate and lived. That’s the truth. ”
Even before the dancer had left Cuba once “had gone to China, but there I was not staying. One is young, has goals and aspirations, but the Cuban company or are you a privileged group or you can do nothing. So I lost interest now I want to recover, I want to breathe air and life, dance and paint many old sneakers, turning them into my little works of art. ” When he was flying the plane, his friend called his mother.
El Pais, Spain / Roger Salas / InternetPhotos / www.TheCubanHistory.com
THE LUCKY JUMP OF A CUBAN DANCER.
The Cuban History, Hollywood.
Arnoldo Varona, Editor.